La edificación de una Iglesia sinodal en América Latina pasa en primer lugar por abrir bien nuestros corazones para vivir a plenitud el proceso de escucha convocado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), como parte de la construcción conjunta de la Asamblea Eclesial Latinoamericana.

Por causa del agotamiento que sufre el pueblo de Cuba y en particular todo el ambiente católico de la nación, se veía bien difícil poder ser parte del esfuerzo eclesial latinoamericano. Pero, impulsados por la Conferencia Cubana de Religiosas y Religiosas (CONCUR) se ha dado la voz de arrancada para instalar el camino asambleario en cada una de las comunidades de nuestro país.

En una carta publicada el 24 de junio dirigida a la vida consagrada que peregrina en Cuba, los laicos/as, agentes de pastoral y personas de buena voluntad con los que compartimos vida y misión, la directiva de la CONCUR expresó: “animamos a participar en el PROCESO DE ESCUCHA. Haremos memoria agradecida de lo acontecido en la V Conferencia General de Aparecida (2007), miraremos nuestra realidad presente con sus desafíos y nos dejaremos renovar desde muy adentro para buscar con pasión la Vida Nueva para todos en Cristo.”

Además, en el documento se esclarece que en diálogo con los obispos cubanos este proceso de Escucha local de la Asamblea Eclesial puede servir de preparación para retomar un estilo de Iglesia en vistas al sínodo 2021-2023 que comenzará en cada diócesis y concluirá en Roma. La información recogida en las comunidades será un material valioso para nutrir el necesario proceso sinodal.    

La misiva también se refiere a que la asamblea eclesial latinoamericana es una gran oportunidad para retomar la tradición sinodal en la Iglesia cubana, “como lo experimentamos con gran consolación y esperanza durante el proceso de la REC-ENEC y en las diversas planificaciones que han animado nuestros compromisos pastorales.”