Iglesia, poder y dineros (II) ¡El escándalo que no cesa!
En el último post de este blog, “Teselas”, yo denunciaba la situación de indefensión de la hermana Rosa, responsable de la asociación pública de mujeres católicas:”Misioneras de la divina Providencia- Auxiliares de la parroquia” cuando veía cómo el obispado de Valencia había nombrado a dos “comisarios”, algo que sólo se justifica en situaciones de extrema gravedad, para que intervinieran sus cuentas, se apropiaran de los bienes de su asociación y dejaran las cuentas corrientes limpias como una patena. Nadie ha aportado ni una sola razón que justifique este nombramiento.
La situación, lejos de solucionarse, se está agravando, día a día, por ese empecinamiento de despojarla de todo. Es una sola hermana, y una novicia a punto de profesar (si se lo permiten), otra hermana acaba de morir ayer mismo y han querido enterrarla cuanto antes, incluso sin esperar las 24 horas que marca la ley, un dislate de mucho cuidado que ha obligado a la abogada de la Asociación a intervenir para que se cumpla la ley. Los comisarios han asistido al entierro de la religiosa fallecida y una mujer los ha increpado públicamente ante la presencia de todos los asistentes, por haberse despreocupado de la difunta en vida y tenerla en una residencia más bien descuidada ¡Un espectáculo bochornoso¡
Mientras haya una sola hermana en la asociación, ésta sigue viva y, por tanto, dirigida por su representante legal, que es la hermana Rosa. Los comisarios, José Maria Ciller Vera y Juan Damián Gandía Barber, como hombres sin ley, se han atrevido, incluso, a quitarle la firma de las cuentas corrientes, con no se qué autoridad, por lo cual tendrán que rendir cuentas ante la justicia. Le han quitado la posibilidad de disponer de sus propias cuentas. No han hecho un control sino una expropiación. Tal vez creen que ésta es la voluntad de Dios, pero eso no se lo cree nadie. Los comisarios, apoyados por sus superiores, se están extralimitando en sus funciones de manera evidente porque se saben bien respaldados. Pero esto no les quita responsabilidad alguna por obedecer órdenes que van contra derecho y deberían ir contra sus conciencias, si la tuvieren. Obedecer puede ser, en algunos casos, un eximente pero no deja de ser una falta de ética en un sacerdote que consiente en actuar contra los derechos de terceros. ¿Dónde está el derecho de conciencia al que los clérigos tanto acudimos? ¿O es que la conciencia no nos denuncia cuando hacemos algo así? Lo que sucede es que las cuentas de la Asociación pueden alcanzar hasta los 300.000 euros y eso es algo irresistible para algunos. ¡Poderoso caballero es don dinero!
Los trabajadores de la guardería de la Asociación, al saber que las cuentas de la Guardería de Nuestra señora del Pilar de Bonrepò i Mirambell, dirigida por la Asociación, a la que asisten 43 niños de entre 0 y 4 años y donde hay 8 trabajadores, han sido intervenidas por los comisarios del obispado, han empezado a recoger firmas por la comarca para detener lo que consideran una injusticia manifiesta. Estas firmas que ya superan el millar y van aumentando, las van a presentar ante el obispado para ver si monseñor Antonio Cañizares se da por enterado (Está plenamente informado de esta situación, aunque no se ha dignado recibir personalmente a la hermana Rosa) Después escuchamos a nuestros pastores que llaman una y otra vez al diálogo. Sería bueno que pusiera las cosas claras o explicara qué está pasando con este tema. En el obispado hay mucho silencio al respecto pero los comisarios no dejan de dar pasos para hacer efectiva la expropiación forzosa de los bienes e inmuebles de la asociación. Ya han intervenido las cartillas y nos tememos que muy pronto (Mañana tal vez ya lo podamos confirmar) van a cambiar las cerraduras de las puertas de los inmuebles de Algemesí. Si es así, mañana daremos cuenta de ello para que conste que no vamos tan equivocados.
Mientras la hermana Rosa esté ahí, cuerda e inteligente como es, aunque algunos ya hacen campañas difamatorias para justificar lo injustificable, la asociación pervive y tiene derechos y legítima autoridad y nadie puede despojar de esos derechos a sus representantes legítimos, en este caso la hermana Rosa.
La hermana Rosa, con quien yo he hablado personalmente, no está trastornada (Soy licenciado en Psicología y algo entiendo) más bien quieren volverla loca. Es una mujer bien preparada con estudios oficiales y acreditados.
Resulta desconcertante que dos comisarios, en nombre del obispado, estén luchando contra una mujer consagrada, aprovechando su debilidad institucional y psicológica por todo lo que ha sufrido. Dos hombres contra una mujer. ¡Ay si don Quijote levantara la cabeza!
Todo esto está que “explota” en Valencia y mañana, me consta, que varios medios de comunicación se van a hacer eco de la noticia. Será, para unos motivos de escándalo, una vez más; para otros, motivos de esperanza al ver que la injusticia puede detenerse todavía. Para todos, motivo de decepción y tristeza.
En cualquier caso, una vez más, estamos ante una iglesia tristemente puesta en boca de todos, por motivos turbios, cuando nada de esto tendría que salir a la luz si las autoridades eclesiásticas hubieran respetado el derecho que asiste a una asociación pública legítima, que tiene sus propios estatutos reconocidos y sus representante legítima.
Mañana desayunaremos de nuevo con noticias eclesiales de Valencia, que no dejan a la iglesia en buen lugar. (A esa iglesia oficial, aunque a los obispos no les guste nada que hablemos de esta iglesia)
No es la iglesia la que se pone en el disparadero sino a algunos miembros de la iglesia, por desgracia; esta vez, como tantas veces, autoridades muy significativas que son los primeros que deberían dar ejemplo a todo el pueblo de Dios. No podemos callar ante la injusticia - yo al menos - porque sería tanto como ser cómplices de cuanto sucede.
La situación, lejos de solucionarse, se está agravando, día a día, por ese empecinamiento de despojarla de todo. Es una sola hermana, y una novicia a punto de profesar (si se lo permiten), otra hermana acaba de morir ayer mismo y han querido enterrarla cuanto antes, incluso sin esperar las 24 horas que marca la ley, un dislate de mucho cuidado que ha obligado a la abogada de la Asociación a intervenir para que se cumpla la ley. Los comisarios han asistido al entierro de la religiosa fallecida y una mujer los ha increpado públicamente ante la presencia de todos los asistentes, por haberse despreocupado de la difunta en vida y tenerla en una residencia más bien descuidada ¡Un espectáculo bochornoso¡
Mientras haya una sola hermana en la asociación, ésta sigue viva y, por tanto, dirigida por su representante legal, que es la hermana Rosa. Los comisarios, José Maria Ciller Vera y Juan Damián Gandía Barber, como hombres sin ley, se han atrevido, incluso, a quitarle la firma de las cuentas corrientes, con no se qué autoridad, por lo cual tendrán que rendir cuentas ante la justicia. Le han quitado la posibilidad de disponer de sus propias cuentas. No han hecho un control sino una expropiación. Tal vez creen que ésta es la voluntad de Dios, pero eso no se lo cree nadie. Los comisarios, apoyados por sus superiores, se están extralimitando en sus funciones de manera evidente porque se saben bien respaldados. Pero esto no les quita responsabilidad alguna por obedecer órdenes que van contra derecho y deberían ir contra sus conciencias, si la tuvieren. Obedecer puede ser, en algunos casos, un eximente pero no deja de ser una falta de ética en un sacerdote que consiente en actuar contra los derechos de terceros. ¿Dónde está el derecho de conciencia al que los clérigos tanto acudimos? ¿O es que la conciencia no nos denuncia cuando hacemos algo así? Lo que sucede es que las cuentas de la Asociación pueden alcanzar hasta los 300.000 euros y eso es algo irresistible para algunos. ¡Poderoso caballero es don dinero!
Los trabajadores de la guardería de la Asociación, al saber que las cuentas de la Guardería de Nuestra señora del Pilar de Bonrepò i Mirambell, dirigida por la Asociación, a la que asisten 43 niños de entre 0 y 4 años y donde hay 8 trabajadores, han sido intervenidas por los comisarios del obispado, han empezado a recoger firmas por la comarca para detener lo que consideran una injusticia manifiesta. Estas firmas que ya superan el millar y van aumentando, las van a presentar ante el obispado para ver si monseñor Antonio Cañizares se da por enterado (Está plenamente informado de esta situación, aunque no se ha dignado recibir personalmente a la hermana Rosa) Después escuchamos a nuestros pastores que llaman una y otra vez al diálogo. Sería bueno que pusiera las cosas claras o explicara qué está pasando con este tema. En el obispado hay mucho silencio al respecto pero los comisarios no dejan de dar pasos para hacer efectiva la expropiación forzosa de los bienes e inmuebles de la asociación. Ya han intervenido las cartillas y nos tememos que muy pronto (Mañana tal vez ya lo podamos confirmar) van a cambiar las cerraduras de las puertas de los inmuebles de Algemesí. Si es así, mañana daremos cuenta de ello para que conste que no vamos tan equivocados.
Mientras la hermana Rosa esté ahí, cuerda e inteligente como es, aunque algunos ya hacen campañas difamatorias para justificar lo injustificable, la asociación pervive y tiene derechos y legítima autoridad y nadie puede despojar de esos derechos a sus representantes legítimos, en este caso la hermana Rosa.
La hermana Rosa, con quien yo he hablado personalmente, no está trastornada (Soy licenciado en Psicología y algo entiendo) más bien quieren volverla loca. Es una mujer bien preparada con estudios oficiales y acreditados.
Resulta desconcertante que dos comisarios, en nombre del obispado, estén luchando contra una mujer consagrada, aprovechando su debilidad institucional y psicológica por todo lo que ha sufrido. Dos hombres contra una mujer. ¡Ay si don Quijote levantara la cabeza!
Todo esto está que “explota” en Valencia y mañana, me consta, que varios medios de comunicación se van a hacer eco de la noticia. Será, para unos motivos de escándalo, una vez más; para otros, motivos de esperanza al ver que la injusticia puede detenerse todavía. Para todos, motivo de decepción y tristeza.
En cualquier caso, una vez más, estamos ante una iglesia tristemente puesta en boca de todos, por motivos turbios, cuando nada de esto tendría que salir a la luz si las autoridades eclesiásticas hubieran respetado el derecho que asiste a una asociación pública legítima, que tiene sus propios estatutos reconocidos y sus representante legítima.
Mañana desayunaremos de nuevo con noticias eclesiales de Valencia, que no dejan a la iglesia en buen lugar. (A esa iglesia oficial, aunque a los obispos no les guste nada que hablemos de esta iglesia)
No es la iglesia la que se pone en el disparadero sino a algunos miembros de la iglesia, por desgracia; esta vez, como tantas veces, autoridades muy significativas que son los primeros que deberían dar ejemplo a todo el pueblo de Dios. No podemos callar ante la injusticia - yo al menos - porque sería tanto como ser cómplices de cuanto sucede.