Entrevista a la periodista peruana, figura clave en la investigación sobre el Sodalicio Paola Ugaz: "Figari era un monstruo, y un fanático de la dictadura de Francisco Franco, de Hitler, de Primo de Rivera…”
"Tanto Scicluna como Bertomeu han tenido que soportar una presión muy dura, tanto en Perú como en la curia vaticana. A ellos, enviados del Papa, los han acusado y atacado, lo que es igual que atacar al Papa (...) Y hay que agradecer su trabajo, y el del Papa Francisco, por la empatía que tuvo al encontrarse con una periodista que investigaba la pederastia clerical"
“Figari era fanático de la dictadura de Francisco Franco, de Hitler, de Primo de Rivera…”. La periodista peruana, cuya investigación, junto a Pedro Salinas, permitió que el Papa investigara al Sodalicio, desentraña las claves de poder, dominio y sumisión que permitieron a este grupo ultra peruano ser reconocidos, y durante años, protegidos, por el Vaticano
Ahora, cuando Francisco ha expulsado a su fundador, Luis Fernando Figari, Paola Ugaz desvela la persecución sufrida, y que ha alcanzado a los propios investigadores enviados por el Papa. Y su intención de no dar un paso atrás.
¿Qué sentiste cuando conociste la expulsión de Figari?
La expulsión de Luis Fernando Figari como fundador del Sodalicio tiene una importancia capital para nosotros, como investigadores de este caso, para los sobrevivientes y para el Perú, un país donde esta organización se fundó en 1971 y donde conserva mucho poder político, económico, social, y también judicial pese a que las denuncias en su contra datan de 20 años atrás. El Sodalicio se ha paseado impunemente en la sociedad peruana, y solo ha sido gracias al Papa Francisco que el Vaticano ha intervenido. Esto muestra que, a nivel mundial, otras organizaciones que han utilizado el nombre de la Iglesia Católica para acceder al poder y abusar de sus miembros tienen que poner sus barbas a remojo.
¿Cómo ha sido el trabajo llevado a cabo por los investigadores del Vaticano?
Ha sido fundamental. Sin Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, los llamados ‘007 del Vaticano’ a Perú, nada hubiera sucedido. Ellos vinieron a Perú con mucha humildad, empatía y escucha para sentarse y escuchar a todos los supervivientes, a los campesinos de Piura a quienes el Sodalicio había quitado sus terrenos en el norte, a todos, recopilando muchísima información que ha llevado hasta ese momento.
Tanto Scicluna como Bertomeu han tenido que soportar una presión muy dura, tanto en Perú como en la curia vaticana. A ellos, enviados del Papa, los han acusado y atacado, lo que es igual que atacar al Papa. Y es que el matonismo también forma parte del Sodalicio, que ha tocado fondo al acusar a la misión nombrada por el mismo Papa. Y hay que agradecer su trabajo, y el del Papa Francisco, por la empatía que tuvo al encontrarse con una periodista que investigaba la pederastia clerical.
Tuviste oportunidad de hablar con el Papa de este escándalo…
Sí: soy la primera periodista que se reúne con el Papa para hablar de estos temas, para hablar de las víctimas. En noviembre de 2022 pedí a Francisco que hiciera algo, y de ahí surgió la investigación encomendada a Scicluna y Bertomeu. Hablé al Papa de las víctimas: de José Enrique Escardo, el primer denunciante del Sodalicio; de Renzo Orbegoso, de Rodrigo Labor, de tanta gente que ha sufrido tanto... Y gracias a esa escucha, envió a los investigadores, y se decidió expulsar a Figari.
¿Cuál fue el papel de los investigadores vaticanos?
Ha sido un trabajo con mucha empatía, con mucha humildad, meticuloso. Vinieron a entrevistar a todas las víctimas, y les dieron otra imagen de lo que es la Iglesia Católica, después de que durante años no se hiciera absolutamente nada. Desde el principio, demostraron que tenían ganas de hacer justicia, de cambiar las cosas, en un país donde los poderes fácticos generan impunidad para el Sodalicio. Junto a ellos, el trabajo del arzobispo de Lima, Carlos Castillo, el cardenal Pedro Barreto, y el arzobispo Reinaldo Nann, que son las excepciones, porque el resto de obispos de Perú no escucharon a las víctimas durante años.
Primero llegaron, vieron y luego, al regresar a Roma, tomaron decisiones. El Vaticano ahora es capaz de hacer algo. El Sodalicio nunca pudo expulsar a Figari, y esto es una reivindicación simbólica a todas las víctimas
Figari funda la organización a los 24 años en Perú, cuando nace la Teología de la Liberación de la mano del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez. Fue una respuesta ideológica desde la derecha a una teología que hablaba de los pobres
Durante años, Figari estuvo protegido, no sólo en Perú, sino también en el Vaticano…
Figari funda la organización a los 24 años en Perú, cuando nace la Teología de la Liberación de la mano del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez. Fue una respuesta ideológica desde la derecha a una teología que hablaba de los pobres. Figari era fanático de la dictadura de Francisco Franco, de Hitler, de Primo de Rivera, les hacía cantar el ‘Cara al Sol’ a sus fieles, y hablaba de ser “mitad monje, mitad soldado”. Y muchas autoridades religiosas veían con buenos ojos este ‘brazo armado’ que nació en Perú. Y le abrieron las puertas del Vaticano. Cuando Ratzinger llega a Perú en 1986, el grupo que lo recibe es el Sodalicio.
Luis Fernando Figari fue el niño mimado del Vaticano. Juan Pablo II lo nombra consultor del Pontificio Consejo para los Laicos, y da al movimiento rango pontificio en 1994. Se movían en Roma como Pedro por su casa: Figari estaba tan confiado de que no le iba a pasar nada porque tenía poderosos amigos en el Vaticano… Que haya caído por un documento firmado por el propio Papa dimensiona exactamente la decisión que se ha tomado
¿Quién es Figari para ti?
Para mí, Luis Fernando Figari es un producto peruano de abuso, de impunidad, una muestra de cómo alguien que acumula tanto poder se puede hacer tanta maldad. Figari no es el lobo solitario, no es el monstruo que vino e hizo el mal. Es un líder que pudo crear esa ficción del carisma del Sodalicio habiendo ya abusado de algunas personas antes, buscando un espacio seguro para seguir abusando y ser reconocido en el ámbito público, tener poder, lujos… mientras en su vida interna seguía siendo un matón, un abusador que convierte a sus seguidores en sus esclavos. Le gustaban las películas de acción, pero esas noches eran de horror para los esclavos que vivían con él. Además, era un misógino: para él las mujeres eran lo peor de lo peor, eran seres inferiores.
De momento Figari continúa en Italia. ¿Crees que será juzgado en Perú?
Figari solo será juzgado en Perú si una fiscalía se atreve a investigar de oficio, o si la fiscalía que había pedido su detención preventiva en el 2017 vuelve a pedir su procesamiento. Hasta ahora, no le ha pasado absolutamente nada en la justicia peruana, y la decisión del Vaticano solo confirma que la solución tenía que venir de fuera del país, porque dentro el Sodalicio es todavía un movimiento muy poderoso.
Tanto Pedro Salinas como tú habéis sufrido persecuciones tras la publicación de vuestro libro. ¿Qué esperas que suceda ahora?
La persecución no se ha detenido. Dentro de la Fiscalía y el Poder Judicial la máquina se sigue moviendo. Nuestra persecución se ha dado en redes sociales, con amenazas de muerte, persecución a nuestros hogares, a nuestras familias, desde 2018, y no se ha detenido. Tanto para mí como para Pedro Salinas y otros, ha supuesto y está suponiendo un fuerte coste emocional, físico y económico.
Y ahora, ¿qué? ¿Puede sobrevivir el Sodalicio a su fundador? ¿Qué pasos deben darse?
El Sodalicio no puede sobrevivir al fundador porque no era un monstruo traído de fuera, era parte de la misma organización, creada con su carisma, y que tuvo muchísimos abusadores en su seno. Y la impunidad con la que se movieron los abusadores físicos, psicológicos y sexuales es parte de su ADN. También, las ganas de vengarse de los que los denunciaron. Sus miembros se volvieron robots preparados para acabar con el otro porque pensaba al fundador, porque “el que obedece nunca se equivoca”, como decían.
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