“Todavía queda mucho tiempo por delante…y necesitamos mucha esperanza. Saldremos” A mis buenos amigos, Javi, Cesar, Carlos y Angel, párrocos de Alfafar, Sedaví, Catarroja y Castellar el Oliveral
Pero el hombre, también desde hace siglos, está en guerra con la naturaleza. Ha roto también la armonía creacional. Y la naturaleza cíclicamente se toma su parte, re rebela, nos sorprende y nos avasalla. Esta guerra existe, y la podemos llamar como queramos, pero el hecho es que, de vez en cuando nos ataca con mucha dureza, una veces con fuego, otras con agua, con terremotos.
César García, Párroco de Nuestra Señora del Rosario de Sedaví. me decía “esto no nos lo podemos creer, pero es una realidad. Nos ha dado de lleno y en totalidad. Vidas humanas, bienes materiales. El Apocalipsis”,
Carlos Pons, me contaba que el panorama que se ha encontrado nunca se lo podía imaginar: “Es mucho más que lo que vemos en la fotos o en las imágenes”. Nos dice: “Necesitamos que despejen cuanto antes las calles, y se puede transitar con seguridad, la parte baja del pueblo ha sido la más afectada…”
Me decía Ángel, Párroco de Nuestra Señora de Lepanto de Castellar : “hemos de lamentar dos víctimas mortales, pero que la gente tuvo un poco más de tiempo par reaccionar y subirse a los primeros y segundos pisos”, Me dice que “sin embargo echa de menos un aviso más pronto cuando ya veían que el agua bajaba en tromba desde los barrancos de arriba”. “Hemos de asumir la realidad y vivir con ella para recuperar la esperanza”.
Carlos Pons, me contaba que el panorama que se ha encontrado nunca se lo podía imaginar: “Es mucho más que lo que vemos en la fotos o en las imágenes”. Nos dice: “Necesitamos que despejen cuanto antes las calles, y se puede transitar con seguridad, la parte baja del pueblo ha sido la más afectada…”
Me decía Ángel, Párroco de Nuestra Señora de Lepanto de Castellar : “hemos de lamentar dos víctimas mortales, pero que la gente tuvo un poco más de tiempo par reaccionar y subirse a los primeros y segundos pisos”, Me dice que “sin embargo echa de menos un aviso más pronto cuando ya veían que el agua bajaba en tromba desde los barrancos de arriba”. “Hemos de asumir la realidad y vivir con ella para recuperar la esperanza”.
A mis buenos amigos, Javi, Cesar, Carlos y Angel, párrocos de Alfafar, Sedaví, Catarroja y Castellar el Oliveral
Los humanos estamos, desde siempre en guerra entre nosotros. Probablemente desde que el hombre es hombre no ha habido un día sin guerras en la Humanidad. Durante muchos años he enseñado en la Uned todas la guerras posibles e imaginables: desde los Sumerios hasta Grecia y Roma. El mito de Caín y Abel nos explica la ruptura fontal de la fraternidad humana. A partir de ahí, los hombres, desde nuestra libertad hemos continuado guerreando hasta hoy.
Pero el hombre, también desde hace siglos, está en guerra con la naturaleza. Ha roto también la armonía creacional. Y la naturaleza cíclicamente se toma su parte, re rebela, nos sorprende y nos avasalla. Esta guerra existe, y la podemos llamar como queramos, pero el hecho es que, de vez en cuando nos ataca con mucha dureza, una veces con fuego, otras con agua, con terremotos…Las políticas preventivas sirven hasta cierto punto, como hemos visto…Lo claro y cierto es que la vida de miles de personas de la zona valenciana del Horta Sur ha visto sus vidas en unos minutos totalmente cambiadas. Y han fallecido un montón de personas, una cifra insoportable. Los supervivientes afirman que estamos vivos…
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Sin embargo, muchos de los supervivientes se han sentido durante muchas horas solos y abandonados. Y esto no puede ser posible. Las llamadas de auxilio tan dramáticas como conmovedoras parecían no tener eco, por eso la marea solidaria ha sido una respuesta a la ausencia de presencia institucional. Ahora lo importante es devolverles a todos los pueblos afectados a la normalidad. Algo tan básico como agua y luz, calles despejadas y limpias. Ayuda económica para hacer frente a los primeros tiempos y proyectos de reconstrucción lo antes posible. La gente tiene que recobrar la esperanza en estos momentos tan difíciles que la mayoría los vemos en los medios de comunicación.
Esta mañana he tenido ocasión de hablar con César García, Párroco de Nuestra Señora del Rosario de Sedaví. me decía “esto no nos lo podemos creer, pero es una realidad. Nos ha dado de lleno y en totalidad. Vidas humanas, bienes materiales. El Apocalipsis”, pero por otro lado, lo más positivo: “la cantidad de gente joven que nos está ayudando con palas, escobas, comida, agua”. Y terminaba: “todavía queda mucho tiempo por delante…y necesitamos mucha esperanza. Saldremos”.
Carlos Pons, me cuenta que el acontecimiento le ha pillado regresando de Madrid de un curso en la CEE. Para llegar a su parroquia en Catarroja ha tenido que recorrer media provincia; al final, un amigo le ha podido llevar en moto. Me contaba que el panorama que se ha encontrado nunca se lo podía imaginar: “Es mucho más que lo que vemos en la fotos o en las imágenes”. Nos dice: “Necesitamos que despejen cuanto antes las calles, y se puede transitar con seguridad, la parte baja del pueblo ha sido la más afectada…”. Afirma: “ Todavía hay mucha incertidumbre a todos los niveles”. Me manda la foto del garaje, en donde estaba aparcado su coche, que no podido ser despejado todavía…”.
Con Javier Francés, párroco de Nuestra Señora del Don de Alfafar, he intentado hablar, pero me decía que estaba haciendo gestiones. Uno de los epicentros de la marea roja. Eso es lo importante, que la gente vea que la Iglesia las 24 horas del día está disponible para mostrar su cercanía, su solidaridad y su esperanza. Esto es lo que, sin duda estarán haciendo Javi, Cesar, Carlos y Angel, y debemos dejarlos tranquilos para que puedan realizar su tarea. Al pie del cañón…
Me decía Ángel, Párroco de Nuestra Señora de Lepanto de Castellar : “hemos de lamentar dos víctimas mortales, pero que la gente tuvo un poco más de tiempo par reaccionar y subirse a los primeros y segundos pisos”, Me dice que “sin embargo echa de menos un aviso más pronto cuando ya veían que el agua bajaba en tromba desde los barrancos de arriba”. “Hemos de asumir la realidad y vivir con ella para recuperar la esperanza”.
Un aviso a la clase política enfangada. En Valencia tenemos mucho fango que quitar. Esa es la prioridad. No se enfangen, ahora, en el barro de Valencia, ya que les puede salir el tiro por la culata. La prioridad es quitar el fango. Tiempo habrá para analizar las responsabilidades. Si esto lo convierten también en fango, Valencia no olvida.
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