Una de las obras maestras del Renacimiento Las filtraciones de agua arruinan las pinturas de los Ángeles Músicos de la Catedral de Valencia
No solo ocurre en ese paño de la plementeria de la bóveda, la salinización ya se observa en otras zonas y el resultado será el mismo con el tiempo.
El problema está en que “quitaron las cubiertas de teja y las terrazas planas de baldosa tienen que tener un mantenimiento continuado. La impermeabilización plástica solo dura unos años y se deteriora.
También todo el fresco de Palomino cercano a la base de la cúpula de la basílica de la Virgen de los Desamparados está salinizado y veremos en unos meses como afloran las sales.
Lo que se ve como una eflorescencia salina en superficie nos habla de un gran problema de humedad en las capas interestratos de la pintura mural.
| Baltasar Bueno, corresponsal en Valencia
La Sociedad Valenciana de Historia del Arte ha activado la alarma de la ruina en que están entrando la pinturas de los Ángeles Músicos ( de Paolo de san Leocadio y Francesco Pagano, siglo XV) sitas en la bóveda del presbiterio de la Catedral de Valencia, a causa de las filtraciones de agua del tejado y la falta de atención y mantenimiento.
“Las fugas de agua con las correspondientes salinizaciones y los derrumbes de la cap pictórica ya han alcanzado un grado de deterioro irreversible. Es un escándalo ver cómo a lo largo de estos últimos meses uno de los ángeles músicos se está arruinando sin que nadie haga nada. Valencia está perdiendo una de las obras maestras del Renacimiento de la fecha entre 1472 y 1481”, explica un portavoz de dicha sociedad.
“No solo ocurre –agrega- en ese paño de la plementeria de la bóveda, la salinización ya se observa en otras zonas y el resultado será el mismo con el tiempo. También todo el fresco de Palomino cercano a la base de la cúpula de la basílica de la Virgen de los Desamparados está salinizado y veremos en unos meses como afloran las sales... Es para estar más que preocupado y más aún cuando algunas instituciones no parecen darse cuenta y lo minimizan”.
Un experto en restauración ha manifestado que “lo que se ve como una eflorescencia salina en superficie nos habla de un gran problema de humedad en las capas interestratos de la pintura mural, que, aunque no aflore a la superficie, puede estar interna a modo de criptoeflorescencias”.
Según el portavoz de la Societat Valenciana de Historia de l´Art la causa del problema está en que “quitaron las cubiertas de teja y las terrazas planas de baldosa tienen que tener un mantenimiento continuado. La impermeabilización plástica solo dura unos años y se deteriora. Lo mismo sucede en la Basílica de la Virgen en la zona de los frescos de Palomino más cercanos a la base del tambor.”
Historia de los frescos
La Catedral de Valencia comenzó a construirse en el año 1262 en estilo gótico. El 21 de mayo de 1462, una bengala despedida por la “palometa” que representaba el Espíritu Santo descendiendo desde lo alto del cimborrio prendió en los paños que enmarcaba el precioso retablo de madera y plata, perdiéndose toda la decoración del ábside y las pinturas al fresco de su bóveda. Diversos intentos de restauración fracasaron.
Cuando vino a esta ciudad su Obispo, el valenciano Don Rodrigo de Borja, futuro Papa Alejandro VI, deseando que su catedral brillase con el esplendor del nuevo arte que estaba renaciendo en Italia, trajo consigo a los pintores Francisco Pagano, natural de Nápoles, y a Pablo de San Leocadio, natural de Reggio en Lombardía, y apenas llegados firmaron el contrato con el Cenal y el Cabildo el 26 de julio de 1472.
En el contrato, conservado en el archivo de la catedral, entre otras cosas los artistas se comprometen a pintar al fresco un ángel en cada uno de los entrepaños de los canecillos de la bóveda gótica del presbiterio. El tiempo para terminar la obra eran seis años.
Esta obra que debió ser una de las maravillas del primer Renacimiento, desapareció en el siglo XVII, cuando en el año 1674 el Arzobispo D. Luís Alonso de los Cameros pensó restaurar toda la capilla y se encargó de la obra Juan Pérez Castiel, que fue realizada en estilo barroco y se dio por terminada siete años después.
La colocación de los mármoles y adornos barrocos hizo desaparecer las pinturas del ábside, pero los ángeles de la bóveda fueron ocultados por una nueva cúpula que arrancaba unos 80 centímetros por debajo de la anterior del siglo XIII.
En mayo de 2004 comenzó la obra de restauración de la decoración barroca del ábside de la catedral, encomendándose la gestión de la misma a la Fundación “La luz de las imágenes”.
Grande fue la sorpresa cuando el 22 de junio se pudieron ver los primeros de los 10 grandes ángeles que rodeaban a la desaparecida clave con la imagen de madera de la Asunción de la Virgen, tocando instrumentos musicales y de una belleza que asombraba tanto como el buen estado de conservación en el que estaban. La restauración de estas pinturas terminó en 2007.