Día Internacional contra el Uso de Menores Soldado Los salesianos recuperan jóvenes en Colombia gracias a la educación
La estimación de niños y niñas que participan en la actualidad en conflictos armados en el mundo se sitúa en los 240.000
El documental ‘Alto el fuego’ refleja la esperanza de los jóvenes que vuelven a estudiar, tratando de superar sus traumas y recuperar la infancia perdida en la selva cuando fueron reclutados por las guerrillas
Los salesianos les atienden emocionalmente a través de la pedagogía de la confianza
Los salesianos les atienden emocionalmente a través de la pedagogía de la confianza
| Misiones salesianas
Alto el fuego cuenta la historia de Catalina y de Manuel, dos jóvenes desvinculados del conflicto armado de Colombia que tratan de superar sus traumas, recuperar la infancia perdida en la selva cuando fueron reclutados por las guerrillas y regresar con sus familias mientras apuestan por la paz y la educación. Gracias al programa Construyendo sueños de Ciudad Don Bosco-Medellín (Colombia), decenas de menores pasan cada año por las instalaciones de la Casa de Protección Especializada (Capre) que atienden los Salesianos para empezar una nueva vida, cambiar las armas por los libros, aprender un oficio y reintegrarse en la sociedad a través de la pedagogía de la confianza, de la esperanza y de la alianza.
El documental ‘Alto el fuego‘ ha sido presentado en más de 200 festivales y certámenes de cine en todo el mundo logrando una veintena de galardones entre primeros premios y reconocimientos y menciones especiales de la crítica y el jurado a nivel internacional.
En estos dos años Catalina cumplió su sueño de graduarse como auxiliar de Enfermería y afianzó el vínculo familiar con su madre y su hermano. Se ha convertido en una líder juvenil y participó en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá. “Gracias al documental Alto el fuego entendí que la vida es un mar de posibilidades y estoy haciendo realidad todo lo que me he propuesto como embajadora de la paz”, asegura.
“Gracias al documental Alto el fuego entendí que la vida es un mar de posibilidades y estoy haciendo realidad todo lo que me he propuesto como embajadora de la paz”
Manuel, por su parte, continúa compaginando sus estudios con el trabajo. Se independizó, aunque vive muy cerca de Ciudad Don Bosco y sigue visitando el centro Capre e impartiendo charlas a menores que viven su misma situación. Trabaja en una empresa y maneja una máquina que fabrica placas metálicas. “Estoy muy agradecido a Alto el fuego. Presentarlo en España y en Europa fue una oportunidad para afianzar el cambio y luchar por el futuro”.
Miles de menores y adolescentes como en su día fueron Catalina y Manuel continúan hoy en primera línea de fuego en más de una veintena de conflictos armados en el mundo. No van a la escuela y son esclavizados, maltratados y abusados sin escrúpulos. El reto es que la paz también pueda devolver la infancia y ofrecer una oportunidad de futuro a estos menores. Los Salesianos seguiremos en esa lucha a través de la educación.