#retopascual2024 Miércoles Santo
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| Martha Eugenia, Mujer Mariposa
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12
Como Judas en la Última Cena, se dejó poseer por el mal, ya no era él, era el demonio quien lo dominaba. Por eso cuando una persona se deja tomar por el mal, se convierte en su esclavo, pues libre y voluntariamente le dice que sí.
Por lo que en realidad la lucha es contra el mal. Por eso en el Padrenuestro, Jesús dice: Líbranos del mal. La Madre/Padre celestial amorosa se dona para todos, buenos y malos y esa donación es Jesús, que salva a cualquiera. Por eso necesitamos ayudarnos a salir de la esclavitud del mal, preparándonos, primero como discípulos para después ser apóstoles.
Y así como dice el Tercer canto del Siervo de Yahveh: “El mismo Señor me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo. El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás.” Is 50,4-5
Enseñándonos que Jesús mismo ha sido discípulo de la Madre/Padre celestial, para después ser nuestro maestro y nosotros siguiéndolo como discípulos podamos ayudar a otros a librarse del mal. Ejerciendo libremente nuestra voluntad de salir de esa esclavitud, pues el que me creo sin mí, no me liberara sin mí consentimiento. Y ahí está mi participación discipularia, en ayudar a otro a que pueda salir del mal.
Y en esta decisión y acción se nos da una fuerza impresionante, que no claudica ante el enemigo, como lo dice en Is 50,9: "El Señor me ayuda: no quedaré defraudado" . Pues Dios nos da la fuerza.
Y a la respuesta de Jesús a nuestra pregunta: ¿Señor donde te preparo la Pascua? Jesús responde: En ti, porque una puede entonces, ser ese Getsemaní donde Jesús puede darle el sí, a la Madre/Padre del cielo, porque me he preparado como discípula y ahora sí estoy capacitada, porque he vivido Pentecostés, porque he asimilado la pasión, muerte y resurrección. Por lo que Jesús me dice: Quiero que seas ese cenáculo donde quiero partirme y repartirme a todos.
Jesús bueno y misericordioso, no soy digna de Ti, pero una palabra tuya, bastará para sanarme.