Parece increíble que tenga que morir otra persona para que se vuelva a reabrir el debate sobre la aplicación de la pena de muerte en EEUU. De no ser por este acontecimiento, nadie, excepto algunas ONG hubieran levantado la voz. Ahora se hablará, manifestarán y al cabo de un mes, todo el mundo se olvidó excepto la familia de Troy Davis que han perdido a un hijo, un esposo o un padre.
En esos momentos el caso suscito una intensa movilización internacional, desde Cartel hasta el Papa, llamamientos que no lograron convencer a los tribunales de Georgia.
¿Cómo es posible que un país como EEUU que dice ser la primera potencia siga aplicando la pena de muerte en 34 de los 50 estados?
¡Ya está bien de tanta argumentación y tantas palabras vanas por parte de los políticos! La sociedad está cansada de tanta promesa inútil… Hay otros países como Irán, Arabia Saudí, Yemen, China o Japón que siguen manteniéndola y no sólo consentida por el gobierno, sino apoyada por gran parte de su ciudadanía, ¿y los denominamos primeras potencias? ¿De qué? De muerte.