La sentencia sobre las jerónimas de Palma no se refiere a la propiedad sino a la inmatriculación.
No puede afirmarse, en verdad, que la propiedad del convento de las monjas jerónimas de Palma, es del obispado, como afirma hoy Religión Digital, según una nota que ha difundido Europa Press. La sentencia lo dice con toda claridad, no confirma si la propiedad es del obispado o de la orden jerónima; más bien deja abierta la puerta para que se afronte esa cuestión y quede por fin resuelta. Ni el obispado ni las monjas jerónimas habían planteado el tema de la propiedad, curiosamente, siendo, como es, el tema más importante, sino que la cuestión se cernía ahora sobre la legalidad o no de la inmatriculación. El tema de la propiedad será abordado, si las monjas continúan discrepando del obispado en cuanto a la propiedad del monasterio, en una próxima ocasión.
Así, pues, el convento de las Jerónimas, no es del obispado de Palma, como se afirma en la noticia de RD de hoy o como Europa Press ha difundido. Sería conveniente una rectificación en honor de la verdad.
Es ahora cuando llega el momento de mostrar la capacidad del diálogo del nuevo obispo de Palma con las monjas Jerónimas. Ha afirmado que va a Palma para ser un obispo cercano y pastor; es un buen momento para demostrarlo, más allá de las palabras. A mí me dijo cuando me llamó por teléfono que dialogaría para buscar la solución más evangélica.
Ahí tiene, señor obispo, una oportunidad de oro para hacerlo. El evangelio del pasado domingo decía: “Voy, Señor, a la viña y luego no fue”. Usted ha dicho que va dialogar, que luego no sea no por el bien de todos, de la comunidad a la que pastorea, que necesita un pastor creíble y de las monjas jerónimas, a las que usted debe cuidar, por encargo del papa Francisco, como un tesoro de su diócesis. Convoque al Consejo Federal de las jerónimas, con la madre Natividad, su presidenta, al frente, y el P. Asistente, y hable con ellas y llegue a un acuerdo evangélico, como usted deseaba. Y su credibilidad en su diócesis crecerá como la espuma y los malentendidos pasados se disiparán para siempre. Aproveche esta oportunidad que se presenta, si desea escuchar un consejo de un cristiano de a pie que ama la vida consagrada y lo demostrado por muchos caminos, en sus libros y en sus responsabilidades pasadas en la vida consagrada de España.
Conozco a las monjas jerónimas personalmente. He visitado sus conventos de Palma y de Inca y me ha emocionado saber que rezan cada día por sus pastores y son mujeres contemplativas de mucha entrega y oración. Merecen que usted las escuche como padre y pastor.
Así, pues, el convento de las Jerónimas, no es del obispado de Palma, como se afirma en la noticia de RD de hoy o como Europa Press ha difundido. Sería conveniente una rectificación en honor de la verdad.
Es ahora cuando llega el momento de mostrar la capacidad del diálogo del nuevo obispo de Palma con las monjas Jerónimas. Ha afirmado que va a Palma para ser un obispo cercano y pastor; es un buen momento para demostrarlo, más allá de las palabras. A mí me dijo cuando me llamó por teléfono que dialogaría para buscar la solución más evangélica.
Ahí tiene, señor obispo, una oportunidad de oro para hacerlo. El evangelio del pasado domingo decía: “Voy, Señor, a la viña y luego no fue”. Usted ha dicho que va dialogar, que luego no sea no por el bien de todos, de la comunidad a la que pastorea, que necesita un pastor creíble y de las monjas jerónimas, a las que usted debe cuidar, por encargo del papa Francisco, como un tesoro de su diócesis. Convoque al Consejo Federal de las jerónimas, con la madre Natividad, su presidenta, al frente, y el P. Asistente, y hable con ellas y llegue a un acuerdo evangélico, como usted deseaba. Y su credibilidad en su diócesis crecerá como la espuma y los malentendidos pasados se disiparán para siempre. Aproveche esta oportunidad que se presenta, si desea escuchar un consejo de un cristiano de a pie que ama la vida consagrada y lo demostrado por muchos caminos, en sus libros y en sus responsabilidades pasadas en la vida consagrada de España.
Conozco a las monjas jerónimas personalmente. He visitado sus conventos de Palma y de Inca y me ha emocionado saber que rezan cada día por sus pastores y son mujeres contemplativas de mucha entrega y oración. Merecen que usted las escuche como padre y pastor.