¡Feliz domingo! Despedimos hoy el años y qué mejor forma de hacerlo que con la música de Bach, siempre tan sorprendente en cualquier contexto, casi de cualquier forma. La de hoy no es una cualquiera, sino una transcripción hecha a conciencia.

Primero un poco de la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Hemos visto cómo disponía de una serie de instrumentos para su alquiler. También disponía de partituras para su venta, tanto suyas como de sus hijos. Por ejemplo, su hijo Wilhelm Friedemann realizó una serie de partituras que estaban a la venta no solo por él en Dresde y Halle, sino también «por su padre en Leipzig y por su hermano en Berlín». Las ventas se complementaban con un servicio de copia de manuscritos de sus propias obras. Por ejemplo, la partitura de su Sanctus BWV 232 lleva la inscripción: «N. B.: las partes están en Bohemia con el conde Sporck». Parece ser que esas partes nunca volvieron, por lo que tuvo que copiar un nuevo conjunto de partituras.

Vamos a escuchar su Fantasía y Fuga en do menor, BWV 537, transcritas para piano por el compositor Eugen D'Albert. Parece que la obra fue compuesta al final de su periodo de Weimar, quizá hacia 1723, aunque no hay una fecha segura. La fantasía es densa, aunque con tiene pasajes relevantes en los que aparezcan cadencias. Bach utiliza un alegre compás de 6/4 y la divide en dos partes desiguales, y con un motivo dominante a base de ocho notas. La fuga tiene un sujeto muy particular y en ella también aparecen las notas repetidas que tanto usa Bach, sobre todo en esta época.

La partitura de la transcripción puede descargarse aquí.

La interpretación es de Emanuele Delucchi al piano.