Amigo, Amistad, Amor y enamorar en el DE de El Quijote
◊ Don Quijote avisó a su escudero Sancho del día y la hora que pensaba ponerse en camino ◊
Articulación diegética del texto ilustrado: Segunda salida de nuestro buen caballero don Quijote de la Mancha.
Texto ilustrado por Gustave Doré y coloreado por Salvador Tusell:
"avisó a su escudero Sancho del día y la hora que pensaba ponerse en camino para que él se acomodase de lo que viese que más le era menester."
El Q. I.7.21.
Légende de l'édition française :
[Tome I. Première partie. Pl. en reg. p. 58 : Don Quichotte convaint son voisin Sancho Panza d'être son écuyer.] Finalement, il lui conta lui persuada et lui promit tant de choses, que le pauvre homme se décida à partir avec lui.
Contexto del texto ilustrado:
Capítulo séptimo.—De la segunda salida de nuestro buen caballero don Quijote de la Mancha.
21. Dio luego don Quijote orden en buscar dineros, y vendiendo una cosa, y empeñando otra, y malbaratándolas todas, llegó una razonable cantidad....
El Q. I.7.21.
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El prólogo al "Persiles", escrito cuando estaba en su lecho de muerte y que Sánchez Ferlosio, según confesión propia, no podía leer sin lágrimas, deja constancia de la importancia capital que para Cervantes tenían la risa y la amistad. La primacía que les otorgaba se infiere del hecho de que les rinda tributo al final del texto, que es, efectivamente, su epitafio literario:
«Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos, que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!» (Persiles y Sigismunda, I, f. 4v).
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amica, lat.: 1: [amicus Plato, sed magis amica veritas: 1: ® amicus ® veritas]; amicos, lat.: 1; amicus, lat.: 1
amicus (lat. amicus, -ci) m. 'amigo'
|| amicus Plato…: En su carta a Sancho Panza, gobernador, don Quijote cita el adagio latino: «amicus Plato, sed magis amica veritas», (Schevill-Bonilla). «Amigo Pedro, amigo Juan, pero más amiga la verdad. Imita al griego: «Amigo Sócrates, amigo Platón, pero más amiga la razón»», Corr., 75.b. ® veritas
|| multos numerabis amicos: «Donec eris felix, multos numerabis amicos, | Tempora si fuerint nubila, solus eris.», I.Pr.13. «Mientras seas feliz, contarás con muchos amigos, pero si el tiempo se nubla, te quedarás solo» es dístico de Ovidio, Tristia, 1, elegía 9, vss. 5-6ª. • La burla cervantina de la erudición pedante, que se practica citando de memoria algunos latines, consiste en atribuir a Catón estos versos que son de Ovidio.
amig-: amiga: 25; amigablemente: 1; amigas: 9; amigo: 250 [amigo Sancho: 17 [amigo Sancho Panza: 4]; Sancho amigo: 42]; amigos: 67; amiguita: 1; √ am-: amar
amigo (doc. ±1140, lat. amicus, íd., der. de amare 'amar') m. y f. 'que tiene afecto personal desinteresado' ^ 'con afinidad' :: 'inclinado a algo'; peyorativo: 'amancebado'
|| amigo fresco: ® fresco
|| de amigo a amigo, la chinche: «Proverbio: «De amigo a amigo, chinche en el ojo»: quando uno que professa ser amigo de otro, no le haze obras de tal», Cov. 436.a.34. ««De amigo a amigo, la chincha en el oxo, el kulo te rremoxo.» Éste es el más usado en Kastilla», Corr. 310.b. • Tras filosofar sobre la amistad entre Rocinante y el asno, el narrador evoca una canción en que figuraba este refrán: «De amigo a amigo la chinche, etc.», II.12.16.
|| amigo… le tengo en lugar de mi misma persona: ® persona
|| fuese su amigo o no [el abad de la reina Madásima]: 'fuese su amancebado o no' • Sancho se refiere al motivo del altercado de don Quijote con el loco de sierra Morena: «digo que ¿qué le iba a vuestra merced en volver tanto por aquella reina Magimasa, o como se llama? O ¿qué hacía al caso que aquel abad fuese su amigo o no?», I.25.4.
|| no hay amigo para amigo: Refranes: «No ai amigo para amigo: las kañas se buelven lanzas.», «No ai amigo para amigo, ni hixo para padre, ni padre para hixo.», Corr. 240.a. • Bowle señaló que los versos «no hay amigo para amigo: | las cañas se vuelven lanzas» proceden del romance «A fuera, a fuera, a fuera...» (recogido en un pliego suelto e) inserto en Guerras civiles de Granada, (Clemencín, Schevill-Bonilla, Rgz Marín). El narrador los cita en II.12.14, tras filosofar sobre la amistad entre Rocinante y el asno.
|| «un amigo mío, gracioso y bien entendido … ¿cómo queréis vos [amigo mío]...?»:, I.Pról.2: paso del estilo indirecto al directo. • «La introducción del amigo va a permitir a C. exponer sus ideas con técnica dramática: el amigo se convierte en narrador secundario y portavoz de la ruptura con respecto a lo establecido.», Rico, 10.
|| amigos [de don Quijote]: don Quijote pide a su sobrina que haga venir a sus mejores amigos para declararles su arrepentimiento y prepararse para morir: «Llámame, amiga, a mis buenos amigos: el cura, al bachiller Sansón Carrasco y a maese Nicolás el barbero, que quiero confesarme y hacer mi testamento. § Pero de este trabajo se escusó la sobrina con la entrada de los tres. Apenas los vio don Quijote, cuando dijo: —Dadme albricias, buenos señores, de que ya yo no soy don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano a quien mis costumbres me dieron renombre de Bueno.», II.73 § 7-9.
• No hay que pensar que de este círculo quede excluido Sancho, a quien don Quijote ha llamado continuamente: amigo Sancho Panza, amigo Sancho, Sancho amigo, etc. La carta que le escribió a la Ínsula Barataria iba firmada: «Tu amigo DON QUIJOTE DE LA MANCHA», II.51.28. Si es verdad que la sobrina y el ama tienden a desconfiar de él y a echarlo del círculo de amigos de don Quijote, porque piensan que es la causa del desvarío de su tío y señor, Teresa Panza reintroduce con orgullo en este círculo a su propio marido, Sancho, confesando que son sus mejores amigos : «saldré yo a dar a mis vecinas las nuevas de nuestro contento, y al padre cura y a maese Nicolás el barbero, que tan amigos son y han sido de tu padre.», II.50.31.
|| es grande amigo mío ese Cervantes: por Miguel de Cervantes Saavedra: durante el gran escrutinio de la librería de don Quijote, el cura resume así la vida de Cervantes: «—Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos.», I.6.60.
• El Cautivo evoca en su historia la personalidad de un compañero de cautiverio: «Sólo libró bien con él un soldado español llamado tal de Saavedra, el cual, con haber hecho cosas que quedarán en la memoria de aquellas gentes por muchos años, y todas por alcanzar libertad, jamás le dio palo, ni se lo mandó dar, ni le dijo mala palabra; y por la menor cosa de muchas que hizo temíamos todos que había de ser empalado, y así lo temió él más de una vez; y si no fuera porque el tiempo no da lugar, yo dijera ahora algo de lo que este soldado hizo, que fuera parte para entreteneros y admiraros harto mejor que con el cuento de mi historia.», I.40.14.
• «Para conocer la personalidad de Cervantes disponemos de una serie de preciosos autorretratos: los prólogos y un dilatado poema en tercetos, el Viaje del Parnaso, mezcla de fantasía mitológica, de alegoría y de sátira. Los prólogos contienen importantes declaraciones sobre sus principios y motivaciones artísticas; el Viaje del Parnaso, entre otras cosas, recapacita sobre una de esas motivaciones, la pesadumbre producida por su falta de éxito como poeta dramático y por no haber obtenido los premios y el prestigio correspondientes a su valía.
El prólogo al Persiles, escrito cuando estaba en su lecho de muerte y que Sánchez Ferlosio, según confesión propia, no podía leer sin lágrimas, deja constancia de la importancia capital que para Cervantes tenían la risa y la amistad. La primacía que les otorgaba se infiere del hecho de que les rinda tributo al final del texto, que es, efectivamente, su epitafio literario: «Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos, que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!» (Persiles y Sigismunda, I, f. 4v).
La imagen que de sí mismo proyecta en este y otros prólogos -alegre, chistoso, de condición apacible, aficionado a charlar con sus amigos- es en parte una estrategia retórica para ganarse la simpatía del lector, y, en el Quijote, atenuar el impacto de la sátira. No obstante, creo que el recurso retórico y la personalidad subyacente son una y la misma cosa, puesto que los pasajes de los prólogos en que Cervantes se retrata de tal manera corresponden a un tipo de escena reiterado en sus obras de ficción.
La misma insistencia en el tema me hace sospechar otra vez que la literatura es prolongación de la vida… Cervantes apreciaba y necesitaba la amistad; dentro del Quijote, ella y la risa están íntimamente vinculadas; gracias a esa obra, se había ganado la amistad de toda España.», Anthony Close, en Rico 1998 b, p. LXXXI- LXXXII. ® Saavedra ® viejo, soldado, hidalgo y pobre
amist-: amistad: 41; amistades: 2; √ amig-: amigo
amistad (doc. ±1140, del lat.vulg *amicitas,-atis, -atem ) f. 'confianza y afecto desinteresado entre personas'
|| amistad [de Rocinante y el rucio]: se prepara la escena en que van a encontrarse dos caballeros, con una especie de disertación sobre la amistad entre los animales, II.12.13. • Los animales sirven de ejemplo a los hombres, y su amistad de término de comparación para ilustrar la amistad entre los vecinos de la aldea de don Quijote. • La amistad de Niso y Euríalo es tema de Virgilio, Eneida, IX; la de Pílades y Orestes aparece en varias obras clásicas (Clemencín).
|| amistades: 'actos de amistad': 'favores, mercedes, obsequios' • Entrada de un personaje del apócrifo en el Quijote verdadero. Habla don Alvaro Tarfe: « —El mismo soy—respondió el caballero—, y el tal don Quijote, sujeto principal de la tal historia, fue grandísimo amigo mío, … y en verdad en verdad que le hice muchas amistades, y que le quité de que no le palmease las espaldas el verdugo, por ser demasiadamente atrevido», II.72.15.
|| correspondencia grata de firmes amistades: || ELOGIO DE BARCELONA: He aquí lo que don Quijote dice en honor de Barcelona a don Álvaro Tarfe, personaje del apócrifo, a pesar de que ya ha sido vencido en la playa de esta ciudad: «me pasé de claro a Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los estranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única. Y aunque los sucesos que en ella me han sucedido no son de mucho gusto, sino de mucha pesadumbre, los llevo sin ella, sólo por haberla visto.», II.72.22.
• En términos parecidos a los empleados por don Quijote con don Álvaro Tarfe, había elogiado a Barcelona el narrador de Las dos doncellas: «Admiróles el hermoso sitio de la Ciudad y la estimaron por flor de las bellas ciudades del mundo, honra de España, temor y espanto de los circunvecinos y apartados enemigos, regalo y delicia de sus moradores, amparo de los extranjeros, escuela de la caballería, ejemplo de lealtad y satisfacción de todo aquello que de una grande, famosa, rica y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso deseo.», NovelEjemp., p. 203.a.
• El mismo tipo de elogio, extendido a los catalanes en general, se encuentra en la obra póstuma de Cervantes: «Los corteses catalanes, gente enojada, terrible, y pacífica, suave; gente que con facilidad da la vida por la honra, y por defenderlas entrambas se adelantan a sí mismos, que es como adelantarse a todas las naciones del mundo, visitaron y regalaron todo lo posible a la señora Ambrosia Agustina, a quien dieron las gracias, después que volvieron, su hermano y su esposo. », Persiles, L.III, c.12, p.1024.
|| Barcelona,… venganza de los ofendidos: Don Quijote, hablando con don Alvaro Tarfe, califica a su manera la leyenda del carácter vengativo de los catalanes; de este carácter se han dado dos ejemplos en los relatos de Roque Guinart y Claudia Jerónima. Cf. PyS, libro 3, c. 12, ed. Castalia, p. 366. ® Playa de Barcelona: ® playa
|| el visorrey de Barcelona: ® visorrey
|| hacer amistades: 'hacer favores, regalos' ^ 'dar muestras de amistad': «Frase en la cual hallaría alguno que se comete un galicismo, pero no es así. Amistades son en este lugar lo mismo que obsequios o favores; y en esta acepción usó también Quevedo la palabra amistad en el Gran Tacaño (cap. XXII). Al fin me hizo amistad (por mi dinero) de alcanzar de los demás lugar para que yo fuese con ellos.», Clem. 1914.a. • Don Álvaro Tarfe, hablando con el don Quijote verdadero, se refiere al falso don Quijote de Avellaneda: «le hice muchas amistades», II.72.15.
|| santa amistad: ® santa
amor: 125: [por amor de Dios: 8]; √ am-: amar
amor (doc. ±1140, del lat. amor, -oris, -orem ) m. 'sentimiento afectivo que busca el bien y desea poseerlo' µn 'objeto del cariño de alguien' • Comparando el amor con la amistad y con la buena voluntad, Guzmán de Alfarache explicita una escala léxica cuya validez valorativa y programática queda manifiesta en el Quijote: buena voluntad / amistad / amor: «Hay diferencia entre buena voluntad, amistad y amor. Buena voluntad es la que puedo tener al que nunca vi ni tuve dél otro conocimiento que oír sus virtudes o nobleza o lo que pudo y bastó moverme a ella. Amistad llamamos a la que comúnmente nos hacemos tratando y comunicando o por prendas que corren de por medio. De manera, que la buena voluntad se dice entre ausentes y amistad entre presentes. Pero amor corre por otro camino. Ha de ser forzosamente recíproco, traslación de dos almas, que cada una dellas asista más donde ama que donde anima. Este es más perfecto, cuanto lo es el objeto; y el verdadero, el divino. Así debemos amar a Dios sobre todas las cosas, con todo nuestro corazón y de todas nuestras fuerzas, pues él nos ama tanto. Después deste, el conyugal y del prójimo. Porque el torpe y deshonesto no merece ni es digno deste nombre, como bastardo. Y de cualquier manera, donde hubiere amor, ahí estarán los hechizos; no hay otros en el mundo. § Por él se truecan condiciones, allanan dificultades y doman leones. Porque decir que hay bebedizos o bocados para amar, es falso. Y lo tal sólo sirve de trocar el juicio, quitar la vida, solicitar la memoria, causar enfermedades y graves acidentes. El amor ha de ser libre. Con libertad ha de entregar las potencias a lo amado; que el alcaide no da el castillo cuando por fuerza se lo quitan, y el que amase por malos medios no se le puede decir que ama, pues va forzado adonde no le lleva su libre voluntad.», MA, GdeA, vol. I, 37-38.
|| «Amor, cuando yo pienso»: El madrigalete que comienza así en II.68.16 es trad. de uno incluido en Gli Asolani de Pietro Bembo (1470-1547), «Quando io penso al martire...», Rgz Marín, Apéndice 38.
|| amor platónico: ® platónico
|| «Del Amor de Dios»: El amigo del autor se refiere irónicamente en I.Pról.14 a la obra de fray Cristóbal de Fonseca, agustino, Tratado del amor de Dios (1592). Menéndez Pelayo lo considera «farragoso».
|| del amor se dice que todas las cosas iguala, I.11.2. • Al invitar a Sancho a sentarse a su lado, Don Quijote alude tanto a la noción refranesca de que el amor iguala al vasallo con el señor como a San Pablo (Cor. I.13), donde 'amor' aparece por 'caridad' en algunas versiones, (Schevill-Bonilla).
|| el amor tiene la misma condición que la muerte: ® muerte
|| en buen amor y compaña: 'en buen amor y compañía de amistad': ® comer
|| suelen hacer el amor: 'suelen producir el amor'. • A Sancho, que no comprende cómo don Quijote ha podido enamorar a Altisidora, puesto que no tiene hermosura ninguna, don Quijote le replica: «cuando se pone la mira en esta hermosura [del alma], y no en la del cuerpo, [todas estas partes, que caben y pueden estar en un hombre feo] suelen hacer ['producir'] el amor con ímpetu y con ventajas.», II.58.16. • Puede entenderse, como lo sugiere Murillo, que el pl. "suelen" se refiere a «todas estas partes». Los eds. corrigen «suele nacer», (Schevill-Bonilla), (MdRiquer 62); «suele hacer» con sentido de 'actuar', (Cortazar-Lerner). Nostros diríamos que el sentido es ‘producir’.
amores: 46; amoríos: 1; amorosa: 12; amorosamente: 3; amorosas: 10; amorosísimos: 1; amoroso: 7; amorosos: 10 [amorosos pensamientos: 4]; √ amor
amores:[amores de] Ginebra y Lanzarote: Don Quijote replica al canónigo, a quien trata de hidalgo, sobre la verdad de las historias de caballerías: «Y también se atreverán a decir … que son apócrifos los amores de don Tristán y la reina Iseo, como los de Ginebra y Lanzarote, habiendo personas que casi se acuerdan de haber visto a la dueña Quintañona», I.49.20. • Sobre la versión castellana de la leyenda de Lanzarote y Ginebra y la dueña Quintañona, ® Ginebra y ® romance [de Lanzarote].
|| amores de levante: ® levante
|| amores platónicos: 'amores desinteresados, honestos, meramente ideales' :: 'continentes': ® platónico
|| ha muerto de amores: ® muerto
|| caballero andante sin amores: En algunos ejemplares de los estatutos de la Orden de la Banda, se lee al artículo 31: "Que ningún caballero de la banda estuviese en la corte sin servir a alguna dama, no para deshonrarla, sino para la festejar o casarse con ella, y cuando ella saliese fuera, la acompañase a pie o a caballo, llevando quitada la gorra y haciendo su mesura con la rodilla". • Don Quijote, desde el comienzo de sus aventuras, desea ajustarse a este precepto caballeresco, razón por la cual busca una dama: «no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma.», I.1.8.
|| amorosos pensamientos: «La posibilidad de incluir episodios e, incluso, la de centrar la fábula en asuntos amorosos fue uno de los aspectos más destacados del influjo de Heliodoro sobre la teoría literaria de la época. Aunque en la épica heroica representada por Homero y Virgilio se encuentran episodios amorosos, se trata de elementos secundarios respecto a lo que constituye el núcleo de la epopeya, mientras que en la novela helenística es ese sentimiento el que inspira toda la obra.», GlezRovira, 1996, p. 63.
enamor-: enamora: 2; enamorada: 17; enamoradas: 3; enamorado: 63; enamorados: 20; enamoran: 1; enamorar: 4; enamoraron: 1; enamorarse: 1; enamorasen: 1; enamore: 1; enamoré: 1; enamoréme: 1; enamoró: 9; enamoróla: 1; √ amor
enamorar (doc. s. XV, de en- + amor) v.tr. y prnl. «ENAMORAR. Poner codicia a otro alguna mujer para que la quiera, con sus atavíos y halagos. ENAMORARSE. Prenderse del amor o aficionarse en buena y en mala parte.», Cov. 510.b.48.
|| enamorada: Hay que tener en cuenta la observación de Covarrubias, muy acorde con el antifeminismo de la época: «siempre se toma en mala parte, como mujer enamorada o amiga.», Cov. 510.b.54. Así se entienden las referencias despectivas de don Quijote a la «caterva enamorada», II.44.50, y a la «doncella enamorada (Altisidora)» (cuatro veces).
|| enamorado: 'amoroso' «enamorado de [Aldonza Lorenzo], un tiempo anduvo», I.1.10. • El narrador nos explica cómo se holgó nuestro buen caballero, recién confirmado por sí mismo don Quijote de la Mancha, cuando halló a quien dar nombre de su dama. Fue a «una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque,… ella jamás lo supo, ni le dio cata dello ('ni él le dio a ella cuenta de ello'. Algunos editores enmiendan 'ni se dio cata dello'). Llamábase Aldonza Lorenzo», I.1.10.
• Cardenio cuenta su historia personal: «la privanza que yo tenía con don Fernando dejaba de serlo, por ser amistad, todos sus pensamientos me declaraba, especialmente uno enamorado, que le traía con un poco de desasosiego.», I.24.11.
• Para el don Quijote cervantino es imposible que un caballero andante no esté enamorado. Así que él se proclama repetidamente enamorado de Dulcinea, aunque confiese que este amor sólo le sirve para ser caballero andante.
• Probablemente por esta razón Avellaneda, que no quiere admitir la ambigüedad (la actitud del moralista choca contra la del poeta), quiere que su don Quijote se convierta rápidamente en el Caballero Desamorado, con lo cual hace de él voluntaria y lúcidamente una paradoja ambulante, cuyo lugar natural sólo será el manicomio. Este Martín Quijada, presentado tan palmariamente como tontiloco desde un principio, continuará sin variaciones, en genio y figura, hasta la casa del Nuncio (Gª Salinero); mientras que el don Quijote verdadero, aunque corre a campo traviesa como caballero andante, está claro que reflexiona y duda, y que un día, tras descubrir su error, se convertirá y aceptará dignamente su propia muerte como hombre bueno.
|| enamorado de oídas: II.9.15. «Cervantes se burló en este pasaje de todos los libros de Caballería donde se habla de enamoramientos por oídas, que son muchos. Alpartacio, hijo del Rey de Sicilia, se enamoró sólo de oídas de la Infanta Miraminia, hija del Rey de Francia, como se refiere en la historia de Lisuarte de Grecia (cap. LXXIX). Lo mismo le sucedió a Brimates, hijo de don Brián de Monjaste, Rey de España, con la Infanta Lucela, hija del Rey de Sicilia, si bien antes de verla mudó de propósito y se dedicó a servir a Onoria (Amadís de Grecia, parte 1, cap. LIX).», Clem. 1560.a.
|| enamorados y perdidos: hendíadis 'perdidamente enamorados' • El cabrero Pedro se refiere a Marcela: «nadie la miraba que no bendecía a Dios, que tan hermosa la había criado, y los más quedaban enamorados y perdidos por ella.», I.12.21.
Fuente: Salvador García Bardón: Diccionario enciclopédico de El Quijote (DEQ), Skynet, 2005, reedición en preparación.