Jorge Mario Eastman, embajador de Colombia ante la Santa Sede, lloró conmovido La Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia, entronizada en los Jardines Vaticanos
La Virgen, una réplica hecha con mosaicos de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, la patrona de Colombia, un regalo del Gobierno colombiano al Estado de la Ciudad del Vaticano
El acto ocurrió en una conmovedora ceremonia en la que participó el embajador Jorge Mario Eastman
Eastman: "Nuestra Chinita es también la madre de los descartados … podemos nosotros renovar nuestras vidas y unirnos a la primera línea de esa resistencia hermosa"
Eastman: "Nuestra Chinita es también la madre de los descartados … podemos nosotros renovar nuestras vidas y unirnos a la primera línea de esa resistencia hermosa"
| RD/EFE
Los Jardines Vaticanos acogen desde este viernes una réplica hecha con mosaicos de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, la patrona de Colombia, un regalo del Gobierno colombiano al Estado de la Ciudad del Vaticano.
El mosaico, construido con 70.000 diminutas piezas de colores azules, rojizos y dorados, se descubrió este viernescon la presencia del embajador de Colombia ante la Santa Sede, Jorge Mario Eastman.
Eastman se mostró conmovido hasta las lágrimas durante su discurso en la ceremonia: “Cuánta rabia y cuánto dolor no hay allá afuera por la soberbia de los más fuertes y poderosos que no ven personas sino ideologías y seguidores.
Nuestra Chinita es también la madre de los descartados, de quienes padecen el dolor de sentirse excluidos, excluidos de las oportunidades, de quienes están sin trabajo digno y no pueden vivir todo su potencial, de quienes han tenido que migrar por hambre, de las mujeres silenciosas, abusadas y despreciadas, de los jóvenes buscando un sentido a tanta soledad”, dijo.
Y continuó: “Como María Ramos, que recogió este lienzo despreciado, no se resignó y tuvo fe y esperanza en ella, así también podemos nosotros renovar nuestras vidas y unirnos a la primera línea de esa resistencia hermosa que no es la del odio ni la destrucción sino la de abrazar al débil y al afligido y poner todo de nosotros para ser un mundo más fraterno”, dijo Eastman con la voz quebrada. Luego de un breve silencio, retomó su discurso.