(Vatican News).-Es necesario "volver a empezar desde Jesucristo": esta es la indicación ofrecida a la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB) por el nuncio apostólico en el país, Monseñor Christophe Pierre, que intervino ayer, 16 de junio, en la Asamblea General de los obispos prevista hasta mañana en modo virtual.
Llevando a todos los participantes "el saludo, la cercanía, el apoyo fraterno y la oración del Papa Francisco", monseñor Pierre reiteró la importancia, especialmente en el contexto de la pandemia del Covid-19, de "un encuentro personal con Dios y una auténtica experiencia religiosa." "En lugar de empantanarnos en complicados conceptos teológicos -dijo-, debemos ser audaces y proclamar a Jesucristo", porque "ante los grandes desafíos de nuestro tiempo, no seremos salvados por una fórmula mágica, sino por una Persona y por la garantía de que siempre estará con nosotros".
La Iglesia americana, por tanto, no necesita "inventar un nuevo programa -continuó el Nuncio- porque ya existe y es el del Evangelio, que tiene como centro a Cristo, a quien hay que conocer, amar e imitar". Anunciar la Buena Nueva, de hecho, "no es una costumbre tradicional o una práctica social -añadió el prelado-, sino que es la proclamación gozosa de que Cristo es una Persona que hay que encontrar":
"Cuando el cristianismo se reduce a la costumbre, a normas morales, los rituales sociales, entonces pierde su vitalidad y su interés existencial para los hombres y mujeres de nuestro tiempo", en particular para "los que buscan la esperanza después de la pandemia"; para los que buscan una auténtica justicia tras la contienda racial; y para los que han llegado a Estados Unidos en busca de un futuro más brillante y seguro".
El cristianismo, continuó el Nuncio, "no es una mera tradición cultural" y debe distinguirse de "otras propuestas políticas e ideológicas" porque "ofrece algo más que una ONG o una organización de servicios sociales: ofrece la salvación en la persona de Jesucristo", especialmente a través de "los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía".
A este respecto, monseñor Pierre reiteró que la Eucaristía "no es simplemente una 'cosa' que hay que recibir, sino Cristo mismo, una Persona que hay que encontrar". Dicho encuentro, reiteró, debe ponerse en práctica según el método de Jesús, es decir, el "diálogo", un diálogo "respetuoso" y "reflexivo" que "acompañe" a las personas, especialmente a las que se encuentran en dificultades "económicas, emocionales y espirituales", con la "esperanza de una conversión más profunda".
"Como cristianos -añadió el Nuncio- nuestro diálogo debe expresar una experiencia cristiana vivida no como un tipo de moralismo, sino como una gracia", porque su objetivo debe ser "la unidad, como Iglesia y como obispos", la única capaz de "ofrecer un poderoso testimonio del Evangelio".
Muchas veces, recordó el prelado, la Iglesia en Estados Unidos se ha mostrado "capaz de tan ardua tarea": por ejemplo, ante "la crisis de los abusos, las necesidades de los inmigrantes, las víctimas de los desastres naturales y la lacra del racismo". Todo ello evidencia "una verdad innegable, a saber, que la unidad es posible y que la Iglesia en Estados Unidos la ha experimentado muchas veces".
Por tanto, corresponde a los mismos obispos, afirmó monseñor Pierre, trabajar por la unidad de la Iglesia, tanto a nivel local como en "comunión con la Sede de Pedro", porque sólo "la unidad de acción puede conducir a la unidad de la fe". Esto, añadió el prelado, "reforzará la credibilidad de la Iglesia", especialmente en el difícil contexto de la pandemia. El modelo a seguir, en definitiva, debe ser el de la "Iglesia-familia de Dios", "escuela de comunión que enseña el arte de la unidad en la diversidad", "fundada en el amor y el respeto mutuo" y en la que "se aprende a encontrar a Cristo en el otro".
De ahí el llamamiento del prelado a "acoger a nuestros hermanos con los brazos abiertos y a ser, junto a ellos, una Iglesia sinodal, caminando juntos". "Después de todo lo que hemos pasado -concluyó monseñor Pierre-, debemos volver a empezar a caminar. Debemos empezar de nuevo con Jesucristo".