La Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC), con 78 años al servicio de la Educación Católica de América, se ha dado sede en Santo Domingo, República Dominicana, para su gran cita bienal: El Congreso Interamericano de Educación Católica. En su 28ª edición, que se celebra del 11 al 13 de enero, el encuentro pone su acento en el impulso de una educación para el desarrollo sostenible .
Según reza su convocatoria “hoy en día, los desafíos mundiales están interconectados y exigen respuestas que estén arraigadas en el espíritu de nuestra humanidad colectiva. Los riesgos y las posibilidades a los que nos enfrentamos requieren un cambio de paradigma que solo puede darse en nuestras sociedades mediante la educación y el aprendizaje”.
Los delegados de varios países han dialogado bajo la premisa que la educación católica ha de habilitar a los educandos para transformarse a sí mismos y a la sociedad en la que viven mediante la adopción de estilos de vida sostenibles, convirtiéndolos en ciudadanos del mundo activos y participativos que contribuyan a crear un mundo más justo, pacífico, tolerante, inclusivo, seguro y sostenible. “Las escuelas católicas-esgrime la web del evento- tienen como objetivo último la transformación social”.
La Educación para el Desarrollo Sostenible EDS temática sobre la que gira el debate, refleja la preocupación por una educación de elevada calidad que ayude a las personas a entender lo que pasa (saber), a sentirse parte de la sociedad en la que viven (saber ser) y a conocer cómo pueden participar en los procesos de desarrollo (saber hacer). Pero, además, debe desarrollar la capacidad de aprender a aprender.