"Algunos quisieran negarle el derecho a posicionarse en estos complejos conflictos, pero no lo callarán" La geopolítica lúcida y certera del Papa Francisco (Ucrania, Rusia, Gaza..)
Las intervenciones de los Papas en el ámbito de la política internacional, en los últimos siglos, han sido cuanto menos muchas veces manipuladas o ignoradas por aquello de cuantas divisiones tenía a sus órdenes el Papa.
En la actualidad, el Papa Francisco está demostrando, en todo los conflictos abiertos en nuestro mundo, de los que, por medio de las Nunciaturas, tiene información puntual y fidedigna, un talante comprometido, a riesgo de ser manipulado e interpretado de manera torticera como ya ha sucedido. Evidentemente el acento está puesto en el lado humanitario y solidario, sin olvidar el diplomático.
En lo que respecta al conflicto entre Rusia y Ucrania, el Papa no puede callar ante el sufrimiento de dos pueblos, dígase cristianos, que se están destrozando. Es lógico que pida un conversaciones para llegar a un acuerdo de paz. Evidentemente los dos contendientes, por intereses estratégicos que no humanitarios, arremeten contra él
En cuanto al conflicto en Gaza, las palabras del Papa Francisco pidiendo corredores humanitarios, alto el fuego y acciones para la paz, han chocado directamente con los intereses belicosos del gobierno de Netanyahu. ¿Cómo pueden esperar los gobernantes de Israel que un Papa calle ante las matanzas indiscriminadas o las muertes por inanición de miles de seres humanos?
Algunos quisieran negarle el derecho al Papa Francisco a posicionarse en estos complejos conflictos, pero no lo callarán. Necesitamos su voz libre y fuerte gritando paz, ya que la muerte de esos miles de seres humanos claman justicia en este mundo, en el que algunos quieren que las guerras continúen
En lo que respecta al conflicto entre Rusia y Ucrania, el Papa no puede callar ante el sufrimiento de dos pueblos, dígase cristianos, que se están destrozando. Es lógico que pida un conversaciones para llegar a un acuerdo de paz. Evidentemente los dos contendientes, por intereses estratégicos que no humanitarios, arremeten contra él
En cuanto al conflicto en Gaza, las palabras del Papa Francisco pidiendo corredores humanitarios, alto el fuego y acciones para la paz, han chocado directamente con los intereses belicosos del gobierno de Netanyahu. ¿Cómo pueden esperar los gobernantes de Israel que un Papa calle ante las matanzas indiscriminadas o las muertes por inanición de miles de seres humanos?
Algunos quisieran negarle el derecho al Papa Francisco a posicionarse en estos complejos conflictos, pero no lo callarán. Necesitamos su voz libre y fuerte gritando paz, ya que la muerte de esos miles de seres humanos claman justicia en este mundo, en el que algunos quieren que las guerras continúen
Algunos quisieran negarle el derecho al Papa Francisco a posicionarse en estos complejos conflictos, pero no lo callarán. Necesitamos su voz libre y fuerte gritando paz, ya que la muerte de esos miles de seres humanos claman justicia en este mundo, en el que algunos quieren que las guerras continúen
Las intervenciones de los Papas en el ámbito de la política internacional, en los últimos siglos, han sido cuanto menos muchas veces manipuladas o ignoradas por aquello de cuantas divisiones tenía a sus órdenes el Papa.
El caso más flagrante es el del Papa Pio XII durante la Segunda Guerra Mundial, y en concreto su conocimiento y actitud ante el holocausto nazi. En aquellos tiempos tan difíciles, no fue fácil su posicionamiento, pero queda claro según demuestran muchos historiadores serios, que el Papado tuvo que lidiar con una situación diplomáticamente muy complicada.
La Santa Sede, con la Ciudad del Vaticano rodeada por la Italia fascista, fue oficialmente neutral durante la guerra, pero utilizó la diplomacia para ayudar a las víctimas y trabajar por la paz. El caso conocido es el del obispo de Asís, que por medio del padre franciscano Nicacci, y muchos otros sacerdotes salvaron la vida de miles de judíos. Un sobrino de este fraile, también franciscano fallecido hace pocos años, que conocí en Jerusalén, contaba que el obispo de Asís recibía instrucciones directamente del Vaticano. La película “Los clandestinos de Asís” evoca esta epopeya.
La diplomacia, la acción caritativa y solidaria eran las armas que Pio XII puso a disposición de aquellos que más sufrían en aquel momento. Y esto eran unos gestos muy arriesgados, en esa época tenebrosa, en la que cuentan algunos que Hitler estuvo a un tris de secuestrar al Papa y sustituirlo por alguien afín al régimen nazi.
En la actualidad, el Papa Francisco está demostrando, en todo los conflictos abiertos en nuestro mundo, de los que, por medio de las Nunciaturas, tiene información puntual y fidedigna, un talante comprometido, a riesgo de ser manipulado e interpretado de manera torticera como ya ha sucedido. Evidentemente el acento está puesto en el lado humanitario y solidario, sin olvidar el diplomático. De ahí los numerosos viajes de sus enviados a esos países en guerra, concretamente Rusia y Ucrania, Israel y Palestina. Y las muchas acciones solidarias de personas que en nombre de Cristo resucitado llevan vida a esta lugares de muerte, cerca de nosotros el Padre Angel o Sor Lucía Caram y muchos otros anónimos.
No obstante, el Papa Francisco se ha atrevido a ir más allá pensando sobre todo en un final realista y justo de esos conflictos tan sangrientos y crueles. En lo que respecta al conflicto entre Rusia y Ucrania, el Papa no puede callar ante el sufrimiento de dos pueblos, dígase cristianos, que se están destrozando. Es lógico que pida un conversaciones para llegar a un acuerdo de paz. Evidentemente los dos contendientes, por intereses estratégicos que no humanitarios, arremeten contra él.
Ucrania interpreta que no tienen sentido unas conversaciones que al final podría significar la cesión de una parte de su territorio, arrebatada militarmente. Por eso Zelensky ha acusado, en su momento al Papa Francisco, de posicionarse equivocadamente. Esto es a efectos de política interna, pero la realidad es que Zelensky y sus apoderados deberían preguntarse: ¿Vale la pena seguir en una guerra malgastando sobre todo vidas humanas y medios que serán necesarios para reconstruir el país? ¿No es más inteligente parar la guerra y buscar una solución aunque no sea suficientemente satisfactoria? ¿En el fondo no se trata de una guerra que ganará el que más capacidad de resistencia tenga? ¿Es Ucrania, que está perdiendo apoyos en estos momentos, quien puede aguantar más tiempo? ¿El posible sentimiento de abandono -no definitivo- de los ciudadanos ucranianos de las regiones anexionadas por Rusia pues pesar más que el deseo de paz de todos?
Evidentemente, las respuestas a esos interrogantes son complejas y la solución no es fácil, especialmente para Ucrania. Pero empeñarse en seguir la lógica de la guerra puede llevar a Ucrania a una catástrofe mayor a largo plazo; y a Zelensky a que la guerra se convierta en su guerra y arrastrar a sus ciudadanos a un desastre. Probablemente lo más pragmático e inteligente en este caso está reñido con lo más justo, pero la diplomacia es el arte de encontrar soluciones que aproximen ambos vectores. Si la guerra continúa en los mimbres actuales, vistos anteriormente, Zelensky pues perder el áurea mesiánica de los primeros tiempos y caer en desgracia ante su pueblo y la comunidad internacional. La población ucraniana también estará saturada y con deseos de hacer un alto en el camino para pensar y decidir, eso me cuentan amigos ucranianos…Esperemos que Zelensky no caiga en la tentación de prolongar la guerra para perpetuarse en el poder.
En el caso de Rusia, también en varias ocasiones se han sentido ofendidos por las intervenciones del Papa Francisco, en casos humanitarios como el de los niños violentamente secuestrados o pidiendo un alto el fuego y conversaciones de paz. Estratégicamente a Rusia, en estos momentos, que parece tener el viento bélico de cara en el conflicto lo último son conversaciones de paz, por eso quien lo pida, sea quien sea -aunque sea el Papa-, se convierte en enemigo. Desde mi punto de vista, Estados Unidos y Europa, por intermediación de Turquía -que está en la Otan y tiene buenas relaciones con China y Rusia- deberían empezar a pensar, con imaginación y creatividad en una solución diplomática global a este conflicto. Teniendo en cuenta que, aunque la guerra continúe, Rusia no puede perder, ni perderá militarmente. El coste político interno y en cuanto a estrategia geopolítica internacional sería tan grande que podría ser preocupante para el resto de la Humanidad. No lo olvidemos, Rusia es una potencia nuclear. En este sentido, sintiéndolo mucho el coste político de Ucrania sería menor. Por eso ya tardan todos los actores en buscar un pacto razonable para esta situación.
Y los intríngulis de este conflicto el Papa Francisco los conoce perfectamente, pero no le queda más remedio que insistir en un alto el fuego y conversaciones de paz, sin olvidar los aspectos humanitarios.
En cuanto al conflicto en Gaza, las palabras del Papa Francisco pidiendo corredores humanitarios, alto el fuego y acciones para la paz, han chocado directamente con los intereses belicosos del gobierno de Netanyahu. ¿Cómo pueden esperar los gobernantes de Israel que un Papa calle ante las matanzas indiscriminadas o las muertes por inanición de miles de seres humanos? Por supuesto que el Papa Francisco es incómodo para los unos y los otros, pero no puede ser de otra manera. su voz es una voz ética y libre, ya que no tiene más aspiraciones que el final de esos conflictos tan sangrientos.
Pero el Papa Francisco es muy lúcido en este conflicto, el más largo de los actuales, ya que sabe perfectamente lo que hay en juego no sólo entre los palestinos e israelíes, sino también más allá. De la evolución del conflicto depende en parte la presidencia de Estados Unidos. Y los dos candidatos hacen cuentas.
Y los israelíes empiezan a preguntarse si hay algún aspecto en el que el país esté mejor después de estos oscuros últimos meses, los más oscuros de su historia. Israel es ahora mucho menos seguro que antes de la guerra, se enfrenta al riesgo de una escalada regional, sanciones globales y la pérdida del apoyo estadounidense. También es mucho menos democrático -el daño causado por la guerra a las instituciones democráticas de Israel es mayor incluso que el del golpe judicial- y los daños que se acumulan seguirán existiendo después de que las fuerzas militares se retiren de Gaza.
Algunos quisieran negarle el derecho al Papa Francisco a posicionarse en estos complejos conflictos, pero no lo callarán. Necesitamos su voz libre y fuerte gritando paz, ya que la muerte de esos miles de seres humanos claman justicia en este mundo, en el que algunos quieren que las guerras continúen. Ahora, la Otan, quiere rearmarse para hacer frente el peligro Putin, sin duda será en detrimento de políticas sociales y solidarias con los más desfavorecidos, y de paso las empresas armamentísticas multiplicarán sus dividendos. Un Papa callado ante todo esto sería más cómodo para muchos gobernantes…Este mundo necesita vida, y no muerte y desesperación…