Cayo Lara, IU Extremadura y la famosa pinza.

Es Cayo Lara un político de bajo perfil. Pienso que este señor, no va a ser ninguna solución para la hundida Izquierda Unida que se ve beneficiada por la crisis socialista. Tanto él como su amiguito Willy Meyer intentan convencer a IU Extremadura para que gobierne Fernández Vara, pero se olvidan que en el choque entre PP y PSOE quienes van a decidirlo todo es Izquierda Unida.

Son tan altos los prejuicios de Cayo Lara al PP, que termina adoptando la nefasta idea de asociarse con el PSOE para evitar gobiernos del PP. Julio Anguita, que fue todo un dirigente, se le ocurrió en su día hacer una eficaz pinza al PSOE para expulsar del gobierno a Felipe González. Y junto con Aznar lo logró, dejando Izquierda Unida con 21 diputados corriendo el año 1996. Luego vinieron los imbéciles que ahora pululan por los órganos de dirección de Izquierda Unida, imbéciles que se empecinan en que evitando gobiernos del PP, muchos militantes acaben votando al PSOE porque al final Izquierda Unida vende gratis sus votos al PSOE.

Cayo Lara pertenece a estos imbéciles, imbéciles que acabaron con Julio Anguita y con los 21 diputados dejando a la formación en 2. Claro que la obra no es Cayo, sino del nefasto Gaspar Llamazares, que disfruta de su escaño de diputado e intenta seguir vendiendo la imagen que es un diputado de Izquierda Unida cuando en realidad es un vendido al PSOE.

Pues como decía, IU Extremadura es un partido tan poderoso como los otros dos. Para aprobar leyes o gobernar esa comunidad se tienen que poner de acuerdo dos de los tres partidos. Es más, incluso IU podría negociar con uno u otro partido la aprobación de puntos de su programa electoral. ¿Para que empecinarse como hace Cayo Lara en vender IU al PSOE? Es más, es interesante que a IU le permitan presidir la Asamblea, pues eso permitiría dotar de mayor notoriedad política a uno de sus tres diputados.

Pero si los prejuicios de Cayo Lara finalmente se imponen, mucho me temo que lo pagará caro en las elecciones generales y en la estabilidad de su persona dentro de su propio partido. Izquierda Unida no puede seguir siendo la vendida al PSOE, salvo que quiera completar su suicidio. Claro que, a base de destruir figuras políticas como Anguita, Francisco Frutos, Rosa Aguilar, Fausto Fernández, Inés Sabanés, etc, entre otros, algo dice que IU no va a terminar nunca por ser el necesario partido visagra a nivel nacional. Es más, el PSOE acabará devorando a IU bien por aplastamiento hacia la Izquierda o por hartazgo de unos votantes que solo ven caos organizativo en un partido lleno de corrientes enfrentadas, de personajes cambiantes y de prejuicios también enfrentados. Por no hablar de la confusión entre lo que es rojo y es verde, que no termina de quedar clara si acaso esa izquierda ha reinventado un color político amarillo o marrón, en cuyos caso gafe el primero y feo el segundo.

Eso si, que siga cantando Cayo Lara lo nefasta que fue la pinza IU-PP contra el PSOE, tan nefasta fue que resultó una IU con personalidad propia y de 21 escaños, frente a la IU vendida cuyo resultado es el de 2 escaños, y por poco ninguno.
Volver arriba