Bach-Martucci, aria BWV 1068
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¡Feliz domingo! De nuevo llegamos al día que le dedicamos al maestro que tanta alegría nos ha dado desde que su música vio la luz. Llevamos muchs años disfrutando de su música desde hace muchos años y espero que todavía queden más por delante.
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Prosigamos con la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach y fallecido en Leipzig. Hemos hablado de cómo sus obras vocales fueron repartidas con mayor o menos suerte. A las instrumentales también les pasó algo similar. A su hijo Carl Philipp Emanuel le tocó la mayor parte y heredó El arte de la fuga y las sonatas en trío para órgano. Johann Friedemann casi no recibió nada (aunque nada menos que las sonatas y partitas para violín solo). En cualquier caso, la mayoría los manuscritos de sus obras instrumentales no se ha conservado. Sabemos que fuera de su herencia están los Conciertos de Brandeburgo, que fueron enviados al margrave en 1721. Muchas de sus obras para teclado fueron copiadas por sus estudiantes, como Vogler o Krebs, y varias se han perdido.
Una de esas obras instrumentales es la Suite Orquestal n.º 3 en re mayor, BWV 1068. Es probable que fuese compuesta para ser interpretada con el Collegium Musicum en el Café Zimmerman de Leipzig, en los conciertos que se ofrecían las tardes de los viernes. Es una sucesión de movimientos de danza (aunque no pensados para ser bailados). El fragmento más famoso es el Aria, que es el que escucharemos. La melodía es tan famosa que nos quedamos sin palabras cuando la escuchamos, incluso en versiones reducidas como la que vamos a disfrutar hoy, en la transcripción para piano de Giuseppe Martucci (1856-1909).
La interpretación es de Anthony Gray al piano.