Conversatorio: 'Biodiversidad y cuidado de la casa común, experiencias de los territorios' La COP 16, escenario profético para que la Iglesia alce su voz en defensa de las comunidades y la casa común
En el marco de la Asamblea de la COP 16 que se celebra por estos días en la ciudad de Cali (Colombia), se realizó este martes 22 de octubre el conversatorio: "Biodiversidad y cuidado de la casa común, experiencias de los territorios"
Fue un espacio virtual, liderado por la Ruta Laudate deum, organismo impulsado por la Comisión de Ecología Integral de Latinoamérica y el Caribe (Ceilac), adscrita al Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam)
Se trató de un compartir de varias organizaciones de redes que, desde la experiencia en sus territorios expusieron y visibilizaron por dónde está y qué ha ido haciendo la Iglesia en esa promoción por el cuidado de la Casa Común
Intervinieron Rodrigo Fadul, desde la Repam, a hermana Rosita Sidasmed, de la Regchag, Álvaro Salgado Ramírez, miembro de la Comisión de Pastoral Indígena de la diócesis de la Tarahumara y el sacerdote hondureño José Noel Ortiz, secretario ejecutivo de la Remam
Se trató de un compartir de varias organizaciones de redes que, desde la experiencia en sus territorios expusieron y visibilizaron por dónde está y qué ha ido haciendo la Iglesia en esa promoción por el cuidado de la Casa Común
Intervinieron Rodrigo Fadul, desde la Repam, a hermana Rosita Sidasmed, de la Regchag, Álvaro Salgado Ramírez, miembro de la Comisión de Pastoral Indígena de la diócesis de la Tarahumara y el sacerdote hondureño José Noel Ortiz, secretario ejecutivo de la Remam
| Luz Marina Medina
(ADN Celam).- En el marco de la Asamblea de la COP 16 que se celebra por estos días en la ciudad de Cali – Colombia, se realizó este martes 22 de octubre, el conversatorio: “Biodiversidad y cuidado de la casa común, experiencias de los territorios”.
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Fue un espacio virtual, liderado por la Ruta Laudate deum, organismo impulsado por la Comisión de Ecología Integral de Latinoamérica y el Caribe (Ceilac), adscrita al Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam).
Se trató de un compartir de varias organizaciones de redes que, desde la experiencia en sus territorios expusieron y visibilizaron por dónde está y qué ha ido haciendo la Iglesia en esa promoción por el cuidado de la Casa Común.
Las COP deben ofrecer respuestas reales y concretas
Desde la Red Eclesial Panamazónica (Repam), intervino Rodrigo Fadul, quien inició recordando que este año celebrarán 10 años de historia y lucha en defensa de los pueblos amazónicos y su biodiversidad, presentes en los diferentes países que forman parte de la Amazonía.
Expuso que son muchos los daños contra el ser humano y la naturaleza, que se han causado entre otras cosas por la extracción petrolera, la extracción minera, la tala de árboles y tantas otras acciones que no consideran la realidad de los pueblos. A esta situación ambienta indicó, que hay gran responsabilidad de los gobiernos que son los que generan las leyes y quienes deberían estar más atentos y vigilantes para que esto no pase y antes bien garanticen la seguridad de las poblaciones y del ecosistema.
Destacó de suma importancia los espacios internacionales como las COP, las conferencias de clima, los encuentros internacionales, porque considera que es allí donde se pueden presentar propuestas reales y concretas para solucionar estos problemas. Aunque advirtió que existe gran receptividad por parte de algunos sectores que ya no creen en estos diálogos porque no ven medidas concretas que sean implementadas en las realidades de las comunidades, derechos que dice deben ser garantizados.
«Estos espacios internacionales son muy importantes, porque son la oportunidad de nosotros como Iglesia y sociedad civil llevar una voz profética que pueda ser una voz de alianza con los pueblos territoriales, en nuestro caso los pueblos amazónicos, por el cuidado de la Casa Común (…) Es urgente que la defensa de los derechos humanos y de los pueblos puedan garantizar la promoción de la justicia socio-ambiental y del buen vivir de las comunidades».
El directivo, ratificó el compromiso de la Repam para seguir acompañando a los pueblos amazónicos y originarios, atendiendo el llamado que el Papa Francisco hace, «de escuchar y cuidar a los pueblos; cuidar la Amazonía; y ser una voz profética de la Iglesia en medio de estas realidades».
Es deber de la Iglesia visibilizar el sufrimiento de los pueblos y los territorios
La siguiente en tomar la palabra fue la hermana Rosita Sidasmed, de la Red Eclesial del Gran Chaco y el Acuífero Guaraní (Regchag), exponiendo que este es un escenario para hacer presentes las situaciones reales de los territorios y visibilizar el sufrimiento y atropello de tantos pueblos que sufren.
La religiosa a través de un video, presentó como nace Regchag y cuál ha sido su presencia dentro del Gran Chaco y el Acuífero Guaraní, siendo este el segundo mayor reservorio de agua dulce de la región de Latinoamérica. Se expone además que, siendo estos dos pulmones poblados de biodiversidad, también están «plagados de trasgresiones y atropellos que matan y destruyen la vida en sus diferentes expresiones».
Se advierte además que la Red Chaco, frente a esta realidad quiere ser una respuesta a los múltiples llamados que hace el Papa Francisco, a través de la Laudato Si y Laudato Deum, sobre el desafío de proteger la Casa Común, «trabajamos en comunión con las comunidades locales para defender los derechos humanos, proteger la biodiversidad y luchar contra el extra-activismo, la degradación ambiental y así poder llegar a incidir en las estructuras públicas, estatales, económicas, educativas y eclesiales aportando a la justicia socio-ambiental y al bien común».
Así también, al recordar que la tarea evangelizadora de la Iglesia es cuidar la Casa Común, dijo que como Red Eclesial del Gran Chaco y del Acuífero Guaraní, seguirán realizando una acción de vida por el cuidado de los territorios y también en defensa de tantas personas que luchan por cuidar los territorios.
Líderes asesinados dejaron sembrado semillas de esperanza
También tomó la palabra Álvaro Salgado Ramírez, miembro de la Comisión de Pastoral Indígena de la diócesis de la Tarahumara y miembro del Equipo Animador de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam) en México. Inició recordando a dos grandes líderes recién asesinados por defender los derechos de las comunidades, se trata de: Juan López y el padre Marcelo, de México. «Nos duele hablar de cuidado y defensa del territorio con estas pérdidas, con estos sacrificios, pero esta fe que siembran, a pesar de estas violencias, se siembran semillas de esperanza, semillas de acción y de unidad».
En este sentido, acertó en decir que la misión de estas redes ecológicas transfronterizas y eclesiales que se han ido constituyendo, son la de ser mediadoras en medio de conflictos que se pueden prever. «No podemos ya solamente ver cuál es la acción de los criminales, de los crímenes organizados, de las empresas extractivas y las violencias y riesgos que se corren, sino que tenemos que ser redes que puedan incidir para frenar la violencia y disminuir las condiciones de riesgo».
Resaltó que entre los grandes desafíos que tendrán que enfrentar los pueblos originarios amazónicos a través de las redes territoriales, está el denunciar la corrupción en las estructuras sociales, públicas y privadas; luchar contra la impunidad judicial; denunciar los daños que trae la extracción minera; así como no callar las distintas formas de violencia criminal que genera la destrucción del ecosistema y el daño a las comunidades.
«Los mártires nos hablan y son un lugar teológico»
Concluyó el conversatorio con la intervención del sacerdote hondureño José Noel Ortiz, secretario ejecutivo de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam), quien también recordó aquellos héroes que han muerto víctimas de la criminalización en defensa de la Mesoamérica.
«Llevamos también puestos nuestras insignias, las personas que en Mesoamérica han dado su vida por defender la tierra, el agua, los territorios, estamos consternados, pero al mismo tiempo llenos de la fuerza del Espíritu de Dios. Creo que los mártires también nos hablan, los mártires también son un lugar teológico, la sangre que ha bañado la tierra en América Latina y en Mesoamérica, también son una respuesta a este deseo», apuntó.
Al observar que «no es que vamos a cuidar la tierra, es que la tierra nos cuida«, dijo que por esta razón que estamos llamados e implicados a trabajar y a promover políticas públicas que defiendan la vida, la tierra, el agua, los territorios y -agregó- «quizás no le vamos a hacer justicia directa a los mártires de Mesoamérica, quizás no vamos a llegar a los criminales intelectuales, pero vamos a llegar a pedir justicia para el agua, para las montañas, para los bosques, para los ríos, para todos aquellos que confían y esperan en un mundo diferente».
Para lograr esto, advirtió se necesita mentalidades nuevas, generaciones nuevas que abran nuevos espacios de comunión y participación dentro de la Iglesia sinodal, que lleven a promover y defender los derechos de los empobrecidos.
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