Mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2021 La Iglesia peruana se solidariza con los migrantes y pide políticas migratorias integrales y justas

«Hacia un nosotros cada vez más grande» es el lema de la 107 Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que se celebrará el próximo domingo 26 de septiembre. El objetivo de esta importante fecha es tomar conciencia de la situación del mundo en el que vivimos ante el desafío de las migraciones y las oportunidades que nos ofrecen de cara al futuro.

En el marco de esta jornada, la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Peruana ha difundido un mensaje en el que los Obispos del Perú se solidarizan con los miles de migrantes de diversas nacionalidades presentes en nuestro país, especialmente con los centenares de miles de migrantes venezolanos, al mismo tiempo que hacen un llamado a las autoridades para que implementen políticas migratorias integrales y justas, que garanticen los derechos humanos de estas personas en movilidad.

“Como Obispos del Perú deseamos unirnos en oración con los más de tres millones de compatriotas en el exterior y los miles de desplazados internos, animándolos a conservar su fe, integrarse, respetar y enriquecer a las comunidades que con generosidad los acogen”, se lee en el mensaje.

Mensaje por la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado (JMMR) 2021

“Hacia un nosotros cada vez más grande”

“…era migrante y me acogiste…” Mt. 25,35

Estimados hermanos y hermanas en Cristo.

Con ocasión de la 107 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado el Santo Padre Francisco se dirige de nuevo a nosotros y nos invita a todos, como Iglesia, a poner en el centro a las personas que se ven obligadas a dejar su patria: los migrantes y refugiados.

El mundo continúa experimentando la pandemia del COVID-19 que ha incrementado las diferencias sociales y económicas, Perú ha sido uno de los países más afectados por ella y de forma especial, las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de refugio, quienes han visto precarizada su calidad de vida, así como el acceso a derechos como salud, alimentación, trabajo, hecho que ha aumentado la vulnerabilidad de estas personas, especialmente de los niños, niñas y adultos mayores. Los efectos de esta pandemia impactan de forma especial en los 280 millones de migrantes, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y en los 82,4 millones de desplazados forzosos en el mundo (26 millones son refugiados y 4,1 millones son solicitantes de la condición de refugiados), según señala el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR).

El Santo Padre Francisco en su Mensaje para la 107 JMMR 2021, ha propuesto como tema: “Hacia un nosotros cada vez más grande”, recordándonos que: "…todos estamos en la misma barca y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, que no haya más otros, sino sólo un nosotros, grande como toda la humanidad. Nos llama a ir en búsqueda de las personas en necesidad, a ir a las periferias: Entre los habitantes de las periferias encontraremos a muchos migrantes y refugiados, desplazados y víctimas de la trata, a quienes el Señor quiere que se les manifieste su amor y que se les anuncie su salvación. El Santo Padre nos recuerda que debemos abrirnos al otro, conocerlo y compartir con él: “…en el encuentro con la diversidad de los extranjeros, de los migrantes, de los refugiados y en el diálogo intercultural que puede surgir, se nos da la oportunidad de crecer como Iglesia, de enriquecernos mutuamente”.

Como Obispos del Perú deseamos unirnos en oración con los más de tres millones de compatriotas en el exterior y los miles de desplazados internos,  animándolos a conservar su fe, integrarse, respetar y enriquecer a las comunidades que con generosidad los acogen.

Igualmente, nos solidarizamos con los miles de migrantes de diversas nacionalidades presentes en nuestro país, especialmente con los centenares de miles de migrantes venezolanos, al mismo tiempo que hacemos un llamado a las autoridades para que implementen políticas migratorias integrales y justas, que garanticen los derechos humanos de estas personas en movilidad.

Finalmente, exhortamos a la sociedad peruana, como señala el Santo Padre en su mensaje a “esforzarnos todos para derribar los muros que nos separan y construir puentes que favorezcan la cultura del encuentro, conscientes de la íntima interconexión que existe entre nosotros” y “superar nuestros miedos para dejarnos enriquecer por la diversidad del don de cada uno”.

Que la Sagrada Familia de Nazaret, migrantes y refugiados en Egipto, los proteja y que Dios los bendiga a todos con los dones del Espíritu Santo para que formemos un nosotros cada vez más grande.

En Cristo.

23 de septiembre de 202