El artista ofrece un colorido y musical Pregón del Domund en Málaga Toño Casado: "Quede claro que juntos y en plural somos Iglesia viva"

Toño Casado: "Quede claro que juntos y en plural  somos Iglesia viva"
Toño Casado: "Quede claro que juntos y en plural somos Iglesia viva"

Si quitamos el polvo a la palabra Domund descubrimos historias de tantos hombres y mujeres buenos que dejaron sus casas, sus padres y sus cosas, sus parejas, sus ropas  y sus pueblos y le dio la locura más profunda e incurable como la del Evangelio

Queremos ser profetas que señalen maldades e injusticias sin pelos en la lengua, que el mundo necesita despertar a tanta oveja ciega

Queridos malagueños

Queridas malagueñas:

Para mi es un honor el dirijiros

mis palabras  que vuelan como pájaros

y se posan aquí y allá, en cabezas

que miran expectantes el momento,

corazones que vienen a esta santa

y hermosa catedral

hecha de piedras, de luz,

de siglos y oraciones que son llanto,

o risas, o música,

anhelos de mil ojos que imploraron

la bendición de dios:

“Que se me cure el hijo”,

“Que la niña se case  con un buen abogado

y  use faldas más largas,”

me refiero a la niña,

“Que el muchacho me apruebe la aritmética”,

“Que me toque señor,

que ya me toca

de una vez, por favor, la lotería

que de salud ya andamos  sobrados en mi casa,

como robles que estamos,

comiendo boquerones

y espetos y ensalada

y queremos pasarnos al marisco, que ya nos toca,

Señor, que ya nos toca…

¡que me toque señor la lotería!.”

Y así mil oraciones se engarzaron

a estas piedras, a hermosos ventanales,

se hicieron luz en velas temblorosas

y Dios las acogió como un buen Padre.

Aquí nos encontramos con respeto

por la fe que vivieron los ancestros,

que se hizo luz y arte

y se quedó hablando por los siglos

A cada visitante .

La catedral,

corazón de la Iglesia en esta tierra

hoy se nos vuelve  marco incomparable.

Toño Casado, en la catedral de Málaga
Toño Casado, en la catedral de Málaga

Y aquí estoy yo;

un cura salmantino

de una tierra que es dura y muy severa,

castellanos sequitos en las formas

y paisajes de parda o vieja tierra.

¡Yo soy de Salamanca a mucha honra!

Ciudad que es arte y fiesta

y toros, que no se si por decirlo

me lleva algún vegano hacia la hoguera.

Ciudad plagada de universitarios,

de tunos que aún estudian la carrera

y permanecen fieles en las aulas

por décadas y décadas,

alegres por visitas

de aplicadas muchachas del Erasmus

que estudiar, no dudamos de su entrega,

a las tapas, al sol y a las costumbres

nocturnas  de esta España que nos llena

de orgullo, satisfacción

y a veces de ceguera.

Pues eso, soy un cura salmantino que encima soy artista, mala mezcla, a veces músico, a veces arquitecto de juntar letras y más letras, que muy largas me salen las canciones y me dicen “muchacho, porfa, abrevia”.

Cura artista,

yo soy Toño Casado,

con curioso apellido

para el oficio que vivo y desempeño,

misión de alto peligro,

que ser cura en estos tiempos raros

no te da privilegios

sino te pone siempre en la sospecha.

Pero sin ser un tipo muy brillante

y con un haz repleto de defectos

me siento muy feliz siendo presbítero,

sacerdote, o cura o reverendo.

Permitan que me quede

con la palabra cura  que es pequeña

y yo entre tanto cura soy pequeño.

Me refiero a mi alma,

que ya han visto qué hermoso soy de cuerpo.

Y aquí estoy yo, el cura castellano

haciendo mi pregón

a malagueños , malagueñas y “malagueñes”,

como dicen en estos tiempos raros,

a gente que es graciosa por genética,

gente del sur, del mar,

que parece que estáis de eterno chiste

con ese acento vuestro

y siempre que os escucho

aunque sea repasando la aritmética

digo, a ver como acaba

que seguro al final fijo, te mondas.

Con temor y temblor

tras describir el marco que nos guarda,

tras desvelar mi origen

y mi curiosa y pobre idiosincrasia

aterrizamos justo en el gran tema

por el que fuimos todos convocados:

El Domund.

A los que somos viejos

y ya peinamos canas

o no peinamos nada

como es en este caso,

El Domund nos arrastra hacia el recuerdo

de esas cabezas de chino o de negrito,

porcelanas brillantes

que en la mesa del profe nos miraban

suplicando una pobre monedita.

Toño Casado en la posterior procesión
Toño Casado en la posterior procesión

Domund suena a romántico

misionero de barbas plateadas

bautizando salvajes

como un bombero en medio de la selva

con el agua bendita,

a tiempo y a destiempo

a salvar a las almas del infierno

vestido con sotana inmaculada

y al borde de la olla

a donde le empujaban los muy negros

y nada veganos antropófagos

Sin ningún miramiento…

Domund suena a solapa

con esa pegatina

que te ponían los niños

después de alimentar aquellas huchas

que movían como alegres sonajeros.

Y así te perseguían por cada calle

hasta que les soltabas la moneda.

La roja pegatina

se convertía en precioso

y útil salvoconducto

para enseñar a aquellas manadas de incansables

y aturdidores pedigüeños

que te taladraban los oídos

con la frase ya mítica

de “¡una monedita para el Domund!”.

Si quitamos el polvo

a la palabra Domund

descubrimos historias

de tantos hombres y mujeres buenos

que dejaron sus casas, sus padres y sus cosas,

sus parejas, sus ropas  y sus pueblos

y le dio la locura más profunda

e incurable como la del Evangelio,

que una vez que te pica la paloma

del Espíritu Santo

no hay marchas atrás que frenen sus anhelos

y se marchan a donde Dios les lleva

que no es Marbella, ni el monte, ni la playa,

ni a Roma a regir un dicasterio.

Este año nos dieron un gran lema

que original no es,

pero es certero,

que nos recuerda lo que Dios nos hizo

y vivirlo debemos.

“Bautizados y enviados” tres palabras

que encierran  lo profundo

de nuestra  existencia de cristianos.

Si se fijan verán que es “Bautizados

Y enviados “, en plural

pues esto de la iglesia y las misiones

lo vivimos sintiéndonos familia:

La fe no es una cosa

que uno tenga guardada en una jaula

para disfrute propio

como un canario triste.

La fe en Jesús es fuego compartido,

que se extiende a través de mil historias

y se pasa de abuelos

a padres y a los hijos.

La Virgen del Pilar, en Málaga
La Virgen del Pilar, en Málaga

La Fe en Jesús

vivida con realismo

y con pasión profunda

no  puede quedar quieta como el agua.

La fe es fuego imparable,

es agua que se mueve irrefrenable.

Y si se queda rígida

se pudre y se anquisola

como una charca junto a un cementerio,

y la sal que animaba las comidas

se vuelve sosa caustica

que en solo criticar gasta sus días.

La fe oculta debajo

de un celemín, que es un cacharro viejo,

que por falta de oxígeno

se apaga y solo queda un humo denso

que asfixia sacristías y parroquias

y grupos y conventos.

Quede claro que juntos y en plural

somos Iglesia viva,

Viva por sus errores y sus logros,

viva por su pasión

y por seguir las huellas del maestro.

Pues seremos leprosos,

al borde del camino pobres ciegos

pero no nos paramos

y tirando el manto por los aires

sin que nadie nos calle,

con nuestro grito que nace de la entraña

más profunda del ser

siempre, siempre adelante seguiremos

arrastrando la cruz de nuestras sombras

detrás de Dios que se hizo carpintero.

“Bautizados” empieza

El lema de este año.

No hay dignidad más grande no hay titulo,  ni honra más alta y mas profunda que sabernos cristianos,

los de Cristo en medio de este mundo

que ya os he dicho  que se vuelve raro

difícil, muy difícil para algunos,

pero al final este es el mundo nuestro.

Dios puso en nuestra frente

la huella de sus dedos.

Dios nos ungió con su sagrado aceite

y bendijo aquel nombre que eligieron

como un regalo eterno nuestros padres,

que a veces acertaron

y a  veces… se lucieron.

Dios dijo nuestro nombre en los albores

primeros de los tiempos

y por eso nacimos, hijo de Dios,

vinimos a la tierra

para vivir la vida cual presente:

las lágrimas, las risas, los amores,

las rupturas, las broncas y los duelos,

sentirnos como tonto enamorado

o buscador de abrazos

o orgullosos de sangre y de familia

o mártires por sangre y por familia.

Dios nos llama a la vida y la fe se nos dio como el regalo más útil para andar por la existencia.

Bautizados con agua que Espíritu

que nos libera el alma

y nos hace nacer como hombres nuevos,

una estirpe distinta que en la tierra

se afana por vivir ya un nuevo cielo.

En este mundo raro

a veces cibernético

dictatorial Nerón en las ideas

que nos obliga a ser

cual números sin alma, compradores

de aguas que no nos calman

de besos que están muertos,

un mundo que pretende nuestros votos

o nuestro vil dinero,

yo reivindico a golpes de micrófono

y de sentidos versos

que  ser cristiano es honra, el gran tesoro

más grande que tenemos.

Toño Casado, durante su pregón
Toño Casado, durante su pregón

No somos tontos, gente no pensante,

no somos de derechas ni de centro

ni izquierdas ni políticas nos marcan

como ganado propio

cogidos  por un cepo.

No somos gente sosa ni parada,

ni hay vinagre en las venas que nos laten ,

no somos  aguafiestas de la vida,

no somos triste cuervos,

ni meapilas, ni  oscuros chupacirios

atontados por cúmulos de incienso.

Bautizados por agua  y por Espíritu

queremos ser profetas

que señalen maldades e injusticias

sin pelos en la lengua,

que el mundo necesita despertar

a tanta oveja ciega

que se contenta con seguir tirando

sin pensar un segundo

que viaja en un camión al matadero.

Hay que gritar ¡Despierta!

Hay que volver a ser observadores

y fieles centinelas

que ni bajo las aguas nos callemos

y expresemos muy libres las ideas

¡Dinamita al pensamiento único

que muy libre impone sus ideas

y señala con cruces

al que distinto piensa!.

Bautizados en una misma agua

que nos hace familia

no una estática secta,

familia con errores con aciertos

que a veces discutimos,

que a veces nos reñimos

pero nos perdonamos y sabemos

en una misma barca,

que comemos un Pan que nos recarga,

un Vino en una copa compartido

que anuda nuestra suertes.

Bautizados en una misma sangre

de un Cristo que nos une

a un corazón que late acompasado

y se sabe cercano.

Nos somos solitarios asomados a la pantalla triste de los móviles esperando un fugaz emoticono, amarilla carita sonriente.

Nos sabemos unidos

como los ventanales diferentes

colores que nacieron de un Dios prisma

que de su luz blanquísima

se deshizo en nosotros mil matices

que dan color al mundo.

Bautizados en agua

que nos lleva al abrazo

al encuentro sencillo

al beso verdadero

al vino y los pinchitos y las tardes

de parque y de paseo,

cumpleaños, y ferias y verbenas,

procesiones y alegres romerías…

Y también nuestro abrazo

cuando llegan los duelos,

presencia en hospitales

en huelgas que defienden al obrero.

Presencia verdadera

que comparte la vida

de los desarrapados

que viven peor que perros.

Toño Casado, con el Papa Francisco
Toño Casado, con el Papa Francisco

A duras y maduras siempre fieles

no nos sentimos solos

pues con lazos profundos nos sabemos.

Reivindico el valor de ser cristiano, de sacar nuestra fe del cajón escondido y la vergüenza.

Es cierto que la historia nos enseña

que a veces fue el error nuestra mirada,

nuestro abrazo fue espada,

nuestra sonrisa hoguera,

nuestra puerta cerrada al diferente,

nuestros ojos fiscales que condenan.

Los pastores a veces endiosados

se zumbaron sin freno a alguna oveja

y taparon las bocas del rebaño

con mentiras secretas.

Cometimos errores;

Santa y mala es la Iglesia,

“Casta meretrix” precisaba el de Hipona,

San Agustín, qué fino,

no andaba con chiquitas en el tema.

Pero sabernos flojos e imperfectos

de verdad hoy nos llena,

herederos de gloria y de fracasos

que hacen que nuestro amor

sea humilde y verdadero

como cuando descubres

que tus padres nos son los invencibles

que de niño mirabas

sino que en su maleta

también hay sueños rotos y pecados

y heridas, cicatrices

que duelen en las noches de tormenta.

Pero ahora sí, los amas como son,

y su verdad aceptas

y comprendes lo que es incomprensible

mientras sereno besas

diarios que escribieron  nuestros padres

con risas y con lágrimas secretas.

Pues así es como amamos

a nuestra pobre y gran Iglesia.

Pero es hora de despejar complejos

de acallar la matraca

que tan bajo nos piensa

y que  nos pone a veces

a la altura muy baja de la mierda.

Bautizados, sí, somos bautizados

y sentimos el alma

como una tempestad que nos expande

a gritar que Dios quiere a todo el mundo,

que su amor haces trizas el desierto

y vuelve en un jardín

las arenas de pueblos y ciudades

que antes eran cemento.

Dios nos rompe vergüenzas,

nos deshace las rejas de los miedos.

Nos hace despertarnos

con el agua tan fresca de la pila

bautismal, agua limpia,

que nos vuelve invencibles misioneros.

No tienes barbas blancas ni vistes la sotana también blanca ni estas en un paisaje Salpicado de alegres cocoteros. pero eres bautizado y por designio de la Providencia te vuelves misionero.

Porque  no acallarás lo que es un grito

que te revienta el pecho:

¡Que Dios está muy vivo

y ya llega su Reino!

y que el Amor no solo

la letra de canciones muy románticas.

¡EL amor es Jesús

Y está muy vivo!

El Amor calmará tantos desvelos,

el Amor romperá nuestras cadenas

Que nos fijan al suelo.

EL AMOR ES VERDAD,

Y a pesar de la muerte que escupimos

en noticias de los telediarios,

tantas hipocresías,

tanta mujer vejada o enterrada,

tanto niño perdido,

a pesar de la gente cabreada

Y de tanto político corrupto,

el Amor nos sostiene en la existencia,

y nos da una palabra

que es como un flotador que nos sostiene

sobre la tempestad:

Dios nos da la Esperanza.

Y así,  por fin traemos al  pregón

la tercera palabra

del lema original que comentamos.

(La segunda palabra

la dejamos para un final posible

de algún oyente escéptico:. Y?)

ENVIADOS nos dice.

En el nombre de Dios

partimos cada cual de nuestras vidas.

El mensaje no es nuestro,

no somos narcisistas

que predican a cambio del aplauso,

sintiéndonos ombligo

de nuestro propio mundo.

Es Dios el que nos manda,

Jesús quien nos empuja

de la silla de ruedas

en donde dormitamos.

Llevamos una carta

de amor que no es escrita

por manos de aburridos profesores

de doctrinas que son como un ladrillo.

Nuestra carta es nacida

por la mano explosiva del Espíritu

que algunos redujeron

a una pobre paloma sin carácter.

Cuando uno siente  fe

como un geyser que te sale del pecho

y se vuelve magnificat

y se vuelve cometa de los cielos

y se vuelva cual bomba de neutrones

que se expande  dichosa

para contar a todos

A todas y a “todes”

la dicha de sentirnos

queridos con Amor sin condiciones.

Cuando salimos nuevos de esa agua

Que es la puerta primera del bautismo,

tras vivir la hermosura de ser hijos

a veces díscolos pero hijos finalmente,

compartiendo su Pan

compartiendo su vino

sintiéndonos cual nuevos superhéroes,

Dios nos da la misión de ser testigos

de que Jesús que dio la vida en cruz,

El Señor, está vivo.

Y así salimos de nuestras iglesias de nuestras estructuras y prejuicios, nos lanzamos al mundo por no andados caminos para encontrarnos con los habitantes del mundo raro en el que  un día nacimos.

Dios nos manda salir

de nuestros secos ritos,

de nuestras cómodas capillas

y de nosotros mismos.

Salir como hizo Pedro

cuando sobre la mar vio a Jesucristo

y se lanzó, que sí ,que hay que lanzarse,

porque desde el diván no se es testigo.

Un cristiano que busca

salvarse en soledad solo así mismo

se hundirá en sus costumbres, olas viejas

que baten egosimo.

¡Salid valientes!, ¡avanzad sin miedo!,

aunque a veces nos puedan los fracasos

y el “señor que no pescamos nada

que estuvimos en vela

la noche entera sin que piquen peces”

y los bancos vacíos de la Iglesia

se quedan sin un alma

ni un cuerpo que mecer en oraciones.

Y eso que pusimos un cartel

con las horas de misas y despacho.

Hay que buscar caminos

para llegar al centro de los otros.

El entorno ha cambiado.

Los muchachos musitan otro idioma

mientras viven asidos a sus móviles

que menos mayonesa lo hacen todo.

Somos de la palabra

y ellos, quitando los raperos y las luchas de gallos,

ellos son de la imagen,

de la canción, las redes cibernéticas,

las emociones fuertes, el sexo prematuro,

los pantalones rotos,

las modas que siempre están cambiando

que hay que ver como mueven el flequillo.

A veces intentamos tristemente

llevarle los mensajes

que no hay bicho viviente que descifre

o a veces no hay sermón

que te mantenga alegre sin dormirte.

Me refiero, lo saben,

a otras tierras lejanas

que seguro que aquí eso

en Málaga no pasa…

Enviados y que se nos entienda.

A veces machacamos el mensaje

que Dios nos dio tan vivo y tan precioso

y les damos estampas

que huelen a sopor y a naftalina.

Dios nos da a la loca de la casa

creatividad que sueña y pare ideas

pues vivo sigue el Espíritu santo

haciendo de las suyas

y siendo siempre fieles a la letra

la música se cambia a nuevos ritmos.

Reivindico el camino de las artes

para llevar de nuevo el Evangelio

como siempre la Iglesia

Uso con sus experiencia por los siglos.

El arte y la belleza

abre los corazones de la gente

y les hace sentir.

Esta tarde confieso

que jamás acabé

en una procesión de vuestra tierra.

Pero es buen ejemplo

de ver como camina un Nazareno

por medio de la calle

mientras mueve su pelo

la caricia callada

del silencioso viento,

los tambores, la música,

los colores, las nubes del incienso,

que hacen que muchas lágrimas

se asomen a los ojos cual luceros,

saliva en la garganta,

y el redoble en el pecho

y las saetas hondas de la tierra

que rompe contra el paso

como un mar de pasión y sentimiento.

Menos palabras viejas

y plomizos y densos documentos.

La gente está muy seca

con corazones que ahora son desiertos

y necesitan agua y abrazos y caricias

y felices momentos

que le hagan sentir

que no están muertos muertos.

Enviados sobre todo

a los que están muy lejos,

que piensan muy distinto

que como extraterrestres los tenemos.

No olvidéis que para mucha gente

las mitras y los rituales nuestros

les suenan como a chino

y que los bichos raros

a nosotros nos miran sin saberlo.

Salgamos a la calle

y no tengamos miedo

que el miedo no es producto del Espíritu,

El mensaje llevemos

A los que están muy solos

a los que están enfermos

a aquellos que les cuidan

con los ojos clavados al gotero.

Vayamos a los barrios

de ricos o de obreros,

busquemos ocasiones

que favorezcan de verdad encuentros

donde gentes de bien

se esfuercen por un mundo más fraterno.

Abramos las Iglesias,

salgamos de los templos.

En defender las causas de los pobres

que seamos los primeros.

Nos hagamos presentes tras pancartas

que piden que al planeta lo cuidemos.

Seamos voz de mujeres maltratadas,

señalemos sin freno a los corruptos

que sin freno nos roban

y venden por un par de zapatillas

a los pobres que duermen en los bancos.

Exijamos trabajo para todos:

Menos limosnas y mucha más justicia.

Que el mundo sea de Dios y se transforme

en lo que un día soñó

El Padre bueno para todos sus hijos.

Y ya voy terminando

contándoos una historia

de un colegio de monjas.

Había un niño pequeño

como de cuatro años

vestido con un babi

de cuadritos azules.

El niño sonreía

a un círculo de monjas

que así le preguntaban:

“¿qué quieres ser de mayor?”

Y el niño contestaba

mirando tras sus gafas de miope

“de mayor yo quiero ser misionero”,

decía con retintín la criaturita.

Y las monjas miraban embobadas

Y de nuevo lanzaban la pregunta

“¿Qué quieres ser de mayor?”

Ese niño era yo, Toño Casado,

Que sigue con sus gafas

Y ya no lleva baby.

Siempre quise marcharme

hacia tierras lejanas

a llevar a Jesús a los más pobres.

Mi madre me escribía en su lecho de cáncer una carta que así me recitaba “¿Quieres irte?, vete hijo. ¿Quieres ser misionero? Márchate. Tus sueños serán los míos”.

Ahora que ya estrené

33 que es mi obra misionera,

la manera que tuve

de llevar la mejor de las historias

según yo la he soñado,

ahora ya es mi momento

de marchar a otras tierras.

'33: el musical', de Toño Casado
'33: el musical', de Toño Casado

No sé si dejaran mis superiores

que me vaya en pos de esta llamada

que sentí cuando estaba con las monjas.

Dios dirá y mi madre desde el cielo

seguirá bendiciendo mis canciones

mientras ve moviendo la cabeza

que nadie me volvió a limpiar las gafas

como solo una madre y su ternura

lo hacían en aquellos buenos

y ya muy viejos tiempos.

Quien sabe si podré ser misionero

allá en la Patagonia

O en el Congo tan verde

O en donde Jesucristo

Dio las tres últimas voces.

Pero yo continuo llevando el Evangelio entre las manos con temor y temblor, con alegría, poniendo mis curiosas cualidades al servicio de Cristo, de la mano del Papa Francisco el argentino, otro gran misionero.

No olvidemos a hombre y mujeres

que en tierras extranjeras

deshilachan su vida y su existencia

por mostrar a Jesús y su mensaje

en medio de las balas

en medio de las guerras

en medio de desastres

en medio de los pobres verdaderos,

aquellos olvidados de la tierra

A los que ellos llevaron

la compasión de Dios y la ternura,

la fuerza inquebrantable,

la sal, la luz, la risa y las canciones.

Bautizados y enviados.

Tres sencillas palabras

que son como semillas

que darán mil espigas como fruto.

Recordad que somos misioneros.

Y la palabra Domund

nos haga más valientes y serenos,

con paz, infatigables mensajeros

de la Buena noticia.

Muchas gracias a todos, a todas.

Málaga con su mar y sus espetos

es el cielo que Dios os dio, qué suerte,

y así hay que compartirlo y disfrutarlo.

Siempre alegres salgamos esta noche

con el aire de Dios en los pulmones.

Bautizados en luz

enviados con su paz.

y que Santa María Virgen de la Victoria

os siga así animando

sabiendo que sus sueños son los nuestros

que hay que “hacer lo que el Señor aquí nos diga”

y se obrarán mil milagros

y habrá vino del bueno para todos.

Señores muchas gracias

por escuchar mis versos

y compartir la tarde.

Y ahora venga Danilo

y que a todos nos ponga

la pegatina chica esa del Domund

que creo que sin duda

lo tenemos ganado.

Y asi será mientras suena la frase:

“¿Me da una monedita para el domund?”

Brinden en esta noche por la fe

y por los misioneros.

Buenas tardes.

Buenas noches.

Toño casado

Málaga, 11 de octubre del 2019

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