Francisco distingue cuidadosamente entre los "auténticos cuidados paliativos" y la eutanasia El Papa reivindica el valor de los cuidados paliativos: "Son un signo de cercanía a quienes sufren"
El Papa dirige un mensaje de esperanza a los participantes en el Simposio Interreligioso Internacional sobre Cuidados Paliativos, afirmando que estamos llamados a acompañar a quienes sufren y tienen dificultades para encontrar motivos de esperanza
El papa Francisco distingue cuidadosamente entre los "auténticos cuidados paliativos" y la eutanasia, "que nunca es una fuente de esperanza o de preocupación genuina por los enfermos y moribundos"
| Christopher Wells
(Vatican News).- "La esperanza es lo que nos da fuerza ante las preguntas que plantean los desafíos, las dificultades y las angustias de la vida", dice el Papa Francisco en un mensaje a los participantes en un simposio interreligioso internacional sobre cuidados paliativos que se desarrolla en Toronto (Canadá).
Reflexionando sobre el tema del encuentro -"Hacia una narrativa de la esperanza"-, el papa Francisco dice: "Como miembros de la familia humana y especialmente como creyentes, estamos llamados a acompañar, con amor y compasión, a quienes luchan y tienen dificultades para encontrar motivos de esperanza".
Especialmente los que sufren por la enfermedad y se acercan a la muerte, continúa el Santo Padre, "necesitan el testimonio de esperanza que dan quienes les cuidan y permanecen a su lado".
El Pontífice explica que los cuidados paliativos, al intentar disminuir la carga del sufrimiento, son un "signo concreto de cercanía y solidaridad con los que sufren", y pueden ayudar a los que afrontan el final de la vida y a sus familiares y seres queridos "a aceptar la vulnerabilidad, la fragilidad y la finitud que marcan la vida humana en este mundo".
La eutanasia, un "fracaso del amor"
En su mensaje, que fue leído en la noche de apertura del Simposio por el nuncio apostólico en Canadá, el arzobispo Ivan Jurkovic, el papa Francisco distingue cuidadosamente entre los "auténticos cuidados paliativos" y la eutanasia, "que nunca es una fuente de esperanza o de preocupación genuina por los enfermos y moribundos".
En cambio, asegura, la eutanasia "es un fracaso del amor, un reflejo de la cultura del descarte", a pesar de ser presentada, falsamente, como "una forma de compasión". La verdadera compasión no implica acabar con la vida de alguien, sino estar dispuesto a acompañarle y compartir su sufrimiento físico, emocional, psicológico o espiritual. Como tal, afirma "la dignidad fundamental e inviolable de toda persona, especialmente de los moribundos" y les ayuda a "aceptar el momento inevitable del paso de esta vida a la vida eterna".
Especialmente los creyentes pueden ofrecer una perspectiva que proporcione una comprensión más profunda de "la enfermedad, el sufrimiento y la muerte, viéndolos como parte del misterio de la divina providencia [y] un medio de santificación", dice el Papa. Asimismo, una perspectiva de fe puede ayudar a quienes se encuentran al final de su vida a encontrar consuelo y reconciliación con Dios y con los demás, especialmente con sus familiares y seres queridos.
Perseverar en el amor
El Papa anima a los participantes en el Simposio, expresando que su servicio es importante, "incluso esencial, para ayudar a los enfermos y moribundos a darse cuenta de que no están aislados o solos, que sus vidas no son una carga, y que siguen siendo intrínsecamente valiosos a los ojos de Dios, y unidos a nosotros por lazos de comunión".
El Santo Padre concluye sus palabras manifestando la esperanza de que las deliberaciones del Simposio ayuden a los participantes "a perseverar en el amor, a dar esperanza a los que están al final de la vida, y a avanzar en la construcción de una sociedad más justa y fraterna".
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