Cerca de 4.000 diáconos de todo el mundo participan en Roma en su celebración jubilar Un Jubileo de los Diáconos sin la presencia del Papa, pero con la alegría de “vivirlo en el corazón de la Iglesia”

Con motivo del Jubileo de los Diáconos celebrado este fin de semana en la ciudad eterna sin el papa Francisco, el cuarto de los 36 previstos en el marco del Jubileo 2025, los diáconos Luis Manuel Pérez, Josep Maria Gómez, Antonio Moya y quien este domingo es uno de los tres españoles que recibe la ordenación diaconal en la basílica de San Pedro, Manuel Rico, han viajado a Roma estos días desde Lleida, Sant Feliu de Llobregat, Valencia y Jaén, respectivamente, para vivir esta experiencia jubilar
A pesar de que Rico no pueda ser ordenado por Francisco, es consciente que lo más importante para él es "hacerlo donde más se respira la esencia del cristianismo"
| Xavi Pete, Agencia Flama
A pesar de no conocerse, este sábado los cuatro estaban en Roma y vivían con la misma satisfacción su vocación diaconal. Con motivo del Jubileo de los Diáconos celebrado este fin de semana en la ciudad eterna sin el papa Francisco, el cuarto de los 36 previstos en el marco del Jubileo 2025, los diáconos Luis Manuel Pérez, Josep Maria Gómez, Antonio Moya y quien este domingo es uno de los tres españoles que recibe la ordenación diaconal en la basílica de San Pedro, Manuel Rico, han viajado a Roma estos días desde Lleida, Sant Feliu de Llobregat, Valencia y Jaén, respectivamente, para vivir esta experiencia jubilar.
El primero que llegaba a la capital italiana era Josep Maria Gómez (Barcelona, 1953), quien actualmente ejerce su ministerio en Viladecans, en el Baix Llobregat, y de lunes a jueves participaba en la Conferencia Internacional de Estudios, organizada cada cuatro años por el Centro Internacional para el Diaconado. “Nos ha servido para constatar una reafirmación en el tema de la sinodalidad, medio para implicar eficazmente el diácono en los aspectos relacionados con el servicio de la caridad“, argumenta este barcelonés, representante de todos los diáconos de su diócesis desde que se creó, en 2004: “Con el guiaje del obispo [emérito] Agustí Cortés, hemos procurado que la calidad diaconal fuera más importante que la cantidad de vocaciones”, reflexiona.

“En mi país, los diáconos son extraños y desconocidos”
La sensibilidad para implantar este ministerio no ha sido la misma en la archidiócesis de Barranquilla, en Colombia, donde se formó Luis Manuel Pérez (Villavicencio, 1984) antes de establecer su residencia en Lleida y de ser ordenado en 2022. “En España, a pesar de tener diócesis sin diáconos, la feligresía tiene nociones de su ministerio; en cambio, en diócesis de mi país, esta vocación es extraña y desconocida“, dice el también director del Departamento de Patrimonio Inmobiliario del Obispado de Lleida, que este sábado atravesaba la Puerta Santa de la basílica vaticana en un peregrinaje encabezado por el arzobispo de Urgell, Joan-Enric Vives, miembro de la Comisión para el Clero y los Seminarios de la Conferencia Episcopal Española.
"Esta experiencia jubilar nos ayuda a aclarar dudas y recelos"
Mientras los dos diáconos ordenados en Cataluña participaban después en el Encuentro Internacional "Diáconos en una Iglesia Sinodal y Misionera: ser testigos de la Esperanza" en el Auditorio Conciliazione de Roma, donde intervenían diáconos como por ejemplo el barcelonés Aureli Ortín, uno de los cuarenta diáconos de la archidiócesis de Valencia, Antonio Moya (Murcia, 1966), disfrutaba de esta vivencia jubilar junto a su mujer en la basílica de San Pedro. Para este diplomado en ciencias religiosas y abuelo de una niña, "el contacto estrecho con los diáconos latinoamericanos y sus esposas nos ha enriquecido a todos, y ha abierto nuevas perspectivas para renovar nuestro ministerio y ayudar a aclarar dudas y recelos que hemos percibido de muchas diócesis del mundo".

Era también en la basílica donde el aspirante a diácono y trabajador de una tienda de electrodomésticos, Manuel Rico (Jaén, 1963) preparaba junto a otros 22 candidatos (de Brasil, Colombia, Francia, México, Italia, Polonia y de los Estados Unidos) los ensayos a su ordenación diaconal de este domingo, a cargo del arzobispo Rino Fisichella, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización. "Estoy acabando la licenciatura en el Seminario de Granada y después de una votación fui elegido para que me ordenaran a Roma", asegura Rico, casado y con dos hijos. "Con ellos —continúa— viviré esta experiencia, a pesar de no hacerlo junto al Papa".
"Será una experiencia agridulce no contar con el papa Francisco"
A pesar de que Rico no pueda ser ordenado por Francisco, es consciente que lo más importante para él es "hacerlo donde más se respira la esencia del cristianismo". Lejos quedan, como admite, los años en que el diaconado fue recuperado gracias al Concilio Vaticano II y "se plantó una semilla para que podamos llegar hasta aquí".

En este sentido, para Luis Manuel Pérez, "a pesar de que el pontífice no pueda ordenarlo, continúa siendo especial por el contexto en que se enmarca la celebración", mientras que para Josep Maria Gómez la ordenación de Rico y de los otros candidatos a diácono "es motivo de gran alegría interior, cerca de la tumba de San Pedro, en un templo rodeado de historia y en la sede de una Iglesia que es signo del amor de Dios a la humanidad".
"Yo tengo muy reciente mi ordenación —concluye Moya, quien es diácono desde el pasado 25 de enero—, y puedo afirmar que es una experiencia absolutamente desbordante, en que la Gracia recubre y dignifica la pequeñez con que nos acercamos a este regalo de haber sido escogidos para hacer presente a Jesucristo como siervo”.
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