La misión del enviado papal a Chile "va mucho más allá que solo Barros" Juan Carlos Cruz, tras su reunión con Scicluna: "Por primera vez siento que nos están oyendo"
(C. Doody/Agencias).- "Estoy muy contento de poder hablar con monseñor Scicluna. Por primera vez siento que nos están oyendo". Así de satisfecho se ha mostrado Juan Carlos Cruz, víctima del sacerdote pederasta Karadima, tras su reunión en Nueva York con el investigador papal asignado al caso, Charles Scicluna. El arzobispo de Malta "también lloró conmigo cuando le contaba cosas: sentí su compasión muy grande", añadió el chileno.
"Monseñor Scicluna, tremendamente empático, un hombre bueno que quiere hacer una investigación transparente e independiente, sin que nadie interfiera", indicó Cruz a Efe tras una reunión "emocionalmente difícil" que se extendió por casi cuatro horas.
Aseguró además que aunque el tema central de la reunión era Barros -el actual obispo de Osorno- Scicluna también le preguntó por cardenales y otros obispos.
"Me pidió información de los cardenales de Chile, o sea, fue mucho más allá de solo (Juan) Barros. Pude hablar del cardenal (Francisco Javier) Errázuriz, de todo lo que ha hecho, del cardenal (Ricardo) Ezzati, todo lo que no han hecho, de los otros obispos de (la parroquia) El Bosque, hablamos incluso de otros obispos en Chile. Yo creo que esta misión va mucho más allá que solo Barros", añadió el periodista.
Cruz ha asegurado que Barros estaba presente cuando Karadima, párroco de la iglesia de El Bosque en Chile abusaba de él, lo que el religioso ha rechazado reiteradamente.
A finales de enero, el Papa designó al arzobispo Scicluna para investigar las acusaciones de que Barros encubrió a Karadima, declarado en 2011 por el Vaticano culpable de abuso sexual contra al menos un menor y otros feligreses de una parroquia en Santiago en la que ejerció su ministerio.
Debido a su edad, 81 años, el Vaticano le ordenó retirarse a una vida de penitencia.
En noviembre del mismo año, la Justicia chilena determinó que el religioso cometió abusos contra Cruz y dos feligreses más de la parroquia El Bosque entre 1981 y 1995, cuando ellos eran menores de edad, aunque consideró que los delitos habían prescrito.
Cruz además indicó que a Scicluna "le dije que para mi es importante que otras víctimas que no han tenido acceso igual que nosotros (al Vaticano) merecen ser escuchadas. Hay muchas alrededor del mundo", afirmó.
Indicó que le contó al enviado del Vaticano sobre su experiencia "y muchas cosas más" y que le entregó a Scicluna su testimonio.
Agregó que el arzobispo de Malta había leído sus libros "y muchas veces que yo mencionaba a alguien, lo anotaba y decía que lo iba a llamar".
Entre los libros de Cruz figura Fin de la Inocencia en el que cuenta cuando conoció a Karadima y la historia del abuso sexual y psicológico del que fue víctima durante años por el sacerdote y que su caso no era la excepción.
Cruz aseguró a Efe que fue "doloroso" recordar lo ocurrido pero está "contento, tranquilo" y espera "que llegue a buen término".
"Me sentí oído, algo que nunca había sentido", así como "aliviado" tras el encuentro con Scicluna, dijo.
Después de esa cita en Nueva York, el arzobispo de Malta viajará a Chile, donde permanecerá un par de días y se entrevistará con otras víctimas de Karadima que acusan a Barros de haber sido testigo de los abusos sexuales del sacerdote cuando este era párroco de la iglesia de El Bosque.