Encomiéndate a la Virgen y a san Juan Diego. 12 II Jueves de Adviento
La Virgen de Guadalupe
II Jueves de Adviento
Texto bíblico
“Porque yo, el Señor, tu Dios, te tomo por tu diestra y te digo: «No temas, yo mismo te auxilio». No temas, gusanillo de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio —oráculo del Señor—, tu libertador es el Santo de Israel” (Isa 41, 13-14).
Comentario
La primera semana de Adviento encontrábamos una llamada a la paz.Esta segunda semana percibimos una referencia a la misericordia. El lunes se proclama: “Tus pecados están perdonados”. “Dios no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños”. El miércoles: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”. Hoy se proclama: “El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas” (Sal 144). La Revelación bíblica deshace la proyección deísta de un Dios terrible, amenazador, y ofrece la imagen de un padre, un amigo, un esposo.
La expresión “no temas”, atraviesa la Biblia. Cuando Dios se dirige a Abraham (Gn 21, 17), a Isaac – “no temas, porque yo estoy contigo” (Gn 26, 24), a Jacob – “No temas bajar a Egipto” (Gn 46, 3). Al igual que en los pasajes del nacimiento de Jesús, cuando el anuncio a los pastores: “No temáis, os anuncio una buena noticia”. Y en los relatos de la resurrección: “Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí: ¡ha resucitado!” En definitiva, el creyente cristiano, como dice san Pablo: “sabe de quién se ha fiado”, y que su confianza no es barata, sino que tiene la credencial de la visa de Jesús.
Hoy se celebra también la Virgen de Guadalupe, que corrobora el mensaje de misericordia. «Oye y pon bien en tu corazón, hijo mío el más pequeño: nada te asuste, nada te aflija, tampoco se altere tu corazón, tu rostro; no temas esta enfermedad ni ninguna otra enfermedad o algo molesto, angustioso o doliente.» «¿No estoy aquí yo, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en donde se cruzan mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?» (Mensaje de la Virgen a Juan Diego)
Propuesta
Encomiéndate a la Virgen y a san Juan Diego.