Una nueva etapa de "esperanza y de reencuentro" que, sin embargo, para los obispos ha dejado una “huella de dolor e incertidumbre” debido a la grave crisis sanitaria, económica, política social y ética que vive la nación y que “ha puesto al descubierto falencias endémicas que nunca fueron afrontadas con claridad y decisión” por un Estado, que hoy se encuentra “sobre-endeudado e incapaz de cumplir con sus obligaciones de salud, educación, trabajo y seguridad”.
Preocupados por las dificultades que atraviesan empresas, trabajadores, familias y personas, cada vez más vulnerables y empobrecidos, los obispos cuestionan con amargura, el colapso del sistema de salud que no estaba preparado para enfrentar la emergencia, por lo que el número de contagios y fallecimientos fue muy elevado. Una “profunda indignación” manifiestan los obispos ante lo que han llamado “la pandemia de la corrupción” que afecta la sociedad, y que en el escenario de las instituciones de salud, se tradujo en irregularidades en las compras de fármacos e insumos y en los sobreprecios de mascarillas, medicinas, fundas para difuntos y kits alimenticios.
“Moralmente – denuncia el episcopado – es un gravísimo crimen aprovecharse de esta dolorosa situación para enriquecerse de un modo fraudulento que no debe quedar impune”. Un hecho que para los obispos revela no solo “la codicia humana, sino también hasta qué punto la corrupción está presente en la sociedad y en las instituciones”.
2da cobertura de movilizaciones en #Ecuador
— Roberto Chávez (@lamalaactitud) May 19, 2020
El pueblo le perdió el miedo al #COVID19, al gobierno y a morir con #Coronavirus. Hay gente que la tiene muy jodida y no va a permitir que la poca plata que queda, se vaya en corrupción
Cuidado, hay contagio comunitario de indignación pic.twitter.com/UMX9Px4s0w
En este contexto de fragilidad y desconfianza, la Iglesia ecuatoriana exhorta a todos los actores sociales, políticos y económicos a enfrentar el presente con “decisión y transparencia en la búsqueda del bien común”, y a asumir sus responsabilidades de forma “clara, consensuada y ética” dejando de lado intereses personales o de partido.
Luego de reiterar su agradecimiento a todos los profesionales de salud y a todos aquellos que se comprometieron con audacia y sacrifico para asistir y ayudar a las personas más afectadas por la emergencia, el episcopado llama a todos los ciudadanos a emprender esta nueva etapa con “seriedad, prudencia y responsabilidad” cumpliendo las medidas preventivas que han sido cruciales para “doblegar la curva de contagios”.
“La vida es el don más grande que hay que cuidar” concluyen los obispos que invocan a María, la Madre de Jesús, para que les infunda valentía y esperanza en la adversidad y los acompañe en este momento histórico.
Ecuador hasta el momento ha registrado casi 3 mil muertes oficiales y más de mil 500 fallecidos “probables”, mientras los casos de contagios por Covid-19 alcanzan a más de 33.500 personas. El país, uno de los más afectados en Suramérica, se enfrenta a una serie de protestas por la ley aprobada para paliar los efectos económicos y sociales de la pandemia, a graves polémicas por manejos fraudulentos de los recursos destinados a la emergencia, al desempleo galopande y a una grave crisis alimentaria.
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