La violencia feminista

Javier Marías, en uno de sus recientes artículos ha dicho que "en la actualidad hay una corriente feminista que ha optado por decir que cuanto las mujeres hacen o hicieron es extraordinario, por decreto". Y ha desencadenado una ola de respuestas en las redes sociales muy abultada, exagerada, diría yo.
El artículo que hoy voy a escribir sé que va a ser políticamente incorrecto, como ha sido la expresión, a mi juicio, acertadísima de Javier Marías y, estoy seguro, provocará reacciones inmediatas. Sobre todo porque tiene que ver con un tema que en los últimos tiempos nos preocupa sobremanera, el llamado, o mal llamado, “violencia de género”.
Vaya por delante, para evitar que alguien piense que no soy claro frente a eso, que rechazo de manera absoluta que un hombre maltrate a una mujer y, mucho más, hasta extremos que lleguen a producirle la muerte. Eso es una salvajada que no tiene nombre ni puede tener cabida en una sociedad civilizada como queremos que sea la nuestra. Pero al mismo nivel afirmo que es una salvajada también que haya mujeres que estén maltratando de continuo a algunos hombres, normalmente sus parejas o exparejas, de una manera salvaje, cruel y despiadada, ante la que las leyes apenas hacen nada eficaz, entre otras cosas porque no hay leyes que regulen eso, a juzgar por las situaciones de maltrato de las mujeres hacia los hombres que no tienen visos de solución inmediata y ante las que la mayoría calla.
Me diréis enseguida que las mujeres normalmente no matan a los hombres, y es verdad; pero responderé que hay casos, que conozco, en los que las mujeres están propiciando una muerte lenta, sin violencia o, peor, con mucha mala saña a sus exparejas para hacerles daño sin más o para sacar beneficios económicos a costa de lo que sea y como sea. Y yo los conozco y el sufrimiento de estos hombres es terrible. Mujeres que chantajean a sus ex con sus propios hijos y apenas se los dejan ver y que lavan el cerebro a sus hijos, con mil artimañas, para que lleguen a odiar a su propio padre a fuerza de mentiras y montajes muy bien diseñados, con el fin de que los hijos terminen diciendo ante el juez lo que a ellas les conviene que digan para salir favorecidas. Mujeres que exigen a sus hijos llamar papá a su nueva pareja y amigo a su padre biológico. Esto está hoy a la orden del día: Mujeres maltratadoras de sus exparejas.
Solo que esto no es noticia porque no hay sangre por medio. Pero estoy seguro de que atajar estas situaciones sería algo preventivo de la violencia machista que en ocasiones genera esta violencia feminista. Las situaciones, a veces se tensan por tan injustas, que terminan por estallar por el lado menos conveniente. Y después viene el lamento. Miremos los antecedentes y, tal vez, podamos concluir, no justificar, las causas por las que se desencadenan algunos acontecimientos de violencia machista. El ser humano tiene un límite y no todos están preparados para llegar hasta ese umbral.
Que un padre se entere de que su expareja exige a su hijo que le llame amigo porque lo de papa está reservado para su nueva pareja es muy fuerte y que le impida ver a su hijo durante mucho tiempo porque le ha “comido el coco” a su hijo para que no quiera verlo, mucho más grave aún.
Yo no oigo hablar en ningún lugar de “violencia feminista” y sin embargo la percibo y la veo con mucha frecuencia con nombres propios y situaciones concretas.
Ya no me creo que en una historia los malos sean muy malos y los buenos sean muy buenos. Tampoco me creo que los hombres sean los malos de esta película de las separaciones y las mujeres las buenas, las víctimas y las perdedoras. Conozco algún caso en que una mujer ha planteado la separación exclusivamente para dejar sin un euro al marido y poder disfrutar con otro hombre de una vida que, tal vez, creía sería mejor. Y la guerra hubiera sido exterminadora si el hombre no hubiera mantenido el pulso firme aún sabiéndose engañado y explotado hasta el límite por su ex. Que de todo hay en la vida.
No a la violencia, venga de donde venga, ya sea machista o feminista. La violencia siempre es destructiva y deshumaniza a quien la padece y a quien la ejerce. ¡Tolerancia cero a toda violencia¡
Volver arriba