El sacerdote asegura que seguirá trabajando en gobierno de Andrés Manuel López Obrador López Obrador es un profeta: Padre Solalinde
Durante una conferencia ofreció en el Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados Ignacio Manuel Altamirano, de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, quien se dio a conocer como defensor de los derechos humanos de los migrantes arremetió contra la Iglesia católica y afirmó que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es un profeta que sí se preocupa por los más pobres.
Además admitió que no le importa ser reducido al estado laical, ya que seguirá trabajando para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no como funcionario si no como colaborador.
Jimena Hernández corresponsal en México
“No conozco a ningún obispo que nos hable del amor al prójimo como lo hace Andrés Manuel, de amor preferencial a los pobres. Andrés Manuel es un profeta”, aseguró el padre Solalinde.
Después de que se diera a conocer que posiblemente tendría un puesto público al dirigir la Coordinación Nacional de Asuntos Migratorios y Extranjería (CNAME), instancia gubernamental que sustituirá al Instituto Nacional de Migración (INM), el padre Solalinde se desvivió en halagos hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador y justificó que la situación del país se debe a los problemas que dejaron administraciones pasadas.
En un evento titulado Conversatorio: Rumbo al 2024; unidad y fortalecimiento de la 4T, el padre Solalinde aseguró que seguirá trabajando con López Obrador, aunque el alto clero católico busque descenderlo al rango de laico.
“Seguiré trabajando con López Obrador, porque lo hago por un bien común y para el pueblo mexicano, aunque no como un funcionario, sino como colaborador. López Obrador no trabaja para un partido, sino para todos, mediante un gobierno humanista, con valores e ideales y con un patrón espiritual”.
Durante su charla aprovechó para criticar a la Iglesia católica y afirmó que han abandonado a la sociedad mexicana, pues no les importa que los gobernantes sean corruptos, siempre y cuando se declaren católicos.
“La sociedad mexicana ha sido abandonada por la iglesia, como Cristo la pensó, porque ésta había sido concebida en movimiento y misionera, no como un inmueble, sino como una institución que acompaña, que encamina y entiende la existencia, para ser una compañera de camino, nunca una iglesia supremasista o que cambiara el servicio de la comunidad por un poder de dominio supremasista”, dijo.
Cabe señalar que de acuerdo al artículo 130 de la Constitución Mexicana, “Los ministros de cultos no podrán desempeñar cargos públicos”, además “Los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”.
