Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana Mons. Pesoa denuncia el doble discurso sobre la defensa y cuidado de la casa común
Este domingo 8 de septiembre ha denunciado que la destrucción de la Amazonía boliviana está siendo ocasionada por oscuros intereses
Desde la Basílica de San Francisco ha pedido "respeto a las formas de vida y cultura"
| Vatican News
(Vatican News).- Ante la cercanía del Sínodo de la Amazonía y los incendios sucedidos en la Amazonía boliviana, el Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana, Mons. Aurelio Pesoa, se une al clamor de los pueblos del oriente boliviano pidiendo respeto a las formas de vida y a la cultura, denunciando el doble discurso y las malas decisiones: “Hay que decirlo con toda claridad: son los ocultos intereses económicos de los poderosos de Bolivia, los que están ocasionando una destrucción sin precedentes”, aseveró durante su homilía la mañana de este domingo, 8 de septiembre desde la Basílica de San Francisco en la misa transmitida por los medios de comunicación a nivel nacional.
Respeto a formas de vida y culturas
“Ante la cercanía del Sínodo de la Amazonía, me permito unirme al clamor de los pueblos indígenas del oriente boliviano que piden respeto a sus formas de vida, a sus diferentes culturas. En nuestro país hay un divorcio entre el discurso de defensa de la casa común y la praxis del cuidado de la creación. Hay que decirlo con toda claridad: son los ocultos intereses económicos de los poderosos de Bolivia, los que están ocasionando una destrucción sin precedentes de la biodiversidad y el ecosistema de una región, cuyo equilibrio es clave para Bolivia y para la humanidad entera, particularmente en la zona de la Chiquitanía y otros lugares.
"En nuestro país hay un divorcio entre el discurso de defensa de la casa común y la praxis del cuidado de la creación"
Interes oscuros
"Pareciera que se imponen los oscuros intereses, pero no el interés común, no el interés de todo el pueblo, no el interés de los pueblos indígenas que serán los más directamente afectados, no el interés de los habitantes del planeta y, desde luego, no los intereses del Creador a quien no se le escucha y que, lamentablemente, ha dejado de influir en nuestra conciencia, en nuestro pensamiento y en nuestras decisiones.
Dios está siendo relegado de nuestras vidas. Ya no se le escucha. Los intereses particulares y de grupo toman el lugar de la escucha de Dios y de su Palabra.
Un camino en el que no cuenta la opinión del pueblo, no cuenta el diálogo, no cuenta la búsqueda del bien común y, desde luego, no cuenta Dios y su Palabra es un camino muy peligroso y sin retorno, porque es poco sabio", aseguró.