Los últimos acontecimientos de Gaza están poniendo de manifiesto la incapacidad de los líderes religiosos de Tierra Santa, solos o en su conjunto, para denunciar de manera clara y sin paliativos el genocidio del gobierno de Netanyahou. ¿A qué esperan? ¿No es suficiente la destrucción masiva de edificios civiles y la consiguiente matanza de seres humanos desarmados, incluidos muchos niños? ¿Y el cierre de las frontera para no permitir la entrada de víveres y material médico? ¿Dónde están los derechos humanos? ¿Qué más podemos esperar? ¿Que Trump y Netanyahou entren a saco y, desplacen a golpe de cañonazos a la población de sus casas derruidas y de su tierra para construir un “resort”? ¿No tenemos ya bastante población desplazándose por el mundo por cuestiones bélicas o climáticas?

Evidentemente, los líderes religiosos de Tierra Santa, sea musulmanes o cristianos, tienen mucho miedo de pronunciarse en torno al conflicto.  Con la boca pequeña, y tomándose un te, dicen que hacen cosas y que intentar mediar, pero su eficacia es nula, ya que probablemente están muy controlados por los servicio de información. Espero que no sea por temor a perder privilegios. Por otro lado,  hay una palabra que siempre les ha dado miedo “política”. Temen que la denuncia de genocidio la interpreten en el gobierno como un como un apoyo a Hamas y así desactiven su mensaje, pero el silencio y las buenas palabras no bastan, ya que el pueblo palestino de Gaza, cristianos y musulmanes, mueren a miles. Y mientras tanto se discute sobre el concepto de genocidio…

¿Por qué no se pronuncia Pizzaballa? El Patriarca Latino de Jerusalén ya tarda en ejercer su dimensión profética de denuncia

Por el contrario, el Papa Francisco, en más de una ocasión se ha pronunciado de manera muy clara. Si el resto de Patriarcas, el griego, el armenio, el sirio o el copto, no dicen nada, sería importante que Pizzaballa y el Custodio digan algo que implique al resto de la Iglesias  Católicas del mundo. ¿Por qué no se pronuncia Pizzaballa? El Patriarca Latino de Jerusalén ya tarda en ejercer su dimensión profética de denuncia. Cuando en Semana Santa todo el mundo mira a Jerusalén, también Pierbatista el mundo mira la pasión y muerte del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania, y espera por supuesto una palabra de esperanza, pero también de claridad en torno a lo que esta sucediendo. 

Evidentemente no compartimos la barbaridad de Hamas de tomar como rehenes a la gente palestina, pero la violencia y la desproporción del gobierno de Netanyahou alguien tiene que denunciarlo y pararla. Y, por supuesto los rehenes israelíes deberían estar ya en sus casas, disfrutando de sus familias.