El ex purpurado italiano amenaza al australiano con llevarle ante los tribunales Becciu responde a Pell: "Usted, más que nadie, conoce el dolor de una acusación injusta"

"Usted, más que nadie, conoce el dolor de una acusación injusta y el sufrimiento que una persona inocente -como lo soy yo, nada menos que usted- debe soportar durante un juicio, al que actualmente están dedicadas todas mis energías, empleadas en mi defensa y en el cumplimiento de las normas que se me imponen". Angelo Becciu responde a Pell. El italiano, a quien el Papa retiró, en septiembre pasado, sus derechos cardenalicios por el escándalo financiero que está siendo juzgado por los tribunales vaticanos, ha escrito una carta abierta al purpurado australiano, considerado su gran rival en la Curia vaticana,

Y es que Pell, en una reciente entrevista, preguntó directamente a Becciu: "¿Dónde está el dinero?", en inevitable referencia a los millones de euros supuestamente gastados por la Secretaría de Estado en la compra del edificio de Sloane Avenue, así como a intereses personales del italiano, procesado por la Justicia italiana. Algunos de ellos, tal y como han publicado los medios, utilizados para manchar la imagen del cardenal en Australia.

Becciu recuerda, en su respuesta abierta -publicada por su abogado- el proceso vivido por Pell en Australia, donde fue condenado por pederastia, pasando varios meses en prisión hasta ser finalmente exonerado. "Créame, lo hago en contra de mi voluntad, me veo obligado a hacerlo por sus numerosas intervenciones en muchos medios de comunicación que, desgraciadamente, se han referido a mi persona con argumentos ofensivos para mi dignidad personal y para el servicio eclesial que, con entusiasmo, obediencia y fidelidad, he tratado de ofrecer, a lo largo de décadas, al Santo Padre y a la Iglesia".

"Falta de fundamento"

Tras acusar a Pell de "falta de fundamento" en sus acusaciones, Becciu amenaza veladamente al cardenal con llevarle a los tribunales. "No le responderé públicamente, esperaré el momento oportuno para, ante un tercer e imparcial juez, responder punto por punto y hacer que las instituciones judiciales vaticanas aprecien la absoluta falta de fundamento de las acusaciones contra mí".

Hasta entonces, concluye, "confío en que este llamamiento pueda aconsejarle mejor para que adopte una actitud diferente, absteniéndose de involucrarme más", pues "estoy empeñado en una dura batalla que, como cristiano antes de acusado, no dudo en definir como de verdad y justicia".