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Vatican News).- Los
jesuitas Ignacio Martín Baró, Ignacio Ellacuría, Juan Ramón Moreno, Amando López, Segundo Montes, Joaquín López y López y sus dos colaboradoras, Elba Julia Ramos y Celina Ramos fueron asesinados hace 31 años en el campus de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de El Salvador por elementos del ejército salvadoreño y por decisión del alto mando militar. Por este crimen no ha sido juzgada ninguna persona en el país centroamericano.
El cardenal Michael Czerny participó hace un año en la celebración de los mártires de la UCA en el Salvador. En esta ocasión, puntualiza: “Celebramos el 31 aniversario de nuestros mártires en un contexto mundial y local muy diferente a los años anteriores”.
En primer lugar, contextualiza, este aniversario se celebra en medio de la crisis generada por el coronavirus “que nos ha obligado a cambiar muchas de nuestras prácticas sociales, económicas, educativas y religiosas, afectando sin duda a los más pobres y ha dejado en evidencia la desigualdad e injusticia que ya padecíamos”.
En segundo lugar, recordó el impacto del huracán Eta, que golpeó América Central, “donde viven millones de personas en zonas muy vulnerable a los desastres llamados “naturales”, pero que de hecho son causados o agravados por nuestra actividad humana irresponsable frente a la creación, como ha reiterado el Papa Francisco en Laudato Si´” quien tuvo presente a las víctimas en la oración del Ángelus el pasado domingo 8 de noviembre: “Recemos por las poblaciones de Centroamérica golpeadas por un violento huracán. Que el Señor acoja a los muertos, consuele a sus familias y sostenga a los más probados, así como a todos los que están haciendo todo lo posible por ayudarlos”.
En tercer lugar, afirmó que este año se realizó el juicio en España contra el coronel Inocente Montano, “uno de los altos jefes militares que ordenaron el asesinato de nuestros compañeros mártires, este militar fue condenado a 133 años de prisión por “asesinatos terroristas”. Esperemos que este paso en la justicia pueda también animar la reivindicación de las víctimas de El Mozote, con quienes los mártires se habrían solidarizado”.
Un último elemento que desarrolla la carta es la referencia a la recién publicada encíclica del Papa Francisco, Fratelli tutti. De ésta cita el texto que dice: “El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día.” (FT No. 11) y “la verdad es una compañera inseparable de la justicia y de la misericordia, Las tres juntas son esenciales para construir la paz” (FT No. 227).
El cardenal Czerny considera que la encíclica Fratelli tutti nos da elementos para responder a ciertos desafíos actuales y dice: “El Santo Padre nos lanza el imperativo que también hicieron suyo nuestros mártires en su momento y que hoy festejamos: Sólo identificándose con los últimos llegaré a ser hermano y hermana de todos. En este aniversario, haciendo memoria de todos los hermanos y hermanas mártires, hagamos nuestra la oración con que concluye la encíclica Fratelli Tutti:
“Concede a los cristianos que vivamos el Evangelio y podamos reconocer a Cristo en cada ser humano, para verlo crucificado en las angustias de los abandonados y olvidados de este mundo y resucitado en cada hermano que se levanta.”
En la misiva, el cardenal se despide diciendo: “Queridos hermanos y hermanas todos, alegrémonos con nuestro Santo Padre Francisco, con San Oscar Romero, con el mártir P. Rutilio Grande, y con los mártires de la UCA en este nuevo aniversario de su sacrificio. Suyo en el Señor, en unión de oración y de solidaridad, como siempre”.