#adviento2023 El día más esperado
Si Dios está conmigo, no me puedo derrotar
| Luz Amparo Parra Espinosa
Mi nombre es Luz Amparo Parra Espinosa y durante estos días de Adviento, quiero acompañarlos con mi historia, que seguramente será la de muchos de ustedes y por ser tan común, tiende a quedarse solo en mi corazón, sin embargo, he encontrado las fuerzas para escribir y ahora para compartirlo con ustedes.
El día más esperado
Parte I
Fue un día normal, como siempre me fui feliz para mi trabajo. La verdad, no me lo esperaba, pero las cosas de la naturaleza son así. Tuve un accidente laboral, pensé que el mundo se me había venido encima, que todos mis planes se habían parado. Pero ahí estaba Dios conmigo, de la mano, sosteniéndome, animándome y fortaleciéndome para no derrumbarme y seguir adelante con todo este proceso que para mi vida personal es demasiado difícil.
Me puse a pensar, si Dios está conmigo, no me puedo derrotar. Lloré una y mil veces, mientras Dios estaba allí con su niña, que se moría de dolor e impotencia.
En medio de tanto dolor, he descubierto un milagro de vida y son las bendiciones que a través de tantas personas que me rodean, Dios me regala a cada instante… la recuperación es larga, pero aquí están mis dos amores, Esteban y Robinson, mi familia, mis primas y otros angelitos que Dios me envía, como una hermosa hermanita; antes de mi accidente ya nos conocíamos e incluso me estaba ayudando para qué retomará mis estudios, iba a empezar en agosto, pero también se quedó en pausa… Esta es una de las metas de superación que tengo en la vida y sé que con la ayuda de Dios y la Virgencita lo voy a lograr…
Tengo la seguridad de que todo es posible y mientras esperaba una cirugía más, un dolor más, solo me quedaba ser fuerte y confiar que con la ayuda de Dios saldría adelante y más cuando Dios es mi cirujano especial. Pude sentir como en cada procedimiento Él, fue por delante de los doctores, pues Él les ha dado la gracia de ayudarnos en nuestros dolores, pero todo el honor sea para Dios.
En estos días de mayor crisis, cuando todo el cuerpo duele, pasé experiencias poco agradables y pude comprender que Dios es nuestro amigo fiel, que Él nos comprende y es el único capaz de tenernos paciencia de la buena, amor verdadero sin reproches o humillaciones. Comprendí que los seres humanos estamos llenos de envidias y maldad, esto me llenan de tristeza.
Siento que es un buen momento para agradecer a todo el personal médico que me ha atendido y hacer al mismo tiempo una sugerencia desde el corazón de paciente y es que la salud no solo nos llega por los medicamentos y fórmulas, también nos sana una sonrisa amable, una palabra amiga y una luz de esperanza cuando para nosotros todo es oscuridad y dolor.