Ecología integral de vida y ética del desarrollo con espiritualidad liberadora
Este artículo está dedicado a la memoria de François Houtart, que falleció el día 6 de junio en Quito. Houtar, de origen belga, era sacerdote, teólogo y doctor en sociología por la Universidad de Lovaina. Fue un relevante científico social, que llegó a participar en el Concilio Vaticano II y en varias Conferencias Episcopales latinoamericanas. Reconocido experto en las materias de sociología de la religión, de las políticas de la globalización y de sus movimientos sociales. Ecuador fue su lugar de residencia en estos últimos años. La Fundación Pueblo Indio, fundada por Monseñor Leónidas Proaño, fue su casa. Era profesor de varias Universidades ecuatorianas como el Instituto de Altos Estudios (IAEN) o la Universidad Central como docente de la Maestría de Sociología Política. Con sus aciertos y fallos, con sus luces y sombras como todos, como confesamos en la fe e iglesia, François Houtart trató de servir al Evangelio (Buena Noticia) de Jesús, al Reino de Dios y su don del amor fraterno, vida, solidaridad, paz y justicia liberadora con los pobres de la tierra.
Lo que vamos a exponer en este escrito, pues, recoge y profundiza claves de la vida u obra de François. Como pienso que él querría, pretende ser un diálogo crítico, afectuoso y fraterno con sus numerosas publicaciones o libros. En relación y con la luz del pensamiento social o ética inspirada en la fe. Tal como es la conocida como doctrina (enseñanza) social de la iglesia con los Papas como Francisco, al que Houtart valoraba, por ejemplo con su relevante “encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común” como es nuestro planeta y la creación. De esta forma, presentamos unas ciencias sociales críticas con conciencia ética inspirada en estos valores e ideales de solidaridad, vida, justicia y liberación integral con los pobres de la tierra. Tal como analizó e investigó Houtart de forma crítica, coherente y honrada. Con un pensamiento social y ético que es crítico con las relaciones, sistemas e ideologías que causan el mal, la dominación, las desigualdades e injusticias. Como son el liberalismo económico (neoliberalismo) con el capitalismo y, esa mala respuesta a la injusticia primera del capitalismo, como fue un comunismo colectivista o colectivismo de tipo leninista-stalinista que, en realidad, es un capitalismo de estado.
En la actualidad, la ideología con el sistema vencedor y dominante, el neoliberalismo con el capitalismo ya global, sigue causando todo este mal, dominación, desigualdades e injusticias sociales, globales y ecológicas. Con la destrucción de la vida y dignidad de las personas, de los pueblos, de los pobres y del planeta; con las lacras, desigualdades e injusticias del hambre y de la pobreza, del paro, la explotación laboral con un trabajo basura, la esclavitud infantil y las guerras. La destrucción cultural, ecológica y el aborto que, en palabras de Houtart, “no es aceptable en función de lo que significa la vida. Socialmente, un aborto siempre es un fracaso”. Por lo tanto, el actual modelo y sistema que domina el mundo, como es el capitalismo, es injusto a nivel social y mundial e insostenible en el ámbito de la ecología ambiental.
Hay que respetar y promover la vida de las personas, desde el inicio hasta el final de la existencia de todo ser humano, en todas sus fases y dimensiones, la vida de los seres humanos, de los pobres y víctimas, del planeta y de la creación. Con el desarrollo en una ecología integral y buen vivir al servicio del bien común de toda la humanidad, en la promoción de la vida, paz y justicia de las personas y familias, de los pueblos y los pobres de la tierra. Se trata de un nuevo modelo de desarrollo humano, social, global, ecológico e integral que abarca a todo ser humano con sus dimensiones, necesidades y capacidades contra un progreso (crecimiento) economicista, técnico-utilitarista y mercantilista Un desarrollo solidario, universal e inclusivo con toda la humanidad, con todos los pueblos y los pobres de la tierra frente a toda desigualdad, injusticia, competitividad y exclusión.
Es una ecología integral que acoge el clamor-grito de los pobres y de la tierra, de las víctimas, de los pueblos empobrecidos y de la naturaleza. Justo en esta semana que estamos celebrando el "Día Mundial del Medio Ambiente". Con la ética del cuidado y de la justicia en las relaciones con el hábitat o cosmos (ecología ambiental), con los otros desde la opción por los pobres (ecología social o humana), con el sentido psico-personal y moral (ecología mental) y con la vida trascendente-mística en el encuentro con lo Divino, con Dios mismo para la fe (ecología espiritual). Se trata de un desarrollo sostenible con justicia ecológica, con un consumo justo y responsable frente frente al consumismo y el hedonismo. Una vida austera, sobria con la pobreza solidaria en la justicia liberadora con los pobres que nos hace verdaderamente libres de los ídolos del poder y de la riqueza-ser rico que nos esclavizan. Energías limpias y renovables en oposición al extractivismo, y con formas de decrecimiento ecológico en contra del crecimiento productivista e insostenible. Un desarrollo humano con justicia social y global en la distribución con equidad de los bienes, que está por encima de la propiedad ya que la prioridad la tiene siempre el destino universal de los bienes. En donde el trabajo, la vida y dignidad del trabajador con un empleo decente frente al basura, está por encima del capital y del mercado. Con una economía ética y un comercio justo que debe estar orientado al servicio de las necesidades de las personas, al desarrollo integral, con el valor de uso de los bienes; frente al de cambio mercantilista.
Una banca ética con un sistema financiero real y honrado que acabe con la especulación financiera de los recursos, bienes y de la vida, con la usura de los créditos con sus intereses abusivos e injustos, que tiene endeudado ilegítimamente a las personas, familias, pobres y pueblos. Un desarrollo social, intercultural e inter-religioso que respete y promueve las diversas culturas con sus tradiciones culturales, morales, espirituales y religiosas como las indígenas con sus valores, a los movimientos sociales, culturales y espirituales liberadores que buscan ese otro mundo posible, mejor, más justo y fraterno. Con un diálogo y encuentro intercultural e inter-religioso en el compartir los distintos sentimientos y normas morales, los valores éticos comunes y los principios espirituales universales que nos constituyen como humanos. Para una civilización más fraterna, solidara y pacífica entre las distintas culturas y religiones. Es la búsqueda de ese otro mundo posible, la mundialización de la solidaridad, la justicia, la paz y la ecología integral frente a la globalización del capital, de la guerra, de la competitividad y del crecimiento insostenible.
La ética com-pasiva y del "principio-misericordia" que asume el dolor de la pasión de los pobres, de los pueblos crucificados por el sufrimiento, opresión e injusticia. Con el "principio-vida" y el "principio-liberación (integral)" en donde se considere injusto e inmoral a toda relación y sistema que, como impone el capitalismo, no promueva la vida en todas sus formas y la liberación integral de las personas, de los pueblos, de los pobres y del planeta. La ética de la paz y la no violencia en la lucha activa por la justicia e igualdad. Una paz justa que erradique todas las guerras, industrias bélica-armamentísticas y violencias que deben ser declaradas injustas, inhumanas y, por tanto, ilegales. Con un desarme mundial que destine los incontables recursos de la economía militar-bélica a la erradicación del hambre, de la pobreza y al desarrollo integral de los pueblos. Una ética femenina en la dignidad, promoción y protagonismo de la mujer como sujeto activo en todas las realidades como la familia, el trabajo, la sociedad y las iglesias. Una ética política, democrática y social al servicio del bien común de la humanidad que asegure las condiciones humanas, sociales e históricas de vida y desarrollo integral de las personas, de los pueblos, de los pobres y del planeta. Para que se respeten y cumplan en la realidad social e histórica los derechos humanos, sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos. Como son la educación y cultura, la saluda, sanidad y medicamentos, la alimentación y el agua, la vivienda, transportes, energías limpias y otras infraestructuras o equipamientos necesarios para la vida y dignidad de las personas. Una democracia real e integral en la participación, protagonismo y gestión de todo ser humano en la vida comunitaria, pública y civil.
Desde todo lo anterior, se nos presenta pues una ética, antropología y espiritualidad que, como manifiesta la fe en Jesús de Nazaret, nos revela a la nueva humanidad y al Dios de la vida, del amor fraterno, de la paz y de la justicia liberadora con los pobres de la tierra. Una vida humana, ética, espiritual, plena y eterna que, en nuestra fe y esperanza, confiamos y esperamos que haya alcanzado y consumado François. En la plenitud de su existencia que trató de vivir en su experiencia personal, moral y mística en el seguimiento de Jesús que le salió al encuentro como Dios liberador de la vida, de los pobres y de la creación que es nuestro planeta-tierra. Como decían los militantes obreros católicos, que tú acompañaste François, hasta mañana en el altar, trataremos de seguir y actualizar todo lo bueno, verdadero y bello que nos legaste.
Lo que vamos a exponer en este escrito, pues, recoge y profundiza claves de la vida u obra de François. Como pienso que él querría, pretende ser un diálogo crítico, afectuoso y fraterno con sus numerosas publicaciones o libros. En relación y con la luz del pensamiento social o ética inspirada en la fe. Tal como es la conocida como doctrina (enseñanza) social de la iglesia con los Papas como Francisco, al que Houtart valoraba, por ejemplo con su relevante “encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común” como es nuestro planeta y la creación. De esta forma, presentamos unas ciencias sociales críticas con conciencia ética inspirada en estos valores e ideales de solidaridad, vida, justicia y liberación integral con los pobres de la tierra. Tal como analizó e investigó Houtart de forma crítica, coherente y honrada. Con un pensamiento social y ético que es crítico con las relaciones, sistemas e ideologías que causan el mal, la dominación, las desigualdades e injusticias. Como son el liberalismo económico (neoliberalismo) con el capitalismo y, esa mala respuesta a la injusticia primera del capitalismo, como fue un comunismo colectivista o colectivismo de tipo leninista-stalinista que, en realidad, es un capitalismo de estado.
En la actualidad, la ideología con el sistema vencedor y dominante, el neoliberalismo con el capitalismo ya global, sigue causando todo este mal, dominación, desigualdades e injusticias sociales, globales y ecológicas. Con la destrucción de la vida y dignidad de las personas, de los pueblos, de los pobres y del planeta; con las lacras, desigualdades e injusticias del hambre y de la pobreza, del paro, la explotación laboral con un trabajo basura, la esclavitud infantil y las guerras. La destrucción cultural, ecológica y el aborto que, en palabras de Houtart, “no es aceptable en función de lo que significa la vida. Socialmente, un aborto siempre es un fracaso”. Por lo tanto, el actual modelo y sistema que domina el mundo, como es el capitalismo, es injusto a nivel social y mundial e insostenible en el ámbito de la ecología ambiental.
Hay que respetar y promover la vida de las personas, desde el inicio hasta el final de la existencia de todo ser humano, en todas sus fases y dimensiones, la vida de los seres humanos, de los pobres y víctimas, del planeta y de la creación. Con el desarrollo en una ecología integral y buen vivir al servicio del bien común de toda la humanidad, en la promoción de la vida, paz y justicia de las personas y familias, de los pueblos y los pobres de la tierra. Se trata de un nuevo modelo de desarrollo humano, social, global, ecológico e integral que abarca a todo ser humano con sus dimensiones, necesidades y capacidades contra un progreso (crecimiento) economicista, técnico-utilitarista y mercantilista Un desarrollo solidario, universal e inclusivo con toda la humanidad, con todos los pueblos y los pobres de la tierra frente a toda desigualdad, injusticia, competitividad y exclusión.
Es una ecología integral que acoge el clamor-grito de los pobres y de la tierra, de las víctimas, de los pueblos empobrecidos y de la naturaleza. Justo en esta semana que estamos celebrando el "Día Mundial del Medio Ambiente". Con la ética del cuidado y de la justicia en las relaciones con el hábitat o cosmos (ecología ambiental), con los otros desde la opción por los pobres (ecología social o humana), con el sentido psico-personal y moral (ecología mental) y con la vida trascendente-mística en el encuentro con lo Divino, con Dios mismo para la fe (ecología espiritual). Se trata de un desarrollo sostenible con justicia ecológica, con un consumo justo y responsable frente frente al consumismo y el hedonismo. Una vida austera, sobria con la pobreza solidaria en la justicia liberadora con los pobres que nos hace verdaderamente libres de los ídolos del poder y de la riqueza-ser rico que nos esclavizan. Energías limpias y renovables en oposición al extractivismo, y con formas de decrecimiento ecológico en contra del crecimiento productivista e insostenible. Un desarrollo humano con justicia social y global en la distribución con equidad de los bienes, que está por encima de la propiedad ya que la prioridad la tiene siempre el destino universal de los bienes. En donde el trabajo, la vida y dignidad del trabajador con un empleo decente frente al basura, está por encima del capital y del mercado. Con una economía ética y un comercio justo que debe estar orientado al servicio de las necesidades de las personas, al desarrollo integral, con el valor de uso de los bienes; frente al de cambio mercantilista.
Una banca ética con un sistema financiero real y honrado que acabe con la especulación financiera de los recursos, bienes y de la vida, con la usura de los créditos con sus intereses abusivos e injustos, que tiene endeudado ilegítimamente a las personas, familias, pobres y pueblos. Un desarrollo social, intercultural e inter-religioso que respete y promueve las diversas culturas con sus tradiciones culturales, morales, espirituales y religiosas como las indígenas con sus valores, a los movimientos sociales, culturales y espirituales liberadores que buscan ese otro mundo posible, mejor, más justo y fraterno. Con un diálogo y encuentro intercultural e inter-religioso en el compartir los distintos sentimientos y normas morales, los valores éticos comunes y los principios espirituales universales que nos constituyen como humanos. Para una civilización más fraterna, solidara y pacífica entre las distintas culturas y religiones. Es la búsqueda de ese otro mundo posible, la mundialización de la solidaridad, la justicia, la paz y la ecología integral frente a la globalización del capital, de la guerra, de la competitividad y del crecimiento insostenible.
La ética com-pasiva y del "principio-misericordia" que asume el dolor de la pasión de los pobres, de los pueblos crucificados por el sufrimiento, opresión e injusticia. Con el "principio-vida" y el "principio-liberación (integral)" en donde se considere injusto e inmoral a toda relación y sistema que, como impone el capitalismo, no promueva la vida en todas sus formas y la liberación integral de las personas, de los pueblos, de los pobres y del planeta. La ética de la paz y la no violencia en la lucha activa por la justicia e igualdad. Una paz justa que erradique todas las guerras, industrias bélica-armamentísticas y violencias que deben ser declaradas injustas, inhumanas y, por tanto, ilegales. Con un desarme mundial que destine los incontables recursos de la economía militar-bélica a la erradicación del hambre, de la pobreza y al desarrollo integral de los pueblos. Una ética femenina en la dignidad, promoción y protagonismo de la mujer como sujeto activo en todas las realidades como la familia, el trabajo, la sociedad y las iglesias. Una ética política, democrática y social al servicio del bien común de la humanidad que asegure las condiciones humanas, sociales e históricas de vida y desarrollo integral de las personas, de los pueblos, de los pobres y del planeta. Para que se respeten y cumplan en la realidad social e histórica los derechos humanos, sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos. Como son la educación y cultura, la saluda, sanidad y medicamentos, la alimentación y el agua, la vivienda, transportes, energías limpias y otras infraestructuras o equipamientos necesarios para la vida y dignidad de las personas. Una democracia real e integral en la participación, protagonismo y gestión de todo ser humano en la vida comunitaria, pública y civil.
Desde todo lo anterior, se nos presenta pues una ética, antropología y espiritualidad que, como manifiesta la fe en Jesús de Nazaret, nos revela a la nueva humanidad y al Dios de la vida, del amor fraterno, de la paz y de la justicia liberadora con los pobres de la tierra. Una vida humana, ética, espiritual, plena y eterna que, en nuestra fe y esperanza, confiamos y esperamos que haya alcanzado y consumado François. En la plenitud de su existencia que trató de vivir en su experiencia personal, moral y mística en el seguimiento de Jesús que le salió al encuentro como Dios liberador de la vida, de los pobres y de la creación que es nuestro planeta-tierra. Como decían los militantes obreros católicos, que tú acompañaste François, hasta mañana en el altar, trataremos de seguir y actualizar todo lo bueno, verdadero y bello que nos legaste.