Raúl Arderí sacerdote jesuita y profesor del seminario en la Arquidiócesis de La Habana lanza en su último artículo la siguiente interrogante: "¿podremos retomar el estilo sinodal de la Iglesia cubana que vivimos en la década de los 80 con la Reflexión Eclesial Cubana (REC) y el Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC). Ellos fueron el Pentecostés de nuestra Iglesia después de las difíciles décadas de los 60 y 70?"

El también miembro de la comisión conformada por la Conferencia Cubana de Religiosos/as (CONCUR) que está animando el Proceso de Escucha y del Equipo de Referencia Nacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) comenta en su texto "que la sinodalidad no es una simple técnica que se utiliza momentáneamente a la hora de tomar decisiones, sino un estilo de vida eclesial."

Los acontecimientos ocurridos en Cuba a raíz del estallido social producido el 11 de julio, donde varios miembros de la Iglesia católica han sido golpeados o apresados por unirse al pueblo, hacen más necesario que nunca un camino sinodal al interior de la Iglesia que peregrina en la Isla. Para preparar ese sendero será clave impulsar el Proceso de Escucha en cada comunidad, pues el mismo nos prepara para el Sínodo de octubre y es una oportunidad providencial para mirar nuestra realidad con los ojos de la fe, dialogar entre nosotros y buscar entre todos caminos nuevos para nuestra Iglesia y nuestra Patria.

El P. Raúl, SJ, en su reflexión publicada en el medio católico nacional Vida Cristiana advierte de los desafíos de esta apuesta sinodal al escribir: "Quizás este esfuerzo sea como la necesaria fisioterapia para recuperar la movilidad de un miembro paralizado después de un largo tiempo. Al inicio podría ser complicado y hasta doloroso, pero el resultado final compensará con creces todo el sacrificio."

En medio de una situación latente de tristeza social no son pocos los católicos que abogan por un aggiornamiento de las estructuras pastorales vigentes para que puedan responder a los nuevos signos de los tiempos, latentes en la realidad social. De ahí que sea oportuno dar visibilidad a los consagrados y laicos que intentan como el jesuita Raúl Arderí, invitar a la Iglesia a atreverse soñar con algo semejante a un estilo sinodal en cada uno de sus modos de proceder.