La esclavitud de nuestro tiempo.
Esta mañana me ha quedado petrificado. La noticia de una niña, Aisha, y su sometimiento a los terroristas de Boko Haram resulta espeluznante. Aisha es una niña todavía y es forzada a acostarse con los soldados de la organización o, de lo contrario, obligada a ser una niña-bomba en cualquier lugar muy poblado para matar a cuantos más mejor. Finge un desmayo en la plaza, en el momento del mercado, mucha gente acude a ver qué pasa y ése es el momento oportuno para deflagar su cinturón de explosivos y cometer una masacre o, de lo contrario, ser violada por la soldadesca terrorista. Es una muchacha cristiana y está sometida a la fuerza al cumplimiento de la “Sharia”.
Como ella más de 600.000 personas han sufrido ya la muerte por terrorismo islámico en Sudán.
Y es que, aunque algunos se escandalicen de mis palabras, el Islam tiene un problema serio con la violencia. Aisha se negaba a acostarse con los terroristas y eso la convertía en centro de las iras de todos. O niña violada o niña bomba, un menú para elegir.
Hay más de siete mil niñas cristianas secuestradas con el mismo destino.
Por suerte, intervino el ejército nigeriano y Aisha ha sido liberada, liberada de su suerte, que no de sus traumas. Hoy no puede volver a su pueblo y sólo confía en la Unicef que, de momento, la acoge y protege. Se ha dado ya el caso de que una niña explotara con su bebé atado a ella -para evitar sospechas- por exigencia de los yihadistas.
Y esto no tiene visos de acabar… la historia de horror continúa todos los días. La razón: la imposición de la “sharia”. ¿Tiene o no tiene un problema serio el Islam con la violencia? ¿Alquien me lo explica?
Como ella más de 600.000 personas han sufrido ya la muerte por terrorismo islámico en Sudán.
Y es que, aunque algunos se escandalicen de mis palabras, el Islam tiene un problema serio con la violencia. Aisha se negaba a acostarse con los terroristas y eso la convertía en centro de las iras de todos. O niña violada o niña bomba, un menú para elegir.
Hay más de siete mil niñas cristianas secuestradas con el mismo destino.
Por suerte, intervino el ejército nigeriano y Aisha ha sido liberada, liberada de su suerte, que no de sus traumas. Hoy no puede volver a su pueblo y sólo confía en la Unicef que, de momento, la acoge y protege. Se ha dado ya el caso de que una niña explotara con su bebé atado a ella -para evitar sospechas- por exigencia de los yihadistas.
Y esto no tiene visos de acabar… la historia de horror continúa todos los días. La razón: la imposición de la “sharia”. ¿Tiene o no tiene un problema serio el Islam con la violencia? ¿Alquien me lo explica?