Aldonza Lorenzo
Así rezaba el dicho popular y así razonó don Quijote, a la hora de inventarse una señora para el asunto de sus caballerías, que era para lo que él la quería. Lo cual logró como era su manera de lograrlo todo: con sólo cambiarle el nombre a una Aldonza Lorenzo cualquiera por el de Dulcinea del Toboso, empresa que le pidió más tiempo que ninguna otra, puesto que fue su última ocurrencia, tras pasar largos días en imaginar qué nombre le pondría a su caballo y qué nombre se pondría a sí mismo:
«Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos, y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto.», I.2.10.
«—Ta, ta! -dijo Sancho-. ¿Que la hija de Lorenzo Corchuelo es la Señora Dulcinea del Toboso, llamada por otro nombre Aldonza Lorenzo? —Esa es -dijo Don Quijote-, y es la que merece ser señora de todo el universo.» I.25 § 46-47.
«[Sancho] llevaba la carta a la señora Dulcinea del Toboso, que era la hija de Lorenzo Corchuelo, de quien (Don Quijote) estaba enamorado hasta los hígados.», I.26.20.
Según Riley, al revelar a Sancho que Dulcinea es Aldonza Lorenzo y «atribuir una localización distintiva a su ideal, don Quijote lo transforma en una ilusión vulnerable».
Aldonza era también el nombre de La lozana andaluza. El nombre de Aldonza deriva, según Américo Castro, de Alaroza, que en árabe significa 'novia' (Américo Castro,Cervantes y los casticismos españoles, Madrid, Alianza Editorial, 1974, págs. 81 y sigs.). Alaroza, Aldonza, Andolza o Na Dolza, que significa en etimología popular recogida por Covarrubias: 'dulce', Cov. 80.a.3; razón por la cual el hidalgo la invocará como mi dulce señora y la convertirá, latinizándola plenamente (ya que Al- es árabe), en Dulcinea.
A pesar de esta connotación, perceptible únicamente para el conocedor del árabe, Aldonza era nombre rústico, e incluso vulgar, cuyo carácter proverbial queda probado por la existencia de los refranes: «A falta de moza, buena es Aldonza», Corr., 14.a. ««A mengua de moza, buena es Aldonza.» Lo ke: «A falta de moza... », Corr. 26.a. ««Aldonza soi, sin vergüenza.» Tiene grazia en torzer el sentido. Kiere dezir ke se llama Aldonza, ke no tiene por ké negar su nonbre, i ke puede mostrar su kara deskubierta, sin kosa ninguna por ké avergonzarse; mas tomándolo komo suena, dize: «Soi Aldonza sin verguenza ninguna», i en esto está la grazia.», Corr. 50.a.
Aldonza, además de nombre rústico y proverbial, era también nombre típico de morisca, variante de Alaroza; la madre de Aldonza Lorenzo se llama también Aldonza, lo cual da a entender que toda su familia materna era morisca. ® Dulcinea.
Su apellido, Lorenzo, es, como lo comprende sin explicación particular cualquier locutor del castellano, patronímico paterno: hija de Lorenzo, ya que el padre de Aldonza se llamaba, en efecto, Lorenzo Corchuelo, como lo confiesa don Quijote mismo en I.25.45-46, provocando la sorpresa, si no la burla, de Sancho, que comprendió inmediatamente cuál era su linaje (tema de los linajes): «tal es el recato y encerramiento con que su padre, Lorenzo Corchuelo, y su madre, Aldonza Nogales, la han criado. § —¡Ta, ta! —dijo Sancho—. ¿Que la hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada por otro nombre Aldonza Lorenzo?», I.25.46.
En este mismo contexto Sancho nos procura un retrato ingenuo («naif») de Aldonza Lorenzo en el que se conjugan admirablemente la prosopografía y la etopeya. Nótese la importancia que tienen en ambas facetas del retrato la fuerza física y la voz de Aldonza. Para este aspecto del personaje, Sancho no se contenta con la exclamación admirativa «¡qué voz!», sino que ilustra su potencia mediante una anécdota, con lo cual la prosopofrafía se transforma en relato caracterizador: «—Bien la conozco—dijo Sancho—, y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora! ¡Oh hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y aunque estaban de allí más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que no es nada melindrosa porque tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de todo hace mueca y donaire. Ahora digo, señor Caballero de la Triste Figura, que no solamente puede y debe vuestra merced hacer locuras por ella, sino que, con justo título, puede desesperarse y ahorcarse; que nadie habrá que lo sepa que no diga que hizo demasiado de bien, puesto que le lleve el diablo.», I.25.48.
Réplica de don Quijote: «bástame a mí pensar y creer que la buena de Aldonza Lorenzo es hermosa y honesta; y en lo del linaje importa poco, que no han de ir a hacer la información dél para darle algún hábito, y yo me hago cuenta que es la más alta princesa del mundo.», I.25.49. ® Dulcinea del Toboso.
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Salvador García Bardón, Taller cervantino del “Quijote”, Textos originales de 1605 y 1615 con Diccionario enciclopédico, Academia de lexicología española, Trabajos de ingeniería lingüística, Bruselas, Lovaina la Nueva y Madrid, aparecerá en 2005.