Ojea: "Es injusto llamar hipócritas o antiderechos" a los opositores a la norma La Iglesia argentina se moviliza contra la reforma del aborto del Gobierno
Multitudinaria misa por la vida en la basílica de Luján
"Acompañaremos todas las políticas sociales que favorezcan la atención a la mujer embarazada especialmente en situaciones de conflicto y de extrema vulnerabilidad"
"Tenemos que luchar contra todos los abusadores. Los católicos no somos los enemigos"
"Tenemos que luchar contra todos los abusadores. Los católicos no somos los enemigos"
| RD/Valores Religiosos
La Iglesia llamó este domingo a “cuidar la vida” y rechazó que desde el oficialismo se intente legalizar el aborto en la Argentina, en una concurrida misa que se celebró en Luján en coincidencia con el Día Internacional de la Mujer con el lema “Sí a las mujeres, sí a la vida”.
Ratificando su férrea oposición a la legalización, ante una multitud que acudió al santuario mariano nacional, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, aseveró que “no es lícito eliminar ninguna vida humana, como afirma nuestra Constitución Nacional”, y propuso “que el diálogo sea el camino de los debates sociales, que se puedan analizar la complejidad de las situaciones desde el respeto, el discernimiento y la razón y no desde la dialéctica emocional de quien se impone y silencia al que piensa y siente distinto”.
Así, en una misa concelebrada con numerosos obispos, el prelado cruzó al presidente de la Nación, Alberto Fernández, y al ministro de Salud, Ginés González García, al declarar desde la homilía que “es injusto y doloroso llamar anti-derechos o hipócritas” a quienes defienden que “hay vida desde la concepción”.
“Millones de argentinos y argentinas, creyentes y no creyentes, tienen la profunda convicción de que hay vida desde la concepción y que una persona distinta de su madre va desarrollándose en su seno. Es injusto y doloroso llamarlos anti-derechos o hipócritas”,
lanzó, tras declaraciones del presidente la semana pasada, cuando anunciaba que enviaría un proyecto de legalización del aborto, en la apertura de sesiones legislativas, dichos que también fueron rechazados por un arzobispo muy cercano al Papa, Víctor Fernández.
Discernir prioridades
En el primer acto de la campaña de este año de la Iglesia para oponerse al aborto, el obispo insistió en que “la descalificación y la estigmatización no hacen más que profundizar las divisiones entre los argentinos”, acaso reaccionando al calificativo de “anti-derechos” que el ministro de Salud aplicó apenas asumió en diciembre, al relanzar el protocolo de aborto no punible.
En ese sentido, Ojea pidió “discernir prioridades y no elegir temas que enfrenten a los ciudadanos”, como la interrupción del embarazo, tal como quedó expuesto en el debate de 2018. Y dio un dato: hay por lo menos 4.400 villas miseria, por lo que pidió evitar fraccionamientos para trabajar en pos de “un horizonte común como pueblo”.
Reivindicó también el obispo el apoyo de la Iglesia a la educación sexual, afirmando que debe ser “verdaderamente integral” para que “fomente y capacite la decisión libre de concebir una vida humana”.
Pero defendió a los colegios religiosos, al advertir que esa implementación debe respetar “los idearios de las instituciones educativas como lo afirma la ley actual”.
Tras el anuncio del presidente de un proyecto de contención a las mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad, Ojea sostuvo que “acompañaremos todas las políticas sociales que favorezcan la atención a la mujer embarazada especialmente en situaciones de conflicto y de extrema vulnerabilidad”, aunque días pasados la Iglesia rechazó que eso sea un paliativo a la legalización del aborto.
Con las víctimas del feminicidio
En el Día de la Mujer, la Iglesia también se solidarizó con las víctimas de femicidio al “deplorar con todas las fuerzas de nuestro corazón la crueldad de los femicidios y todo tipo de violencia y discriminación ejercida contra las mujeres”.
Por último, ante miles de personas provida -no se cursaron invitaciones especiales-, el obispo de San Isidro pidió a la Virgen que “nos preserve de la conciencia aislada e individualista y del deterioro de nuestros vínculos”.
La Virgen empoderada
Un cartel llama la atención: “El verdadero ejemplo de mujer empoderada es la Virgen María, aunque no les guste a muchas”, con esta última palabra en color verde oscuro. Lo tiene en sus manos con una sonrisa Belén Lombardi, una joven de 24 años de Buenos Aires, que se dirigió a la ceremonia con su familia por lo que ella entiende que es “una cuestión de humanidad, no de religión o ideología política”.
Consultada por su expresión en la pancarta, dice: “Generalmente, en el día de la mujer, una de las cosas que hacen las feministas es incendiar catedrales, atentar contra la religión cristiana y contra la virgen María".
"La virgen María fue una mujer que en una situación súper difícil, de vulnerabilidad, y en una época que se condenaba muchísimo a las mujeres y especialmente a las madres solteras, le dijo sí a la vida y fue un sí que cambió y dividió la historia del mundo"
“Lo que quiero representar” -continúa- “es que el problema no es con la Iglesia, la virgen María o los católicos. El problema es con los violentos reales, que lamentablemente muchos están dentro de la Iglesia. Pero, como decía el obispo, tenemos que pelear contra ellos también, contra todos los abusadores. Los católicos no somos los enemigos. Son los cafishos en los burdeles, la trata de blancas, el tráfico de drogas, los golpeadores, los femicidas. Contra ellos tenemos que ir”.