Entrevista con el prestigioso teólogo belga-brasileño desde CEHILA Brasil Eduardo Hoornaert: “El cristianismo es parte de una sola historia, la memoria humana de nuestro continente llamado América Latina”.
CEHILA tiene como fronteras el polo religioso, científico y social.
La contribución de mayor peso de CEHILA como institución adscrita a la Teología de la Liberación ha sido la descolonización de la mentalidad historicista en América Latina
“No existen dos historias, una social, política, económica y la historia de la Iglesia, enseñada como ciencia en los seminarios”
La Comisión logró generar un movimiento cultural que movió los cimientos del discurso materialista hegemónico en el continente.
“No existen dos historias, una social, política, económica y la historia de la Iglesia, enseñada como ciencia en los seminarios”
La Comisión logró generar un movimiento cultural que movió los cimientos del discurso materialista hegemónico en el continente.
Julio Pernús corresponsal en República Dominicana
Eduardo Hoornaert nació en Bélgica en 1930 pero, quién duda de su amor por América. En 1958 se trasladó a Brasil y en nuestra Patria Grande ha compartido su vida. Su nombre es sinónimo de esa Historia con mayúscula, su ejemplaridad es testimonio vivo de los esfuerzos realizado en el continente por descolonizar el relato que vistió por años nuestra realidad. Durante más de 30 años ha sido profesor de historia del cristianismo en diversos institutos teológicos, hablar con él es conversar con la memoria de una época de oro.
Julio Pernús - ¿Cuál es su vínculo con la Historia de la Iglesia en América Latina y CEHILA?
Eduardo Hoornaert – En Brasil enseñaba Historia de la Iglesia como asignatura eclesiástica en diversos institutos. Mi acercamiento a CEHILA comenzó con una carta de Enrique Dussel que me convidó a presentarme el tres de enero de 1973 en la ciudad de Quito en Ecuador. En ese encuentro fundacional, los asistentes vivimos los primeros días con papel y lápiz anotando lo que nos decía Enrique. Ahí comenzamos a ver todo lo necesario a la estructura organizacional de la institución que estábamos soñando. Dussel me decía: “Eduardo, al venir como delegado de Brasil debes dirigir al grupo en aquel país” y así fue en los primeros compases. Creo que ahora CEHILA Brasil tiene un gran potencial humano y debe potenciar los nuevos medios digitales para ir acorde a los signos de los tiempos.
- De ese primer encuentro ¿qué recuerdos le marcan la memoria?
Fue valioso en ese momento la lectura que hicimos al decirnos: “no existen dos historias, una social, política, económica y la historia de la Iglesia, enseñada como ciencia en los seminarios”. Ahí, vimos que el cristianismo es parte de una sola historia, la memoria humana de nuestro continente llamado América Latina. De ese registro integral que es lo humano, se desprende la cultura, la economía, la sociedad y la religión.
-También ahí en Quito vivieron su primer desencuentro con la Iglesia institucional
Cuando estábamos en una de nuestras charlas irrumpe en la sala Monseñor López Trujillo, recién electo como secretario general de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) y nos acusa de estar construyendo un discurso marxista al interior de la Iglesia. Parecía que la CEHILA nacería muerta luego de esa posición oficial, pero López Trujillo no contó con Mons. Sergio Méndez Arceo, que le dijo al P. Jaime, secretario de la Comisión, que corriera a registrar en una notaria de Quito la personalidad jurídica de la organización. Así nació CEHILA, libre de cierta forma, pues se desvinculó de cualquier organismo eclesiástico y pobre, pues debía crecer sin esas estructuras económicas de peso eclesiales como fuente de financiamiento.
Amigo de Rubem Alves, o fundador do ISER, Carlos Rodrigues Brandão esteve envolvido com o Instituto de Estudos da Religião, desde sua origem em 1970.
— Instituto de Estudos da Religião (@isernarede) July 12, 2023
Sentiremos saudades. pic.twitter.com/3MRD7pDC0p
CEHILA Brasil ¿cómo surgió?
Como yo era un padre brasileño me dieron la misión de formar el equipo del país. Al comienzo hablé con José Onorio, director de la Biblioteca Nacional para que nos acompañara en nuestros primeros encuentros. Su presencia fue una figura principal en estos primeros espacios de formación que fueron realizados en Río de Janeiro, luego nos expandimos a São Paulo y otras zonas del país.
-¿Cuáles son las grandes tensiones que ha vivido CEHILA a lo largo de su historia?
Enrique Dussel planteó tres grandes desafíos de la organización que comparto. CEHILA tiene como fronteras el polo religioso, científico y social. Yo diría que el bloque eclesiástico nos interesaba mucho y como estrategia para llegar a este público lo que hicimos fue priorizar el ambiente académico. Después de lograr penetrar en el pensamiento universitario- científico, deseábamos pasar al pensamiento popular. El mayor desafío de CEHILA lo describió el artista de nombre Domingo Sabio Carnero que dijo: “CEHILA realizó una opción preferencial por los pobres y sin embargo, utiliza un lenguaje académico que los pobres no entienden”.
-¿Cuál es para usted la mayor contribución de CEHILA?
La contribución de mayor peso de CEHILAcomo institución adscrita a la Teología de la Liberación ha sido la descolonización de la mentalidad historicista en América Latina. La Comisión logró generar un movimiento cultural que movió los cimientos del discurso materialista hegemónico en el continente.