El documental se presenta el 27 de septiembre en la pre COP26 de Milán 'Anamei, los guardianes del bosque': la espiritualidad andina ala luz del Sínodo de la Amazonía
Los acontecimientos posteriores han confirmado la clarividencia de esa intuición: primero el Covid, luego la agudización de la crisis climática certificada ahora por los científicos del panel internacional sobre el cambio climático (Ipcc) ante la cumbre de Glasgow, entre las últimas oportunidades para cambiar de rumbo
El Pontífice de la Laudato si' llamó a la Iglesia universal -no sólo a la local- a escuchar la voz de esta tierra, donde se entrelazan los grandes nudos de la contemporaneidad.
| Lucia Capuzzi
Anamei es el árbol de la salvación. Tanto en el pasado como en el presente, los Harakbut de Madre de Dios - unos cuantos miles de hombres y mujeres de la Amazonia peruana - encuentran en este antiguo mito la fuerza para resistir el saqueo de los recursos.
Primero fue el caucho, ahora son las minas de oro clandestinas que mutilan la selva y sus gentes. Sin embargo, no todo está perdido: los nativos, guardianes del bosque, siguen curando las heridas de ambos.
Por tanto, la curación es posible, tanto para el planeta como para los seres humanos. Esta es la profecía de esperanza de la Amazonía que Francisco, el Papa de la Laudato si', ha querido dar a conocer al mundo con el Sínodo, que se inauguró en Madre de Dios en enero de 2018 y continuó en el Vaticano en octubre un año después.
Los acontecimientos posteriores han confirmado la clarividencia de esa intuición: primero el Covid, luego la agudización de la crisis climática certificada ahora por los científicos del panel internacional sobre el cambio climático (Ipcc) ante la cumbre de Glasgow, entre las últimas oportunidades para cambiar de rumbo.
Moviéndose con delicadeza de un lado a otro del Atlántico, de la tierra agrietada por las canteras al Vaticano, Alessandro Galassi compone un poema en imágenes de 63 minutos de duración, capaz no sólo de narrar sino también de hacer percibir al espectador la belleza herida de la Amazonia y su espíritu indomable. El espíritu de Anamei, cuyo mito, animado y leído por la poetisa Ana Varela Tafur, puntúa la narración.
SINOPSIS
"Cuando la tierra esté al borde de la destrucción, cuando la humanidad esté al borde del abismo, ese árbol vendrá. Un árbol nos salvará. Y será el árbol de Anamei".
Al principio de los tiempos, los indígenas Harakbut de la Amazonia peruana acudieron a Anamei para salvarse de la destrucción. Y lo siguen haciendo hoy en día, para encontrar la fuerza de resistir el tremendo peligro que se cierne sobre este pueblo de menos de unos miles de supervivientes y sobre el resto de la región de Madre de Dios: la minería del oro. La minería ilegal se ha tragado más de 50.000 hectáreas de bosque, convirtiendo gran parte de la reserva de Tampobata en un páramo de tierra agrietada.
Junto con los árboles, el precioso metal devora la vida de cientos de miles de mujeres y hombres, rehenes del trabajo esclavo y la prostitución forzada. Madre de Dios es, por tanto, una metáfora concreta de cómo la crisis medioambiental y la crisis social están íntimamente relacionadas. Por ello, el Papa Francisco decidió abrir allí el Sínodo sobre la Amazonia en enero de 2018.
El Pontífice de la Laudato si' llamó a la Iglesia universal -no sólo a la local- a escuchar la voz de esta tierra, donde se entrelazan los grandes nudos de la contemporaneidad.
El mito de Anamei constituye la columna vertebral del documental, narrado en audio por la poetisa Ana Varela Tafur -cuyos versos se citan en Querida Amazonia, exhortación apostólica del Papa Francisco- y en vídeo por gráficos con dibujos de los niños de Harakbut.
La historia fluye como un hilo rojo, cosiendo cuatro bloques narrativos en un solo relato, que serpentea de un lado a otro del Atlántico.
La primera presenta la fiebre del oro y su impacto devastador en el medio ambiente y las poblaciones nativas.
La segunda narración se centra en el viaje del Papa Francisco a Puerto Maldonado, capital de Madre de Dios, un gesto que atrajo los ojos del mundo hacia la región y su drama.
La celebración del Sínodo, que tuvo lugar en Roma en octubre de 2019, constituye el tercer bloque de la narración. La importancia histórica de una confrontación eclesial sobre la espiritualidad amazónica, sobre la profunda sabiduría de los pueblos indígenas y sobre la posibilidad de un diálogo de igual a igual entre culturas ha quedado, desgraciadamente, eclipsada por el revuelo mediático. Las voces de Yesica y Delio y otros representantes indígenas devuelven el debate a su dimensión original. Y fundamental. Y expresan su asombro por la resistencia, dentro y fuera de la Iglesia, a la perspectiva del Papa que los considera custodios de la Madre Tierra y, por tanto, aliados indispensables de la humanidad.
Unos meses antes de la conclusión del Sínodo, Covid está azotando el Viejo y el Nuevo Mundo. La pandemia obliga a la humanidad a estar en el mismo barco. Una balsa frágil, por la violencia con la que el ser humano se ensaña con la naturaleza, provocando zoonosis, origen del virus. En una Plaza de San Pedro desierta, Francisco camina cansado bajo la lluvia. Pero no todo está perdido. La salvación aún es posible. Para todos.
"Cuando la tierra esté al borde de la destrucción, cuando la humanidad esté al borde del abismo, ese árbol vendrá. Un árbol nos salvará. Y será el árbol de Anamei".
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