En su declaración, el mandatario nicaragüense adelantó que los actos de violencia estallados en 2018 entre el Gobierno y los grupos opositores eran "una intentona golpista apoyada por el exterior".
Calificó como “terroristas” a los obispos de la iglesia católica al referirse al plan ofrecido por los mismos quienes mediaron durante los actos de violencia.
“En un documento vergonzoso, en nombre de los terroristas, los obispos exigían el retiro de todas las autoridades y que se instalaran los terroristas en el Gobierno al servicio de los yanquis", aseguró.
De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), murieron en Nicaragua 326 personas en las protestas masivas contra el ejecutivo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) liderado por Daniel Ortega en 2018, decenas de miles de manifestantes fueron encarcelados.
