Tu Iglesia, Señor, refleja poco tu vida: suspende ante la mayoría ciudadana en Amor Pensad y sentid lo que pensaba y sentía Jesús (Domingo 26º TO A 2ª Lect. 01.10.2023)
“Danos, Señor, `sentir y gustar internamente´ tu Espíritu”
| Rufo González
Comentario: “Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo” (Flp 2,1-11)
Hoy leemos la clave profunda del discernimiento comunitario. Tiene validez universal. Pablo se la ofrece a una comunidad muy querida (4,1). Al final de la carta, pide que se la apliquen miembros de esa misma comunidad: “Ruego a Evodia y a Síntique que piensen lo mismo en el Señor. Y a ti en particular, leal compañero, te pido que las ayudes, pues ellas lucharon a mi lado por el Evangelio...” (Flp 4, 2-3).
La traducción litúrgica no se ajusta bien al original: “Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas” (2,1). El original: “si -hay- un consuelo en Cristo, si -hay- un estímulo de caridad, si -hay- una comunión de espíritu, si -hay- una ternura y misericordia...” (2,1). Es decir, si tenéis estos frutos del Espíritu (consuelo, amor, comunión espiritual, ternura y misericordia), (se supone: “os suplico”): “dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir”. Lit.: “llenad mi alegría (`plerósaté mou tèn jaràn´),para que sintáis (froneo: pensar, sentir) lo mismo, teniendo el mismo amor(agápen), misma alma, sintiendo (fronoûntes: participio) una única cosa”. El verbo “froneo” viene de “fren”: membrana que envuelve un órgano, diafragma, y también el órgano envuelto: corazón, hígado, entrañas... Expresa la idea de lo que recoge y envuelve, lo que orienta, unifica y protege. Aplicado al cristiano: está envuelto, orientado, unificado, protegido.., por el Espíritu de amor. Es el “permaneced en mi amor... para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud” (Jn 15,9s).
Los versículos siguientes expresan las consecuencias lógicas: “No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás”. El Espíritu excluye enemistad y vanagloria (Gál 5,26: “no seamos vanidosos, provocándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros"). Pretende servirhumildemente a los que vemos como el Señor, y, por tanto, superiores. También a los Corintios: “Que nadie busque su interés, sino el del prójimo... Como yo, que procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propia ventaja, sino la de la mayoría, para que se salven” (1Cor 10,24.33).
El criterio fundamental cristiano: “Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús” (v. 5; lit.: “sentid en vosotros lo que también en Cristo Jesús”). Pensad y sentid (froneîte) lo que pensaba y sentía Jesús. También puede traducirse como “sentid como quienes viven en Cristo Jesús”. En esta segunda traducción se subraya que Jesús es el principio activo, fuente, de nuestra vida. ¡Hay que dejarse llevar del Espíritu de Jesús!
Los versículos siguientes recuerdan un himno litúrgico de las comunidades primeras. Es resumen de la vida de Cristo, modelo de conducta para el cristiano y su comunidad:
- “Siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; se despojó de sí mismo”. Se afirma la divinidad de Cristo, pero también la renuncia a la gloria divina. “Se vació a sí mismo” (heautón ekénosen), renunció a la gloria divina.
- “tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz”. Este es el camino cristiano: vivir humanamente, sin disfraz alguno de superioridad y poder, en actitud de servicio y ayuda a todos, hasta la muerte.
- “Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se dobleen el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”. La fe en Jesús y su seguimiento nos incorpora a su alegría. Tras la muerte, nos llenará de su Amor.
Oración: “Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo” (Flp 2,1-11)
Jesús, servidor de todos como el Padre:
al escuchar a Pablo, invitando a tener tus entrañas,
nos sentimos engañados por nosotros mismos;
aceptamos tu amor como un seguro de vida;
rezamos que no nos falte, pero no lo realizamos;
lo simulamos en ceremonias, besos y abrazos rituales;
lo imponemos en credos, ritos, leyes, vestimentas...;
proclamamos tus entrañas, pero no guían nuestra vida;
el egoísmo tiene más fuerza en nuestro corazón:
- envidias, rivalidades, codicias...,
- ostentación, arrogancia, jactancia, soberbia...,
- dominio, venganza, condena, marginación...
Tu Iglesia, Señor, refleja poco tu vida:
suspende ante la mayoría ciudadana en Amor:
“El amor es paciente, es benigno;
el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe;
no es indecoroso ni egoísta;
no se irrita; no lleva cuentas del mal;
no se alegra de la injusticia,
sino que goza con la verdad.
Todo lo excusa, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta” (1Cor 13, 4-7).
Necesitamos, Jesús entrañable, volver a ti:
mirar mucho tu vida, tus palabras, tus compromisos;
contemplar tu “condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres;
reconocido como hombre por tu presencia,
te humillaste, hecho obediente hasta la muerte...”.
vivir humanamente, sin disfraz alguno:
sin liturgias imperiales y ritos incomprensibles;
siendo “buena noticia para el pobre,
libertad para el oprimido, vista del ciego” (Lc 4,18s).
Ayúdanos a vivir tu Evangelio:
que tu Espíritu sea entrañas nuestras;
que haga adorar a Dios en espíritu y verdad;
que la necesidad humana sea norma nuestra (Mt 12, 1-13);
que la solidaridad con el débil sea la mejor expresión de fe (Lc 10, 25-37).
Con Pablo queremos expresar hoy nuestro deseo más profundo:
queremos tener y vivir, pensar y sentir, tu mismo Amor;
sólo desde él queremos orientar y organizar nuestra vida;
queremos acercarnos a los más necesitados de vida;
queremos abrir nuestra comunidad a todos,
sabiendo que muchos “publicanos y prostitutas
van por delante de nosotros en el reino de Dios” (Mt 21,31);
queremos que no haya marginados en nuestra Iglesia
por leyes no acordes con tu amor evangélico.
Preces de Fieles (D. 26º TO A 2ª Lect. 01.10.2023)
Venimos a la Eucaristía para “tener entre nosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús” (Flp 2,1-11). Eso expresa la Cena de Jesús, que estamos celebrando. Pidamos vivir de su Espíritu, diciendo: “danos, Señor,`sentir y gustar internamente´ tu Espíritu”.
Por la Iglesia:
- que “no imponga más cargas que las indispensables” (He 15, 28);
- que separe del ministerio ordenado la obligación del celibato.
Roguemos al Señor: “danos, Señor,`sentir y gustar internamente´ tu Espíritu”.
Por las intenciones del Papa (octubre 2023):
- que el Sínodo “adopte la escucha y el diálogo como estilo de vida eclesial”;
- que “la Iglesia se deje guiar por el Espíritu Santo hacia las periferias del mundo”.
Roguemos al Señor: “danos, Señor,`sentir y gustar internamente´ tu Espíritu”.
Por quienes presiden las comunidades cristianas:
- que sea ejemplo de libertad y amor, sentido y vivido;
- que no busquen su propio bien, sino el de la comunidad.
Roguemos al Señor: “danos, Señor,`sentir y gustar internamente´ tu Espíritu”.
Por la paz en el mundo:
- que las autoridades sean servidoras del bien y paz del universo
- que cesen las armas, se avive el diálogo y llegue el entendimiento.
Roguemos al Señor: “danos, Señor,`sentir y gustar internamente´ tu Espíritu”.
Por los más débiles de la sociedad:
- que seamos capaces de acercarnos a ellos y entenderlos;
- que les ofrezcamos nuestro amor paciente y desinteresado.
Roguemos al Señor: “danos, Señor,`sentir y gustar internamente´ tu Espíritu”.
Por esta celebración:
- que nos haga revivir el pensar y sentir de Jesús;
- que nos anime a actuar desde el amor y libertad de Cristo.
Roguemos al Señor: “danos, Señor,`sentir y gustar internamente´ tu Espíritu”.
Queremos, Señor, “no obrar por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad, a los demás superiores a nosotros. No encerrarnos en nuestros intereses, sino buscar todos el interés de los demás” (Flp 2,3s). Te lo pedimos a ti, Jesús resucitado, que vives por los siglos de los siglos.
Amén.