Para Castillo, “la situación es muy trágica y grave, requiere ser reparada en forma completa y a largo plazo” Arzobispo de Lima, sobre derrame de petróleo: “Hay que resarcir y restituir el daño, no dar limosnitas”
“No es posible que, a los trabajadores del mar, ahorita quieren contratarlos para que limpien. Yo no digo que no se ayude a que todo se resuelva, pero a la vez, se necesita tener la conciencia de que este es un problema de muchos años. La compañía tendría que estar obligada a la restitución de toda la vida que viene para esa gente, no de dar limosnitas”
"Todo es por ganar y por la ambición de llenarse de dinero a costa de la depredación. Es el interés propio el que genera la desigualdad"
"El Señor ha venido para inaugurar un espíritu de justicia y de amor que tiene en cuenta las situaciones del que sufre y para construir en las personas una nueva forma de ser que permita liberarse de todas las opresiones, especialmente de las ambiciones"
"El Señor ha venido para inaugurar un espíritu de justicia y de amor que tiene en cuenta las situaciones del que sufre y para construir en las personas una nueva forma de ser que permita liberarse de todas las opresiones, especialmente de las ambiciones"
| Arzobispado de Lima
El Primado de la Iglesia peruana, Carlos Castillo, señaló que es necesario “pagar y resarcir a la población afectada de forma efectiva, no solamente con canastas, sino con verdadera dignidad de la situación”.
El Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, se pronunció sobre la catástrofe ambiental ocurrida frente a la Costa Peruana por el derrame de 6 mil barriles de petróleo: “La situación es muy trágica y grave, requiere ser reparada en forma completa y a largo plazo”, ha expresado el prelado en su programa sabatino “Diálogo de Fe”.
Monseñor Castillo indicó que la vida de los pescadores de la costa quedará truncada por mucho tiempo: “(Ellos) van a crecer en ese ambiente, y nosotros tenemos siempre la idea de que nos hacemos de la “vista gorda” o ponemos la cara de “yo no fui”. Eso es gravísimo, eso tiene que ser reparado, tiene que ser restituido”, insistió.
En otro momento, el Obispo de Lima criticó el trato que están recibiendo los pescadores: “No es posible que, a los trabajadores del mar, ahorita quieren contratarlos para que limpien. Yo no digo que no se ayude a que todo se resuelva, pero a la vez, se necesita tener la conciencia de que este es un problema de muchos años. La compañía tendría que estar obligada a la restitución de toda la vida que viene para esa gente, no de dar limosnitas”, precisó.
El Arzobispo de Lima aseguró que la ambición egoísta sigue generando enormes desigualdades en nuestro país: “Todo es por ganar y por la ambición de llenarse de dinero a costa de la depredación. Es el interés propio el que genera la desigualdad, y aquí hay una prescindencia de la responsabilidad hacia lo que sufre el otro, y se piensa en soluciones solamente técnicas y calculadas, según la ganancia”, reiteró.
Finalmente, el Monseñor Castillo hizo un llamado a superar nuestras diferencias, reconocernos iguales y tomar conciencia de que nos necesitamos mutuamente para resolver los problemas: “El Señor ha venido para inaugurar un espíritu de justicia y de amor que tiene en cuenta las situaciones del que sufre y para construir en las personas una nueva forma de ser que permita liberarse de todas las opresiones, especialmente de las ambiciones”.
Transcripción completa de la entrevista a monseñor Castillo
F: Recibimos como cada sábado, con gran satisfacción, a Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima. Buenos días, Monseñor.
CC: Querido Fernando, cómo estás. Buenos días para todos en nuestra ciudad y en nuestro país, y así, todos también tengamos un tiempo nuevo a pesar de las dificultades que estamos viendo en estos días.
F: Hemos estado impactados esta semana por el derrame petrolero en Ventanilla, sobre todo; pero también hemos sabido ayer que hemos entrevistado en RPP a un dirigente del pueblo originario de Loreto, dándonos cuenta de una fuga de petróleo en un cierto punto del oleoducto Norperuano, lo cual compromete también mucho menos gente, hay menos población ahí, pero comunidades nativas que dependen del agua para beber y para pescar.
CC: Sí, Fernando, la situación es muy trágica y grave, y requiere ser reparada en forma completa y a largo plazo. Se necesita tomar medidas en donde las exigencias de quienes han creado las condiciones para que esto ocurra, por descuido o por negligencia, sean realmente redefinidas completamente; y puedan, además, pagar y resarcir a la población de forma efectiva, no solamente con canastas, sino con verdadera dignidad de la situación. La vida de las personas, de los pescadores de la costa, así como también sucede con los campesinos e indígenas de la Amazonía, es una vida truncada por larguísimo tiempo, van a crecer en ese ambiente; y nosotros tenemos siempre la idea de que nos hacemos de la “vista gorda” o ponemos la cara de “yo no fui”, eso es gravísimo, eso tiene que ser reparado, tiene que ser restituido. Y eso, si bien es una cosa grande y compleja, requiere, por ejemplo, pensar que hay modos evidentes de haber previsto, no es solamente que vino la ola del Tsunami o del mini tsunami que tuvimos, si no que, por ejemplo, esa misma situación es previsible porque en el mar siempre suceden oleajes de este tipo. Qué tubería se ha usado, en qué estado estaba el tubo de drenaje, es muy serio el asunto, porque, por ejemplo, normalmente las compañías lo que hacen es subcontratar. ¿No habrán subcontratado a una compañía de drenaje de petróleo en condiciones sumamente bajas y tecnológicas, sin un buen nivel? Sucede muchísimo en la selva, yo he escuchado testimonios de misioneros que, inclusive, les pagan a chicos para que rompan el tubo y así, ingresen a ganar un poco más de plata, porque ellos les pagan un poco más; y como hay falta de dinero, los muchachos se hacen contratar por este pago y rompen el tubo, destruyen la ecología, inclusive, implica a la población basándose en la miseria y la necesidad de la gente. En este caso, parece que no es así, pero sí sucede que se contrata a gente que es inexperta para eso y, de hecho, el drama va a ser muy grande. Yo escucho los testimonios por TV de cómo a los pescadores les han cambiado completamente la vida, porque ellos vivían en relación al mar toda la vida, eso es gravísimo ¿Y si así los van a tratar? Imagínate cuando pasó también lo de la explosión de Villa El Salvador, es una subcontrata, en un camión que no tenía ninguna condición. Es por ganar, todo es por ganar y por la ambición de llenarse de dinero a costa de la depredación.
F: Monseñor, usted habla del mar, usted habla de lo que sucedió en Ventanilla, de los pescadores y son temas bíblicos muy importantes, el mar está presente en todo lo largo, es muy natural.
CC: Es como si el lago de Genesaret se hubiera llenado de petróleo y no pudieran pescar Pedro y compañía.
F: Terrible, y yo quería, justamente preguntarle sobre la Carta de Pablo a los Corintios. Corinto era el puerto más importante de Grecia, y como un puerto cosmopolita de ese tipo, tenía toda clase de gente, que hacía toda clase de cosas, no todas legales como sucede con frecuencia en todos los grandes puertos internacionales; y San Pablo escribe una carta a la comunidad cristiana que se ha creado tempranamente ahí, en este puerto griego. Y es muy interesante leerlo o releerlo, en este caso, porque él compara el cuerpo humano, tenemos varios miembros, perolos mismos no funcionan por su parte. Todos están unificados para que el cuerpo funcione de una manera global, “así debemos ser”, dice Pablo; y explícitamente dice: “no debe haber diferencias entre judíos y griegos, estamos en el siglo I, estamos bajo el imperio Romano, Grecia no es independiente, pero hay … en todas partes y todos somos iguales, dice, “libres y esclavos”, él conoce la esclavitud del imperio Romano desde la época que él mismo es ciudadano romano. Entonces, en esta invocación tan explícita a la unidad de todos los hombres sin diferencia de estatus ni de etnia, ni de lengua.
CC: Sí, mira en la Iglesia se quiso constituir una comunidad que sea signo para la unidad del mundo; y entonces la vida cristiana que decían que eran mejores, porque eran de origen judío y ponían las normas de la ley como condición para ser cristiano. Eso sucede en la comunidad y él lo dice, justamente para que no haya esas trabas, y todo el mundo se sienta unido en el mismo Espíritu. Pero eso tiene una misión, la misión es iluminar a la humanidad, para aprender a reconocer que no hay distinciones posibles, que todos tenemos la misma dignidad, y no se puede hacer cosas, justamente para someter a la gente a una forma de vida que uno implanta por sus propios intereses como es en este caso, es una especie de sub-sometimiento a las personas a la forma de vida petrolera, habiendo destruido toda su ecología. Eso es como si viniera un camión y destruyera toda tu casa, y después, resulta que tú tienes que ser esclavo del camionero que te contrata de albañil, para que empieces a reconstruir tu casa. Eso es un poquito lo que estamos viendo. No es posible que, a los trabajadores del mar, ahorita quieren contratarlos para que limpien, o sea, es una cosa seria. Yo no digo que no se ayude a que todo se resuelva, pero a la vez, se necesita tener la conciencia de que se tiene que resolver el problema de esta gente por muchísimos años. La compañía tendría que estar obligada a la restitución de toda la vida que viene para esa gente, no de dar limosnitas.
F: Ahora, no tiene la sensación, usted mismo Monseñor, de que hay algunas personas que hacen política o que hacen vida pública acentuando nuestras diferencias. Somos un país diverso y hay acentos diferentes, hay costumbres diferentes, comidas diferentes, climas diferentes, ropas diferentes, pero la unidad debe primar, pese a nuestras diferencias de color de la piel, nuestras diferencias de condiciones climáticas y también de una visión de la sociedad, hay una diversidad que no debe excluir la unidad, como dice Pablo en su Carta a los Corintios.
CC: Sin duda. Lo que sí existe es una desigualdad, Fernando, que es debido al interés. Es el interés propio el que genera la desigualdad, siendo todos de condición común, porque todos somos humanos dignos, queremos ser tratados con dignidad, construimos las diferencias en función del provecho propio. Es la ambición egoísta la que genera la desigualdad y, por eso, es que el nuevo Espíritu que debemos de tener y que inaugura, después, el Señor, el Espíritu de la justicia y del amor, es un Espíritu que tiene en cuenta las situaciones del que sufre y, uno resuelve cediendo las formas de organizar su trabajo de tal manera que le quita el beneficio injusto, el beneficio extralimitado que es el que
F: Bueno, hemos escuchado al Papa, Monseñor, hablando de la paternidad y de la ternura. La verdad es que esta palabra, a veces, hay muchas personas que tienen una dificultad para asumirla como si fuera una muestra de fragilidad o de debilidad, y acá se trata de mostrar lo contrario.
CC: Así es, el Papa está haciendo esta catequesis sobre José, porque quisiera que, en el mundo, las personas se llenaran de los mismos sentimientos de Jesús, los sentimientos de Jesucristo que son de ternura, de compasión, de sensibilidad por los problemas de las personas, como hemos sido llamados todos en el plan de la Pandemia. Y, por ejemplo, lo que hemos comentado hace un rato, es eso, aquí hay una prescindencia de la responsabilidad hacia lo que sufre el otro, y se piensa en soluciones solamente técnicas y calculadas, según la ganancia, eso elimina el espíritu del Señor, del cual vamos a hablar ahora en la sinagoga de Nazaret. Jesús está ungido del Espíritu, justamente para construir en las personas una nueva forma de ser, que permita liberarse de todas las opresiones, especialmente de las ambiciones e inaugurar un año de gracia que, es lo que José anticipa con su formación, su compañía a Jesús, que lo hace crecer, justamente, lo promueve, para que él mismo crezca en el destino que Dios le dio como padre y que todas las cualidades del hijo que, nosotros las hemos gozado a lo largo de la historia, con su signo de entrega generosa.
F: Sí, usted comentaba, Jesús en las sinagogas, en general, a las que acude, pero estamos en un contexto de Lucas, que es el inicio del Evangelio, con una referencia de un Teófilo, que no sabemos quién es, díganos una palabra sobre Lucas, que es un personaje interesante y que algunos dicen que fue médico, una persona vinculada a Pablo, explíquenos, por favor, qué es lo que quiere decir y por qué esta insistencia de Jesús en liberar a los pobres, a los ciegos y a los prisioneros.
CC: Bueno, en primer lugar, a Lucas, al parecer todos los indicios, los estudiosos dicen que la comunidad de Roma le pidió que fuera a verificar eso que llaman “los sólidos fundamentos de la fe”. Y entonces, es una especie de historiador también, de hecho, su Evangelio va hasta los Hechos de los Apóstoles, empieza con el nacimiento de Jesús y va hasta el fin del libro de los Hechos, es un Evangelio larguísimo. En este texto, con Teófilo significa no solamente un personaje que, probablemente era, si no es también todo hijo de Dios, Teo es Dios y filos es hijo o afeccionado, amante de Dios, creyente; la idea es que el libro se dirige al creyente, para que crezca en la fe y pueda ser un creyente sólido, digamos, y sólido a través de contemplar el camino de gracia y del Espíritu que va acompañado Jesús a largo de su historia. La segunda cosa es bien importante, es que en el Antiguo Testamento ya se hablaba, justamente de que vendría alguien que, por la fuerza del Espíritu de Dios, realizaría en la historia, la presencia plena del Señor, para llevar a la humanidad a una situación de libertad. Y, de hecho, el punto esencial es la opresión que debe ser superada por el espíritu del amor, pero que, a su vez, como amor, no es un amor romántico, es un amor concreto que realiza obras en primer lugar, de llenar de buenas noticias a los pobres, les manda noticias como hemos vivido ahora, no es un Dios trágico, sino un Dios alegre, levanta la esperanza de las personas, porque le da signos reales de que está presente, libera a los oprimidos, los cautivos. Hay aquí 2 tipos de personas: los oprimidos propiamente por la injusticia de otros y, simultáneamente también los cautivos, en el sentido de que hay personas que están presas en diversas formas y ciegas. Entonces, la novedad está en la libertad y en la visión de ver las cosas, y salir de los problemas. Y finalmente, un año de gracia que es el tiempo; el Papa Juan Pablo II escribió Novo Millennio Ineunte, o sea, ya estamos encaminados en el nuevo milenio, y se anunciaba también en la Tertio Millennio, en base al texto que mañana leeremos, se trata de un tiempo, el tercer milenio tendría que ser como vino Jesús hace 2 siglos, tendría que ser y debemos estar también atentos a eso, a que se realice un año de gracia, de don, de gratuidad, de unidad, de generosidad, de ternura, de servicio, de ayuda mutua, lo que el Papa Francisco, ahora, ha traducido Fratelli Tutti, o sea, todos hermanos. En ese sentido, estamos en un momento muy importante de la historia, por eso estás viendo que las tendencias más fuertes a la polarización porque hay desesperación, no sabemos dónde vamos, y eso se puede superar si es que tomamos conciencia de que nos necesitamos mutuamente y reconocernos como iguales, como hermanos.
F: Muchas gracias, Monseñor, escucharemos su Homilía, mañana en la misa a las 11:00 a. m., sobre esta Carta a los Corintios y también hay un texto del profeta Esdras, del libro de Nehemías.
CC: Es un sacerdote
F: Sacerdote en el libro de Nehemías
CC: Sí, bueno, es una presentación de cómo se hacía la ceremonia de la purificación del Kipur, ceremonia de expiación que se tenía al final del ciclo estacional y, lo importante para ellos era leer la ley, arrepentirse y purificarse de sus pecados. Si bien es cierto que eso es la parte positiva, hay un aspecto un poco interesante que, mientras se lee la ley y todo el mundo llora, aquí, más bien, en las palabras de Jesús, él lee, profetiza y todo el mundo se alegra. Tanto que, después se admira lo que dice, aunque después de eso, cuando esa admiración es más exigente, lo quieren apedrear.
F: Bueno, nos alegra que hayan esos mensajes de la Biblia y que eso se puede aplicar a nuestro país que, por el momento, está viviendo momentos difíciles. Muchas gracias, Monseñor Carlos Castillo, le ruego que, para despedirnos, ofrezca, como es costumbre, su bendición al pueblo de Lima, a los peruanos en general, creyentes y no creyentes.
CC: Hermanos, hermanas, reciban ustedes esta bendición que tanto la necesitamos, para cambiar el corazón y el espíritu con que hacemos las cosas. Que todos nos unamos para ayudarnos a escuchar y realizar ese Espíritu en nosotros, que esa bendición sea, justamente para fortalecer, promover y hacer crecer en nosotros, dejar que el Espíritu nos llene, y llene de misericordia y de justicia a las personas que han realizado esas tragedias. No podemos seguir encima de que, tenemos ya una situación trágica en el mundo, acentuarla con ineficiencia, sus malos tratos, malas maneras de organizar las cosas, por la ambición o por destrucción, producto de negligencia o de falta de previsión. Hermanos y hermanas, demos pasos en nuestra conversión, ayudándonos a que el Espíritu del Señor también venga sobre nosotros, y nos haga vivir este año y todos los años que vienen, como años de gracia. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios bendiga a nuestro país.
F: Muchas gracias, Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, por su fidelidad a este programa “Diálogos de Fe” de RPP, que tenga usted buenos días y nos veremos.
CC: Una cosita brevecita, los invito a ver Héroes, que ya se inauguró el viernes, y está en la página web del Arzobispado de Lima.
F: En la página web del Arzobispado de Lima, este vídeo, Héroes, en relación con una canción, cuyos beneficios se van a asignar a las ollas comunes. Muchas gracias, Monseñor.