#triduopascualfeminista2025 RESUCITAR DESDE LAS GRIETAS DEL AMOR

RESUCITAR DESDE LAS GRIETAS DEL AMOR
RESUCITAR DESDE LAS GRIETAS DEL AMOR

En estos últimos años en América Latina y el Caribe constatamos que se ha incrementado los índices de violencia. Los sistemas de muerte nos habitan y traspasan nuestras fibras más profundas de nuestras relaciones humanas. Vivimos en una sociedad que no nos protege; al contrario, nos genera angustia, miedo, ansiedad e inseguridad en cualquier contexto y lugar. Hasta inclusive en nuestros hogares no nos sentimos seguros.  En este contexto, me pregunto ¿Qué sentido tiene hablar de la resurrección de Jesucristo?

 La resurrección sólo cobra sentido si lo reflexionamos desde adentro, desde las entrañas del dolor de la humanidad, desde las víctimas y sobrevivientes, desde nuestras propias heridas y desde los espacios donde reina las injusticias. En estos contextos y procesos humanos surge la Vida irrumpiendo los procesos de muerte, transformándolos en fuerzas de vida, haciendo que la Resistencia y la Esperanza cruce y abrace  las fronteras del dolor de la humanidad.

La resurrección nos moviliza a tejer redes de Vida en medio de la muerte. A restaurar y reconstruir la vida, como lo hicieron los discípulos. Ellos/as experimentaron abandono, soledad, confusión y dolor por la ausencia física de Jesús. Esta situación, no les paralizó, les demando tiempo para poder elaborar su propio duelo y comprender su desolación.

Les fue difícil y doloroso comprender que Jesús ya no estaba con ellos/as de manera física. Una de las discípulas, llamada  María Magdalena, tuvo el privilegio de ser la primera testigo de la resurrección. Ella fue de madrugada al sepulcro y se encontró que Jesús no estaba ahí y dice: “Se han llevado a mi señor y no sé dónde lo han puesto” (Jn 20,13).

Al encontrar el sepulcro vacío se activa nuevamente su angustia y tristeza.  Ante esta confusión que vive, Jesús se presenta, y le dice: «María». Ella se dio la vuelta y le dijo: «Rabboní», que quiere decir«Maestro».Jesús le dijo: «Suéltame, pues aún no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.» María Magdalena se fue y dijo a los discípulos: «He visto al Señor y me ha dicho esto.» (Jn 14, 16-18)

María de Magdalena es la memoria viva de la resurrección, cuando ella identifica la voz de Jesús, no se queda quieta, sale de prisa y anuncia a sus compañeros/as que ha visto a Jesús resucitado. Ella corre el riesgo de que no confíen en su palabra y tú ¿Qué riesgos percibes que corres por fidelidad al Evangelio en este tiempo concreto? María Magdalenase lanza a comunicar la felicidad que encontró al ver a Jesús vivo. Así como ella, muchos/as sobrevivientes se lanzan a comunicar su dolor, su herida. Estas opciones nos siguen desafiando como Iglesia a seguir formándonos para poder crear  entornos seguros de acompañamiento y de reparación.

La resurrección es un anuncio misionero, Jesús nos envía “Vayan ahora y digan a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allí me verán” (Mt 28, 10). Galilea es el lugar del Encuentro, es el símbolo de la COMUNIDAD NUEVA. Jesús convoca y reúne a la comunidad para celebrar la Vida, porque la Fé de los discípulos y la nuestra, sólo cobra sentido desde y en COMUNIDAD. El crucificado despertó, está vivo, también los crucificados de hoy están despiertos pidiendo escucha y justicia, porque cuando una comunidad de pone de pie para detener el odio y la violencia, es capaz de elaborar sus heridas y comunicar que la resurrección también habita de sus vidas.

Jesús no murió, fue ejecutado, fue una muerte provocada por los líderes políticos y religiosos que aquel entonces. Estos sistemas abusivos, siguen perdurando en nuestro días. El frágil y el vulnerable sigue siendo ejecutado, para ellos/as no existe protección de derechos, en estos sistemas ¿Cómo hacer que la verdad y la justicia sean caminos esperanzadores para la reconciliación? ¿Cuáles son las trincheras de resistencia para las familias que han perdido a sus seres queridos de manera  violenta?

Vivir en sentido Pascual me lleva a disfrutar de la resistencia y a desarrollar una mirada esperanzadora, esto me ha permitido ser testigo del proceso que realizan algunas  familias que perdieron a sus seres queridos de manera violenta (desastres, delincuencia, abusos, feminicidios, migración forzada).

En el proceso de duelo que realizan, logran comprender que su dolor, sólo tiene sentido, en el triunfo de la cruz. Porque, Jesús en la cruz devela su verdadera identidad, Él muere por fidelidad a la humanidad. Se podría decir de manera metafórica que en la Cruz muere el ego de Jesús y resurge la Esencia desbordante y agrietada del amor expresado en el perdón, la compasión, la justicia, la verdad y la solidaridad, valores  que hoy en día necesitamos con urgencia para que la COMUNIÓN y la RECONCILIACIÓN sea posible.

 La luz, la esperanza, la fortaleza tiene sentido y consuelo en la resurrección. Es decir, a través de la resurrección se desenmascara y se canaliza los deseos de venganza, de odio y se abre  caminos para reconstruir la paz y tejer redes de encuentro y de perdón.

Jesús sigue resucitando, en los acontecimientos y luchas diarias que cada uno de nosotros/as realizamos. Les invito a mirar la resurrección con los ojos y el corazón de las personas que son víctimas de cualquier injusticia. Ellos/as nos enseñan que sí nos juntamos y unimos nuestras fuerzas seremos sobrevivientes, porque la sororidad, el miranos y el acogernos incondicionalmente, nos lleva a sanar heridas y a dejar liberar las grietas del amor, siendo vasijas cicatrizadas con la ternura de los hermanos/as.¿Cómo son tus relaciones con las personas con quienes compartes tú vida? ¿Expresas tu dolor y te dejas acompañar cuerpo a cuerpo con tus hermanos/as que consideras compañeros/as de camino?

La resurrección es un símbolo de Esperanza en medio del dolor, es una llamada constante a resistir, creando lazos de solidaridad, porque Jesús está vivo entre nosotros/as. Él nos sigue liberando para ser hombres y mujeres, discípulos/as tejedoras/es de compasión, cuidado y amor. Resucitar es ser memoria viva de la verdad y la justicia.  

La resurrección lo vivo como pequeñas grietas de amor, porque Jesús sigue presente ahí donde la vida está en riesgo, Él sufre por las injusticias y relaciones deshumanizadas que construimos en nuestro día a día. Jesús vivo y presente nos sigue invitando a confiar en Él, a revertir la venganza, el odio y el individualismo en lugares de Encuentro, en campañas de hospitalidad, donde todos/as nos sintamos sujetos, agentes e instrumentos de Vida y de Paz.

 Finalmente, Jesús sigue resucitando ahí donde la humanidad se esfuerza y trabaja por construir la Paz. Ahí donde las víctimas anuncian su propia resurrección interior y se convierten en cuerpos y referentes para otros/as.

Yolanda Olivera Alberca, FMMDP

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