#sentipensares EL OTRO FUERA DE MÍ, EL OTRO EN MÍ MISMA Y EL OTRO, TRINIDAD CREADORA

EL OTRO FUERA DE MÍ,  EL OTRO EN MÍ MISMA  Y EL OTRO,  TRINIDAD CREADORA
EL OTRO FUERA DE MÍ, EL OTRO EN MÍ MISMA Y EL OTRO, TRINIDAD CREADORA

"La noción de otredad es habitual en varias ciencias. Se trata del reconocimiento del otro como un individuo diferente, que no forma parte de la comunidad propia."[i]

Se puede desde el punto de vista de las diferentes ciencias, entender el concepto. Se tiene la capacidad de vivirlo a conveniencia, pero profundizar el concepto de manera benéfica, es un esfuerzo que requiere toda la vida. Y que quedará como un anhelo inacabado por más esfuerzo que se realice.

El otro cercano a una, a uno, permite saberse y sentirse diferente de cada uno de los próximos a una, a uno. Eso es sencillo, el reto es aprender a convivir de forma armónica con la otredad.

Cuando se entiende que el otro es lejano a una, a uno, se tiene un triunfo sobre el concepto y la posibilidad de muchos impedimentos en la convivencia.

En esta etapa histórica, es tan difícil reconocer a la otredad, y con base en nuestros criterios fomentar de manera intrínseca el egoísmo, sostenidos en el seudo principio moralizante de que ver sólo y por nosotros, no sólo es necesario, sino importante para sobrevivir.

Y cómo no lo va a ser, si muchas veces se ve en el otro, un peligro para que una, para que uno pueda subsistir. Ocasionando una actitud desvalorada, aplastante e incapacitante, de ver en la otra, en el otro, a alguien similar. Ocasionando que se olvide, un principio vital, que el ser humano ha nacido en comunidad, para vivir en ella, y sin ella no puede subsistir.

Cuando se entiende que el otro es diferente a una, a uno, y que esa es la esencia de la naturaleza de los seres vivos, se tiene la posibilidad de salvar muchos de los impedimentos para la convivencia. Es en la otra, en el otro, donde se tiene la capacidad de reconocerse, así como de crecer interiormente, por consecuencia, de existir en plenitud.

Es dándose al otro, como se puede crecer como persona. Está en la otredad la oportunidad de reflexionar y vivir la una, el uno mismo en plenitud,  primero en el yo y después en el nosotros. Es decir, reconocer, saber y sentir a la otredad, permite reconocernos, sabernos y sentirnos en lo particular. Por eso el trabajo tan exhaustivo que no termina ni con la muerte.

Es en la otredad la oportunidad invaluable de aprender para vivir plenos y exhaustivos. Pues en cada aprendizaje, está la satisfacción de un logro, que marca la oportunidad demandante de seguir, de necesitar hacerlo.

Qué difícil expectativa, cuando nuestro entorno nos enseña a sólo ver por una, por uno mismo, sin más. Y si se es "muy buena onda" o se vive filantrópicamente, es el ayudar al otro, cuándo y cómo se quiera, y con ello sentir que lo que se hace es suficiente.

No obstante, hay otro tipo de otredad, la que se experimenta, siendo en una misma, en uno mismo.

Reconocer y aprender a vivir con este tipo de otredad, implica un trabajo más exhaustivo. Pues es reconocerse internamente desde el yo fuera de uno mismo, con cualidades positivas y negativas. Es la capacidad de verse interior y exteriormente, como si fuera a otro con el que se hace.

Realizar este ejercicio en lo cotidiano, va permitiendo conocerse de forma paulatina en las potencialidades y en las limitaciones. Da la capacidad de ir maximizando las aptitudes con que se nace y de ir remontando las incapacidades que se van adquiriendo. Es en el día a día, superando al mejor contrincante, a una mismo, a uno mismo. Es gratificarse en los logros que se adquieren y reflexionar en las insuficiencias para superarlas. Es un proceso tan enriquecedor y a veces tan extenuante, que se nota en el que lo realiza. Y que a la o él que lo lleva a cabo, le da una magnificencia que no se puede ocultar. Y hete aquí otro reto, el vivir esa grandeza de manera humilde. Pues se reconoce que está, pero es necesario seguir cultivándola hasta la última exhalación.

Hasta aquí, la otredad en el otro y la otredad desde uno mismo, sólo se puede ejercitar si se tiene como soporte al OTRO, si, al OTRO con mayúsculas, DIOS UNO Y TRINO, al que ES, al ETERNO PRESENTE, al Creador que conociendo íntima, profunda y totalmente a la creatura, lo sostiene, alienta, reconforta y capacita en este proceso de vivencia de la otredad para que pueda realizarlo con el anhelo, con el propósito de hacerlo por toda la vida. Sí, como objetivo continuo, como meta anhelada, como satisfactor necesario, porque en cada momento que se tiene conciencia y certeza de ese OTRO, que es la otredad perfecta, se puede ir alcanzando el vivir la transformación del otro desde una misma, desde uno mismo y por consiguiente vivir sorora y solidariamente con otra, con otro, con el prójimo.

Percibir al OTRO con mayúsculas, es regodearse en la plenitud, es descansar en lo arduo cotidiano, es recrearse en la esperanza aunque se vivan momentos catastróficos, es tener la certeza de que se está en buenas manos, es creer en que lo que parece imposible, será, aunque no toque vivirlo en el tiempo de uno, es llorar y existir el consuelo, es reír y encontrar eco, es vivir lo necesario en lo impensable.

Es saberse y sentirse creada, creado por, con y un propósito. Es ejercitarse en la otredad para alcanzar la OTREDAD. El fin con el que se ha sido creada, creado.

[i] https://www.mujeresactivando.org/concepto/la-otredad/#:~:text=La%20noci%C3%B3n%20de%20otredad%20es,propia%20persona%20asume%20su%20identidad.

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