"Que yo no defiendo la patria porque yo sea politiquero, es porque yo creo en Dios" El obispo Ángel Luis Ríos Matos y el diálogo que hace falta en la Iglesia (II)
"En esta segunda parte de la entrevista del Obispo Ángel Luis Ríos Matos del área occidental del archipiélago borincano en el marco de las enseñanzas sociales de la Iglesia hace énfasis en el necesario proceso de diálogo con los demás obispos, sacerdotes y seminaristas"
"Yo defiendo los pobres, no porque yo sea un socialista a ultranza que se opone al capitalismo, sino porque yo creo en el derecho natural de las personas a ser los dueños de su destino y a tener lo mínimo necesario para vivir con decoro"
"Mis sacerdotes y seminaristas (como todos) viven en un 'mundo colonizado' donde cualquier intervención que yo como obispo, como sacerdote, hago se puede ver desde afuera casi siempre con una sospecha de 'política partidista', aunque no lo es
"Pero la 'independencia nacional' como 'derecho natural' de un pueblo ¿Es un partido político? ¿O es un derecho natural? … El colonialismo es una condición de pecado y como condición de pecado yo como pastor y nosotros como iglesia estamos llamados a denunciarlo. Del pecado hay que superarse y el pecado se supera liberándose de él"
"Nadie puede decirme que por yo ser meramente obispo ahora tengo que olvidarme de mis amores, de mi gente"
"Mis sacerdotes y seminaristas (como todos) viven en un 'mundo colonizado' donde cualquier intervención que yo como obispo, como sacerdote, hago se puede ver desde afuera casi siempre con una sospecha de 'política partidista', aunque no lo es
"Pero la 'independencia nacional' como 'derecho natural' de un pueblo ¿Es un partido político? ¿O es un derecho natural? … El colonialismo es una condición de pecado y como condición de pecado yo como pastor y nosotros como iglesia estamos llamados a denunciarlo. Del pecado hay que superarse y el pecado se supera liberándose de él"
"Nadie puede decirme que por yo ser meramente obispo ahora tengo que olvidarme de mis amores, de mi gente"
"Nadie puede decirme que por yo ser meramente obispo ahora tengo que olvidarme de mis amores, de mi gente"
Pedro Ortiz, corresponsal en Puerto Rico y Caribe
En esta segunda parte de la entrevista del Obispo Ángel Luis Ríos Matos del área occidental del archipiélago borincano en el marco de las enseñanzas sociales de la Iglesia hace énfasis en el necesario proceso de diálogo con los demás obispos, sacerdotes y seminaristas.
Diálogo entre los obispos
Aunque todavía no han profundizado lo suficiente los distintos temas relacionados con aspectos sociales y económicos, “pero hay un diálogo entre mi persona y otros obispos para que hagamos en principio unas declaraciones comunes.
Ahora bien, yo como obispo no voy a resolver el problema. Está fuera de mis manos resolverlo, pero si bien yo no soy la solución, yo soy parte de la solución. Tengo que empezar como Juan Bautista, yo soy la voz que clama en el desierto, enderecen el camino del Señor y enderezar el camino del Señor. Es, en primer lugar, denunciar para mover a los que tienen el poder en sus manos, que es el poder político y el poder económico, a que haya una distribución justa y equitativa de la riqueza en favor sobre todo de los pobres y los más vulnerables y que haya una mejor nivelación entre el desarrollo económico y la protección física de los recursos naturales y humana de los pobres y vulnerables.
Ese es el Evangelio de Jesucristo, que subraya no te olvides de los huérfanos y de las viudas, en la palabra de Dios, que son el signo de los pobres, de los desamparados, de los abusados y ese es el ministerio pontificio de Francisco.
Por algo quiso llamarse Francisco: Primero por el amor a la pobreza y a la sencillez y la defensa del pobre y, segundo,por el amor que le caracterizó a Francisco con la naturaleza y con la ecología como regalo de Dios.
Entonces, yo entiendo que por ahí tiene que ir, en primer lugar, la voz de un obispo tiene que ser una “voz de alerta”, una voz de orientación y en la medida de lo posible, juntando las manos. Como yo dije en Aguadilla, las manos de los católicos, las manos de los evangélicos, las manos de otros creyentes, las manos inclusive de otros que no son creyentes pero que respetan el proceso natural, porque, al fin y al cabo, respetar la naturaleza y respetar la ley natural es respetar a Dios.
En última instancia, se trata de eso, de espetar a Dios, aunque no se le conciba como lo concebimos nosotros los cristianos.
Denuncia y servicio ante la agresión ambiental
En el proceso de atención pastoral de la Iglesia “el énfasis primario, dijo tiene que ser la denuncia, el énfasis primario o inmediato, vamos a decir, la denuncia y la creación de la conciencia. Y luego, el otro énfasis que tiene que dar la iglesia es prestar sus propios servicios, y nosotros los tenemos, los tenemos en nuestros educadores, los tenemos en nuestra universidad.
A la hora de orientar la política pública del país, es fundamental la participación de nuestra pontificia universidad para guiar al Estado y a los desarrolladores a actuar con justicia, con verticalidad, sin detener el progreso, pero sin detener la justicia. Así, que la propia iglesia sea la primera que internamente empiece también. Digo esto porque hace falta “conversión eclesial a la práctica de la justicia y de la caridad”, con la gente más sencilla, con la gente más humilde. Entonces, pienso que ahí está el énfasis, lo primero que la iglesia tiene que hacer es la denuncia, es hablar y luego orientar y participar.
La participación de la Iglesia en el momento actual
De cara al futuro inmediato, el Obispo de la zona oeste del país, señaló que “yo proyecto esa participación eclesial sea a través de pensadores católicos, en primer lugar, que puedan orientar desde la “doctrina social de la Iglesia”, los proyectos económicos, los proyectos políticos, porque hemos estado hablando no sólo del recurso natural. Se trata también de la “identidad nacional” puertorriqueña sometida a un colonialismo, a un coloniaje bárbaro de 500 años o más. Es aportar mediante el pensamiento de nuestra gente para que lo que se haga sea conforme a la ley de Dios, al derecho natural y al derecho de las personas.
Al argumentar sobre la participación intensa de la Iglesia en el camino de las luchas sociales mencionó que “para que la Iglesia persevere con firmeza es necesario fortalecer una espiritualidad comunitaria intensa. Y Creo que todo esto está en ciernes todavía, aunque con esa fuerza espiritual de siempre, pero hacia eso nos tenemos que encaminar, hacia crear conciencia en las comunidades más pequeñas que son las comunidades de base, las parroquias, en la feligresía, que la defensa de todo esto que estamos hablando es parte de nuestra identidad con Dios. Que yo no defiendo la patria porque yo sea politiquero, es porque yo creo en Dios.
"La identidad con lo que Dios me ha dado, sea patria, sea nación, sea tierra, playa, ríos, mares, eso es parte de mi identidad con Dios"
Yo defiendo los pobres, no porque yo sea un socialista a ultranza que se opone al capitalismo, sino porque yo creo en el derecho natural de las personas a ser los dueños de su destino y a tener lo mínimo necesario para vivir con decoro. Es un pensamiento evangélico. No es que yo estoy prestando o tomando prestado de los políticos un pensamiento, sino que muchas veces los políticos han tomado el pensamiento nuestro cuando nosotros hemos dejado ese pensamiento dormirse.
La identidadcon lo que Dios me ha dado, sea patria, sea nación, sea tierra, playa, ríos, mares, eso es parte de mi identidad con Dios. O sea, cuántas veces tú y yo para poder orar tranquilamente, nos hemos ido a un río y mientras nuestros pies se mojan en el agua, rezamos a Dios. Y somos capaces de descubrir en la naturaleza el amor, la grandeza, la inmensidad de Dios.
¿Cuántas veces ir a visitar a un pobre me ha hecho pensar en Jesucristo en la cruz? Entonces, la visita a ese pobre se convierte en una oración que me devuelve aquí a Jesús pobre y sufriente en la cruz del Calvario. Entonces, yo creo que tenemos que descubrir que en esta acción de defensa de la identidad, de defensa del pobre, de defensa de la promoción humana, detrás de esto está la gracia de Dios y el poder de Dios. Como obispo, eso a mí me llena mucho, me da mucha satisfacción.
La formación de los futuros sacerdotes
Durante la conversación consideramos la formación y la vida de los futuros sacerdotes, teniendo en cuenta que esta visión nos conduce hacia modelo distinto de ser Iglesia que todavía no se ha implementado totalmente, que es el Concilio Vaticano II.
Entonces, preguntamos sobre ¿qué ejercicio dialogal y de educación interna en universidades y seminarios se está teniendo con los futuros sacerdotes, para que puedan dar continuidad a este proceso que promueve a nivel diocesano?
Nosotros tenemos siete seminaristas, explicó a RD y tenemos un seminario que apenas hace un año o dos años por fin se convirtió en lo que el Papa Francisco nos había venido pidiendo, de que en una islita y en una provincia eclesiástica tan pequeña debíamos tener un solo seminario nacional. Gracias a Dios hemos llegado a ese punto.
Vamos por fases. La primera parte es cómo organizar los cursos de tal manera que cumplan con la norma canónica y que nuestros seminaristas puedan salir con sus títulos canónicos lo mejor preparados. En primer lugar, en el dogma, en la moral, pero parte de esa preparación tiene que ser la doctrina social de la Iglesia. Preparar este seminarista para que sepa que junto a la ortodoxia va la práctica pastoral de la justicia y que la doctrina de la Iglesia no es solamente dogma y moral, sino que es también doctrina social.
La idea es formar a los seminaristas sobre cómo intervenir en la vida del pueblo transformando todos los aspectos de la vida del pueblo. En ese aspecto de la doctrina social todavía el currículum de nuestro seminario en Puerto Rico tiene que ampliarse y tiene que mejorarse en la formación intelectual de nuestros seminaristas para que se den cuenta que la lucha y la defensa de los valores de la tierra, del aire, del sol y de la identidad patria no es política partidista. Esto es Evangelio puro.
El diálogo con los sacerdotes
Subrayó, además, que el diálogo y orientación en este sentido con seminaristas y clero es un tanto más difícil porque “mis sacerdotes y seminaristas ( como todos) viven en un “mundo colonizado” donde cualquier intervención que yo como obispo, como sacerdote, hago se puede ver desde afuera casi siempre con una sospecha de “política partidista”, aunque no lo es.
Por ejemplo, el derecho canónico establece que yo como clérigo no puedo, no debo militar ni en sindicatos a nivel de dirección por lo que eso significa jurídicamente. Sobre todo, no debemos participar en la organización de los partidos políticos. Yo, como obispo, no puedo decirle a la gente voten por X o Y partido o por el otro. Este candidato de este partido es mejor que aquel. Préstale tu voto. Sin embargo, yo tengo que orientar a la gente para que descubra cuál es el pensamiento de ese liderato que con mi voto yo estoy respaldando. Yo no puedo ser partidario públicamente. Aunque podría serlo internamente de X o Y partido con su filosofía política.
Pero la “independencia nacional” como “derecho natural” de un pueblo ¿Es un partido político? ¿O es un derecho natural? No puedo proclamarme miembro del Partido Popular o del Partido Independentista o del Partido Socialista. Pero yo soy partidario de la “liberación nacional de mi patria”. Ese es un derecho de mi pueblo invadido y dominado por dos imperios durante más de cinco siglos
Comentó también que a lo antes dicho hay que sumarle el elemento de que el colonialismo es una condición de pecado. El colonialismo es una condición de pecado y como condición de pecado yo como pastor y nosotros como iglesia estamos llamados a denunciarlo. Del pecado hay que superarse y el pecado se supera liberándose de él.
De esa manera, fue muy enfático al señalar que “yo tengo derecho a ser yo. Yo tengo derecho a ser católico. Yo tengo derecho a ser puertorriqueño. Yo tengo derecho a amar mi nación. Yo tengo derecho a decir públicamente los valores de mi nación y a defenderla hasta con mi sangre, igual que tengo derecho a defender hasta con mi sangre la fe en Jesucristo. Ese es un derecho que nadie me lo puede quitar.
Cuando yo me ordené obispo utilicé en mi mensaje un poema del Obispo Pedro Casaldáliga. Nadie puede decirme que por yo ser meramente obispo ahora tengo que olvidarme de mis amores, de mi gente, de mi pueblo, de mi nación, de mi cultura, de mi identidad. Es que todo lo contrario, por ser obispo tengo que identificarme más con lo que yo soy y con lo que es mi pueblo”, concluyó.