Semana de oración por la unión de los cristianos El ecumenismo y la paz se besan
La meta del ecumenismo es la unidad visible de todos los cristianos. Hemos de trabajar por esto, sabiendo que la unidad es un don de Dios
Hay que construir una sociedad en la diversidad y la diferencia. No solo para tolerarnos, sino para amarnos así como somos, en la diversidad, y ser felices de las diferencias, las cuales serán las que nos van a enriquecer como personas
La frase central de Juan XXIII cuando propuso que se empezaran los diálogos ecuménicos fue: "Busquemos lo que nos une y no lo que nos separa".
| JL Vázquez Borau
La meta del ecumenismo es la unidad visible de todos los cristianos. Hemos de trabajar por esto, sabiendo que la unidad es un don de Dios.Vivimos en tiempos extraordinarios. La fragmentación y división ideológica de la sociedad provocan un ambiente de hostilidad y violencia sin precedentes. Esa violencia la vivimos en todos los niveles sociales siendo, tal vez, el mayor problema social que enfrentamos. El papa Francisco ha dicho en innumerables ocasiones que en la actualidad “estamos viviendo otra guerra mundial en pedazos”.
Shalom = PAZ en su raíz hebrea tiene tres significados: retribución (thashlum); totalidad o plenitud (shlemut); y PAZ (SHALOM) Podríamos entender que estas tres características se complementan y al mismo tiempo tienen como un desarrollo gradual que va de mínimo a máximo. Además, la comprensión de la raíz hebrea es también gradual. El primer significado es referido a la intuición o manera de orientar las conductas de los seres humanos desde un sentido común que todos poseen. El segundo significado está más relacionado a la parte emocional y con frecuencia se habla del "corazón integro" y del "corazón roto". El tercer significado es el máximo nivel y se interpreta como el intelectual. De estos tres niveles el más complejo es el segundo que abarca los sentimientos del amor, el temor y la misericordia.
El testamento y el sueño de Jesús lo encontramos en la interpretación de Juan 17,21: "Que todos sean uno; como Tú, oh Padre, en mí y yo en Ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que Tu me enviaste". Esta es la inspiración de todo trabajo y proceso ecuménico. Hay que construir una sociedad en la diversidad y la diferencia. No solo para tolerarnos, sino para amarnos así como somos, en la diversidad, y ser felices de las diferencias, las cuales serán las que nos van a enriquecer como personas. En otras palabras, diferenciar la palabra unidad de unificación. No pretender que todos tengamos las mismas miradas de la situación. Es una unidad en la diversidad y diferencia. Conservar los valores propios tanto en la fe como en el compromiso social de una paz con justicia social. De hecho, en la biblia con mucha frecuencia la paz está unida a la justicia con los huérfanos, las viudas y los extranjeros. Reiteramos que no hay que temer a las diferencias porque precisamente serán ellas las que van a enriquecer tanto nuestra vida personal como la construcción de comunidades sanas, abiertas, comprometidas. La frase central de Juan XXIII cuando propuso que se empezaran los diálogos ecuménicos fue: "Busquemos lo que nos une y no lo que nos separa".