YO ACUSO (El escándalo de algunos colegios católicos)
Bien saben mis lectores que me gusta "anunciar" más que "denunciar". Pero hay ocasiones en que uno no puede callar sin apostatar porque "quien calla otorga".
Ha venido a verme mi amigo Juan, ese que ya mencioné en algún escrito anterior, ese tipo sincero y transparente al que le repugna dejarse manipular, especialmente por los curas, a pesar de (o precisamente por) ser un católico sólido y coherente.
Me ha relatado que su hijo pequeño termina Bachillerato este año y los curas de su católico Colegio le han "invitado" a viajar a Egipto y hacer un crucero por el Nilo para celebrarlo. Mi amigo no dudó un instante en declinar tan estrafalaria invitación ante la cruda realidad -que él jamás olvida- de medio mundo hundido en el hambre. Además le pareció una falta de sentido común pretender viajar a donde matan cristianos. Como la cosa se ha agravado en aquel país por las revueltas sociales, ahora le proponen viajar ahí cerquita, a otro lugar muy adecuado, a China.
Naturalmente este viaje no es un "gasto" de más de 1.500 € por alumno, sino una "inversión" para ampliar conocimientos en una semana de jolgorio turístico. Se conoce que en nuestra sufrida España no hay cultura, arte o historia que descubrir. Por eso nos visitan miles de estudiosos todos los años. Vienen a rebuznar. Por eso hay que "arriesgarse" a viajar a lugares exóticos donde nunca pudieron ir sus padres y nunca irán. ¡Total, ni los hijos son suyos, ni les costará un céntimo acompañarlos!
Mi amigo me cuenta, con lágrimas en los ojos, cómo le ha dolido ver llorar a su hijo, con 17 años y casi dos metros de altura, que no comprende por qué no puede viajar con sus compañeros, ha de ser distinto de ellos, quedar por pobre y no subirse a la ola de la juerga… Es muy difícil que un jovencito inexperto comprenda las razones de conciencia de un padre coherente y cristiano para negarse a tan descabellada propuesta.
He escuchado con muchísima atención a mi amigo, me he sentido dolido con él, hemos reflexionado juntos sobre la "insolidaridad del ambiente" y el "olvido del Cristianismo", incluso en esos sagrados recintos donde debieran defenderlo, promocionarlo y practicarlo, sobre todo practicarlo: "Hacer es la mejor forma de decir".
Por eso hoy no puedo callar y hacerme cómplice de quienes, delegados para educar, deprecian de hecho los valores cristianos que queremos inculcar a nuestros hijos. Por eso:
- Yo acuso a los religiosos de este Colegio concertado de ATRACAR a los padres de los alumnos, organizando un despilfarro de 1.500 € en un viaje a Pekín, nada menos... ¡Ah, y en la mejor época, en pleno invierno! (Una cifra que dobla la pensión de la abuela, cuadriplica la de la tía viuda y es muy superior al sueldo de la hermana mayor o al coste de la próxima matrícula anual en la Universidad, por ejemplo).
Llueve, además, sobre el mojado bolsillo de las familias que soportan con apuros un abultadísimo importe por los cursos de Bachillerato (enseñanza no subvencionada) y han venido sufriendo un "recibo complementario" (voluntariamente forzoso) por la anterior enseñanza "gratuita y universal". Estos manirrotos lo justifican explicando, muy acongojados, que la subvención del Estado no cubre los costes del Colegio y suplican encarecidamente la comprensiva solidaridad de los padres.
Si el requisito imprescindible para cursar en estos Colegios es tener dinero, afirmo rotundamente que no son católicos, ni siquiera cristianos, por muchos nombres de santos y vírgenes con que los rotulen. Con todo, hoy quiero centrarme en la "devaluación moral" más que en la "inflación económica".
- Yo acuso a estos religiosos de COACCIONAR a las familias y a sus hijos (especialmente a los menos pudientes) con los hechos consumados de un viaje que ni siquiera ha sido previamente encuestado o discutido con los padres.
- Yo acuso a estos supuestos religiosos católicos de HIPOCRESÍA por vender como viaje cultural y formativo lo que no es más que un grotesco y desproporcionado derroche. Si terminar un Bachillerato -privilegio que muchos no pueden alcanzar- obliga a este premio, ¿qué más "exigirán" estos niños a sus padres cuando terminen una carrera?
- Yo les acuso de INDUCIR a sus jóvenes escolares al egoísmo, el capricho y la ausencia total de austeridad y sentido cristiano.
- Yo les acuso de crear TENSIONES en las familias lanzando un viaje innecesario al que los padres cristianos deben oponerse, sin esperanza de ser comprendidos. De utilizar la "influencia de maestro" sobre inexpertos y manipulables jóvenes para "deseducar".
- Yo les acuso de IRRESPONSABILIDAD, ante las familias y la sociedad, por no medir las consecuencias de sus actos y negar el testimonio que debieran dar como sacerdotes y educadores católicos. ¡Abominable propuesta de quienes elegimos para ayudarnos a educar en responsabilidad, austeridad y solidaridad!
- Yo acuso de AUSENCIA DE CONCIENCIA CRISTIANA a quienes, precisamente, debieran ayudar a formarla. ¿Cómo es posible pensar siquiera en un viaje superfluo y carísimo en la situación de precariedad existente en España? ¿No saben de los cinco millones de parados, de las personas buscando comida en los contenedores de basura, de las familias acudiendo a Cáritas y a los comedores de otros religiosos para poder sobrevivir…?
- Yo acuso de AUSENCIA DE CONCIENCIA SOCIAL Y HUMANA a estos supuestos religiosos, por deslumbrar con efímeras estrellas de lujosos hoteles a unos imberbes jovencitos y ocultarles la obligada solidaridad con los seres humanos que malviven a su lado... Claro que, como ya le respondieron estos mismos curas a mi amigo en parecido caso, "son dos platillos distintos que no se pueden mezclar". Ya comprendo: una cosa son los niños pijos del católico Colegio privado y otra muy distinta los pobrecillos de las familias en paro.
- Yo acuso a estos supuestos religiosos católicos de ESCANDALIZAR induciendo al derroche, la superfluidad, el capricho y el consumismo en vez de promocionar la compasión, la reciedumbre y el esfuerzo cristianos. ¿Con qué autoridad impartirán Religión si olvidan lo principal que es la misericordia?
- Yo acuso a estos supuestos religiosos de SECTARISMO, ELITISMO E INSOLIDARIDAD por promocionar continuadamente el consumismo, el materialismo y la prepotencia de clase. Por maleducar en la satisfacción de "necesidades" superfluas en vez de en la entrega de las "capacidades" personales para bien propio y de la sociedad. El caso de hoy es solo un ejemplo.
- Yo acuso a la Jerarquía católica de MIRAR PARA OTRO LADO ante estos verdaderos escándalos de algunos (no sabría decir cuántos) Colegios religiosos.
No se preocupen Ilustrísimas porque quiten los crucifijos de las aulas. Hace mucho tiempo que los valores cristianos -representados en ese símbolo- han sido desmantelados, total o parcialmente, en muchos Colegios católicos por los mismos, se dicentes, religiosos. Ahora rige el elitismo, el clasismo, el poder del dinero y la excelencia del capital. Ahora manda el negocio y la atracción turística.
- Yo me acuso a mí mismo de SILENCIAR durante muchos años la progresiva descristianización de los Colegios católicos. De temer la prepotencia y venganza de los religiosos, que tienen la llave de las calificaciones y el trato a nuestros hijos, a quienes hacen pagar la osadía de los padres. ¡Cuántas veces, tiempo atrás, mis hijos me han frenado diciéndome: "no digas nada, papá, que después la toman con nosotros"!
- Yo me acuso, me acuso amargamente, de haberme instalado en la COMODIDAD de CALLAR -la paz de los cementerios- y tragar la progresiva corrupción del Evangelio, única causa que justifica la existencia de estos Centros. De asistir consciente, silente y cobardemente a la descomposición de los llamados a anunciar el Reino, a su mutación de misericordiosos "educadores" religiosos a "enseñantes" laicizados.
¡Si los Fundadores levantaran la cabeza, me harían enrojecer por mi cobardía y debilidad ante el espectáculo de degradación de sus secularizadas Instituciones, otrora religiosas! ¡Siento vergüenza de mí mismo y de cuantos nos hemos desalado!
¡Que el Pueblo de Dios nos perdone y nos ayude a regenerarnos! Porque el perdón de Dios ya lo veo rodando por sus mejillas y en sus fatigados brazos abiertos esperando nuestra conversión.
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"Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada" (Edmund Burke)
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