Latrocinio del obispado contra las hermana Rosa de la Asociación de mujeres católicas
De nuevo suena el teléfono.
-Dígame
-Es usted el P. Alejandro?
-El mismo, ¿y usted?
-Soy Jesús, un concejal del ayuntamiento de Bonrepós y Mirambell; antes fui alcalde.
-Encantado. Dígame.
-Es a propósito del caso de la hermana Rosa. Quiero presentarle mi disponibilidad para lo que haga falta en su apoyo porque creo que se está cometiendo una grave injusticia con ella.
Voy sabiendo, por mis preguntas, que Jesús Raga es un hombre joven, de 42años, que sufrió un terrible accidente de tráfico que le dejó tetrapléjico, pero eso no le ha hecho perder su ánimo de servir a los demás y así se metió en el mundo de la política donde llegó a ser alcalde por el Partido socialista en el año 2010. Intuyo que detrás del teléfono tengo un hombre luchador, entusiasta y defensor de la justicia.
Quedamos para hablar más tarde y reanudamos la conversación por teléfono unas horas después.
Me cuenta que la hermana Rosa acudió al Sr. Alcalde, Rubén y a él mismo a pedir ayuda moral porque estaba hundida por la situación que estaba viviendo. No entiende Jesús, este concejal de Bonrepós y Mirambell, cómo la Iglesia no apoya a una mujer que hace lo que el párroco no hace: visitar a los enfermos, llevarles la Comunión y, en definitiva, estar cerca de la gente, que es lo que el Papa está proponiendo para la Iglesia. “Si la Iglesia no va por este camino –me dice- se va a quedar sola”.
Me va contando todo lo que sabe y ha visto y me quedo sorprendido. Todo apuntala la tesis que hemos venido sosteniendo: Hay un claro objetivo en el Arzobispado para separar a la hermana Rosa de la Asociación, disolverla, y como consecuencia, atribuir los bienes a la Parroquia y entregar la gestión de la Escuela Infantil “Nuestra Sra. del Pilar” a la Fundación San Vicente Mártir, de colegios diocesanos, que “entregue los frutos a su tiempo” e impedir que ella siga adelante en su defensa de lo que es suyo, porque, mientras haya una hermana, la Asociación no tiene por qué disolverse como ha querido hacer el obispo a través de dos comisarios. ¿Estará aconsejado por Salinas como él quería hacer en las jerónimas de Mallorca?
Decía en el comentario de ayer que si los comisarios del caso “Hermana Rosa” de Valencia cambiaban las cerraduras de su casa general os lo daría a conocer. ¡Confirmado! Hoy, don Jesús Raga, concejal del ayuntamiento, me lo ha hecho saber. Y hemos comprobado también que hoy los medios de comunicación de Valencia, sobre todo el Periódico “El Levante” se hacen eco de la noticia. En eso acertábamos plenamente. En otra información no hemos acertado y ahora mismo lo clarificamos y corregimos: Los que fueron al entierro de la hermana Encarna, fallecida, no fueron los comisarios, con hubiera sido lo correcto ya que estaban interviniendo en todo lo que se refiere a las Misioneras de la Divina Providencia, sino otros cuatro enviados, dos vicarios episcopales, un sacerdote y el párroco del lugar, que son los que fueron increpados en público por una mujer en el momento del enterramiento por haber descuidado la atención que la hermana fallecida había necesitado y que a ellos les correspondía atender. No se puede estar solo para la bonanza, sino también en la tempestad.
Parece que han querido enterrar a la hermana Encarna, fallecida hace dos días, antes de cumplir las 24 horas que marca la ley, pero la Abogado ha intervenido, junto a la hermana Rosa, para impedirlo, y el cadáver ha estado en vela, las 24 horas preceptivas, a pesar de las prisas de algunos por enterrarla, diciendo que el forense “podía haberse equivocado en el día y en la hora”, algo que la hermana Rosa y su Abogada no han consentido de ninguna manera, haciendo las advertencias de legalidad pertinentes.
El nombramiento de los comisarios tenía como misión “proteger los bienes de la asociación”, como si los bienes no estuvieran suficientemente protegidos por la hermana Rosa. Tal vez sea que los comisarios sí saben protegerlos y la hermana Rosa no. ¡Curioso!
Le dijeron a la hermana Rosa que no iban a admitir a la novicia a la profesión porque “había una norma que prohibía la admisión de personas extranjeras”. Algo que yo desconozco y que, si fuera verdad, sería una auténtica discriminación dentro de la Iglesia Católica. Puede que exista una “recomendación” pero no una prohibición porque, de hecho, hay muchos consagrados extranjeros profesos de votos simples y perpetuos. ¿Por qué mienten?
El caso de la hermana Rosa en Valencia está tomando un aspecto muy poco agradable para la Iglesia y para el Señor Cardenal, don Antonio Cañizares, que ni está ni se le espera.
Le hermana Rosa fue a su casa de Algemesí y no la pudo abrir porque “alguien” había cambiado la cerradura. Un ilícito en toda regla que se llama “delito de coacciones” y por el que alguien tendrá que dar cuentas ante la justicia. Esto no es el antiguo Oeste americano.
El párroco de Algemesí es “presuntamente” parte interesada en todo esto y no acepta que la hermana Rosa dirija la Asociación porque ha afirmado que las hermanas, antes de morir, le dijeron que no aceptaban a la hermana Rosa, (Cosa increíble! si fueron ellas las que la eligieron como consta fehacientemente. Además, esta manifestación sería una seria falta al sigilo sacerdotal, superando la mera falta de discreción, de un párroco que va pregonando por ahí lo que las hermanas pudieren haberle confiado en privado) Creo que, visto lo visto, el origen del problema viene precisamente de este sacerdote que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. ¡Ojo al parche con éste¡
Aunque aún no lo puedo confirmar, me consta que a la hermana Rosa le han ofrecido, para que ceda a todos estos tejemanejes, un piso en Valencia y un trabajo, de manera que no sea un obstáculo para las pretensiones del obispado. Hoy mismo lo confirma ella en una entrevista en el diario "Levante"Lo que demostraría que estamos ante un auténtico atropello.
Los comisarios, según me cuentan testigos oculares, con mucha prepotencia y mala educación, han amenazado a la hermana Rosa con que pudiera estar cometiendo delitos económicos, sobre todo uno llamado Juan Damián, que es, además, ¡válgame Dios! el Decano de la Facultad de Derecho Canónico de la facultad de Valencia. Éste individuo la amenazó con llevarla a la Fiscalía, como hoy aparece en el diario de Levante. Antes de esto se supone que hay que contar con la presunción de inocencia. Menos mal que en la Fiscalía se investiga y se contrasta sino ya estaba condenada de antemano.
Recoge el Diario de Levante lo siguiente:
“los comisarios no consideran satisfactorias sus explicaciones sobre el rendimiento de cuentas desde 2011.
“Tiene Vd. la posibilidad de explicar o justificar y defender su gestión al frente de la asociación durante estos años por escrito” le recuerda además uno de los comisarios, el decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Valencia, Juan Damián Gandía.
“Los comisarios descubrieron unos supuestos movimientos anómalos en las cuentas de la asociación”.
Como se espera de un Decano de la Facultad de Derecho, en respeto a los principios de defensa y de tutela judicial efectiva, debería éste, en primer lugar, decir cuáles son los movimientos anómalos que precisa explicación o justificación, al objeto de articular una defensa correcta, y por qué razón los considera anómalos, toda vez que sin esta información, la hermana Rosa no puede defenderse.
Lo que no ha dicho el Sr. Decano, es que algunos bienes de las monjas siguen a nombre de la Parroquia, aunque se compraron cuando ellas no tenían personalidad jurídica, con la condición de que pasarían a su nombre cuando la tuvieran. A ello se comprometieron contractualmente y por escrito, pero han incumplido aquello a lo que se obligaron.
Confirma esta verdad, la existencia de un documento de autorización para su comparecencia ante Notario a tal efecto, firmado, sellado y rubricado por el Arzobispo de Valencia, José María, en fecha 25 de mayo de 1977, para que el cura párroco D. Alberto Caselles Fornés, se presentara ante Notario para firmar la escritura de cesión de 8 propiedades inmuebles sitas en Algemesí a las Misioneras de la Divina Providencia. Pues bien, esta escritura todavía no se ha firmado, incumpliéndose por parte del obispado la obligación que pesa sobre el mismo. Pero no, el Obispado, por ende, el Arzobispado ahora actúa como un verdadero OKUPA, por no decir allanador de moradas, en dichos inmuebles.
El Sr. Decano, las ha amenazado con presentar testimonios por escrito firmados contra ella de gente de Algemesí, que no va a mostrar porque, con toda seguridad, no los tiene.
No van a parar hasta conseguir sus objetivos. Se sienten acorralados por la evidencia cada vez mayor, por los medios y por la opinión pública y han de inventar cada día nuevos argumentos para justificar lo injustificable.
Hoy mismo en el diario “Levante” se publica una entrevista muy valiente con la hermana Rosa. No tiene desperdicio. En ella afirma la hermana Rosa Choque; “No tengo nada que perder, pero el arzobispado está yendo por la espalda” Y en ella señala el “Daño moral” y el “maltrato” que está recibiendo del Arzobispado de Valencia.
Y me pregunto qué tendrá que ver esto con el Evangelio y con lo que el Papa nos está proponiendo.
-Dígame
-Es usted el P. Alejandro?
-El mismo, ¿y usted?
-Soy Jesús, un concejal del ayuntamiento de Bonrepós y Mirambell; antes fui alcalde.
-Encantado. Dígame.
-Es a propósito del caso de la hermana Rosa. Quiero presentarle mi disponibilidad para lo que haga falta en su apoyo porque creo que se está cometiendo una grave injusticia con ella.
Voy sabiendo, por mis preguntas, que Jesús Raga es un hombre joven, de 42años, que sufrió un terrible accidente de tráfico que le dejó tetrapléjico, pero eso no le ha hecho perder su ánimo de servir a los demás y así se metió en el mundo de la política donde llegó a ser alcalde por el Partido socialista en el año 2010. Intuyo que detrás del teléfono tengo un hombre luchador, entusiasta y defensor de la justicia.
Quedamos para hablar más tarde y reanudamos la conversación por teléfono unas horas después.
Me cuenta que la hermana Rosa acudió al Sr. Alcalde, Rubén y a él mismo a pedir ayuda moral porque estaba hundida por la situación que estaba viviendo. No entiende Jesús, este concejal de Bonrepós y Mirambell, cómo la Iglesia no apoya a una mujer que hace lo que el párroco no hace: visitar a los enfermos, llevarles la Comunión y, en definitiva, estar cerca de la gente, que es lo que el Papa está proponiendo para la Iglesia. “Si la Iglesia no va por este camino –me dice- se va a quedar sola”.
Me va contando todo lo que sabe y ha visto y me quedo sorprendido. Todo apuntala la tesis que hemos venido sosteniendo: Hay un claro objetivo en el Arzobispado para separar a la hermana Rosa de la Asociación, disolverla, y como consecuencia, atribuir los bienes a la Parroquia y entregar la gestión de la Escuela Infantil “Nuestra Sra. del Pilar” a la Fundación San Vicente Mártir, de colegios diocesanos, que “entregue los frutos a su tiempo” e impedir que ella siga adelante en su defensa de lo que es suyo, porque, mientras haya una hermana, la Asociación no tiene por qué disolverse como ha querido hacer el obispo a través de dos comisarios. ¿Estará aconsejado por Salinas como él quería hacer en las jerónimas de Mallorca?
Decía en el comentario de ayer que si los comisarios del caso “Hermana Rosa” de Valencia cambiaban las cerraduras de su casa general os lo daría a conocer. ¡Confirmado! Hoy, don Jesús Raga, concejal del ayuntamiento, me lo ha hecho saber. Y hemos comprobado también que hoy los medios de comunicación de Valencia, sobre todo el Periódico “El Levante” se hacen eco de la noticia. En eso acertábamos plenamente. En otra información no hemos acertado y ahora mismo lo clarificamos y corregimos: Los que fueron al entierro de la hermana Encarna, fallecida, no fueron los comisarios, con hubiera sido lo correcto ya que estaban interviniendo en todo lo que se refiere a las Misioneras de la Divina Providencia, sino otros cuatro enviados, dos vicarios episcopales, un sacerdote y el párroco del lugar, que son los que fueron increpados en público por una mujer en el momento del enterramiento por haber descuidado la atención que la hermana fallecida había necesitado y que a ellos les correspondía atender. No se puede estar solo para la bonanza, sino también en la tempestad.
Parece que han querido enterrar a la hermana Encarna, fallecida hace dos días, antes de cumplir las 24 horas que marca la ley, pero la Abogado ha intervenido, junto a la hermana Rosa, para impedirlo, y el cadáver ha estado en vela, las 24 horas preceptivas, a pesar de las prisas de algunos por enterrarla, diciendo que el forense “podía haberse equivocado en el día y en la hora”, algo que la hermana Rosa y su Abogada no han consentido de ninguna manera, haciendo las advertencias de legalidad pertinentes.
El nombramiento de los comisarios tenía como misión “proteger los bienes de la asociación”, como si los bienes no estuvieran suficientemente protegidos por la hermana Rosa. Tal vez sea que los comisarios sí saben protegerlos y la hermana Rosa no. ¡Curioso!
Le dijeron a la hermana Rosa que no iban a admitir a la novicia a la profesión porque “había una norma que prohibía la admisión de personas extranjeras”. Algo que yo desconozco y que, si fuera verdad, sería una auténtica discriminación dentro de la Iglesia Católica. Puede que exista una “recomendación” pero no una prohibición porque, de hecho, hay muchos consagrados extranjeros profesos de votos simples y perpetuos. ¿Por qué mienten?
El caso de la hermana Rosa en Valencia está tomando un aspecto muy poco agradable para la Iglesia y para el Señor Cardenal, don Antonio Cañizares, que ni está ni se le espera.
Le hermana Rosa fue a su casa de Algemesí y no la pudo abrir porque “alguien” había cambiado la cerradura. Un ilícito en toda regla que se llama “delito de coacciones” y por el que alguien tendrá que dar cuentas ante la justicia. Esto no es el antiguo Oeste americano.
El párroco de Algemesí es “presuntamente” parte interesada en todo esto y no acepta que la hermana Rosa dirija la Asociación porque ha afirmado que las hermanas, antes de morir, le dijeron que no aceptaban a la hermana Rosa, (Cosa increíble! si fueron ellas las que la eligieron como consta fehacientemente. Además, esta manifestación sería una seria falta al sigilo sacerdotal, superando la mera falta de discreción, de un párroco que va pregonando por ahí lo que las hermanas pudieren haberle confiado en privado) Creo que, visto lo visto, el origen del problema viene precisamente de este sacerdote que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. ¡Ojo al parche con éste¡
Aunque aún no lo puedo confirmar, me consta que a la hermana Rosa le han ofrecido, para que ceda a todos estos tejemanejes, un piso en Valencia y un trabajo, de manera que no sea un obstáculo para las pretensiones del obispado. Hoy mismo lo confirma ella en una entrevista en el diario "Levante"Lo que demostraría que estamos ante un auténtico atropello.
Los comisarios, según me cuentan testigos oculares, con mucha prepotencia y mala educación, han amenazado a la hermana Rosa con que pudiera estar cometiendo delitos económicos, sobre todo uno llamado Juan Damián, que es, además, ¡válgame Dios! el Decano de la Facultad de Derecho Canónico de la facultad de Valencia. Éste individuo la amenazó con llevarla a la Fiscalía, como hoy aparece en el diario de Levante. Antes de esto se supone que hay que contar con la presunción de inocencia. Menos mal que en la Fiscalía se investiga y se contrasta sino ya estaba condenada de antemano.
Recoge el Diario de Levante lo siguiente:
“los comisarios no consideran satisfactorias sus explicaciones sobre el rendimiento de cuentas desde 2011.
“Tiene Vd. la posibilidad de explicar o justificar y defender su gestión al frente de la asociación durante estos años por escrito” le recuerda además uno de los comisarios, el decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Valencia, Juan Damián Gandía.
“Los comisarios descubrieron unos supuestos movimientos anómalos en las cuentas de la asociación”.
Como se espera de un Decano de la Facultad de Derecho, en respeto a los principios de defensa y de tutela judicial efectiva, debería éste, en primer lugar, decir cuáles son los movimientos anómalos que precisa explicación o justificación, al objeto de articular una defensa correcta, y por qué razón los considera anómalos, toda vez que sin esta información, la hermana Rosa no puede defenderse.
Lo que no ha dicho el Sr. Decano, es que algunos bienes de las monjas siguen a nombre de la Parroquia, aunque se compraron cuando ellas no tenían personalidad jurídica, con la condición de que pasarían a su nombre cuando la tuvieran. A ello se comprometieron contractualmente y por escrito, pero han incumplido aquello a lo que se obligaron.
Confirma esta verdad, la existencia de un documento de autorización para su comparecencia ante Notario a tal efecto, firmado, sellado y rubricado por el Arzobispo de Valencia, José María, en fecha 25 de mayo de 1977, para que el cura párroco D. Alberto Caselles Fornés, se presentara ante Notario para firmar la escritura de cesión de 8 propiedades inmuebles sitas en Algemesí a las Misioneras de la Divina Providencia. Pues bien, esta escritura todavía no se ha firmado, incumpliéndose por parte del obispado la obligación que pesa sobre el mismo. Pero no, el Obispado, por ende, el Arzobispado ahora actúa como un verdadero OKUPA, por no decir allanador de moradas, en dichos inmuebles.
El Sr. Decano, las ha amenazado con presentar testimonios por escrito firmados contra ella de gente de Algemesí, que no va a mostrar porque, con toda seguridad, no los tiene.
No van a parar hasta conseguir sus objetivos. Se sienten acorralados por la evidencia cada vez mayor, por los medios y por la opinión pública y han de inventar cada día nuevos argumentos para justificar lo injustificable.
Hoy mismo en el diario “Levante” se publica una entrevista muy valiente con la hermana Rosa. No tiene desperdicio. En ella afirma la hermana Rosa Choque; “No tengo nada que perder, pero el arzobispado está yendo por la espalda” Y en ella señala el “Daño moral” y el “maltrato” que está recibiendo del Arzobispado de Valencia.
Y me pregunto qué tendrá que ver esto con el Evangelio y con lo que el Papa nos está proponiendo.