El diablo carga de nuevo contra la parroquia de entrevías.

No soy de los que me guste el tema de la liturgia de entrevías, creo que hay muchos desaciertos cometidos por los sacerdotes. No obstante, cada declaración suya a pesar de lo que no me gusta encierra en ella una forma inocente y de buena fe (que no de buena Fe) de actuar de estos sacerdotes. Creo que muchas veces se sobrepasan, pueden tener razón y la pierden en cuanto se les olvida que el establecimiento en el que ofician misa es de la Iglesia Católica, y que la paciencia del cardenal (que no es santo de mi devoción) está siendo infinita con ellos. Por otra parte, hay que saber agradecer a quien te paga y a quien te aloja en su casa, o a quien te da ese púlpito o esas instalaciones para hablar, porque la ingratitud no es un buen ejemplo cristiano. Como sin duda no es buen ejemplo la opulencia, la avaricia y la indiferencia de las altas jerarquías.

Pero lo que si es mal ejemplo es levantar sucesivamente ese odio y ese escándalo sobre unos sacerdotes y su comunidad solo por hacer cosas que nos disgusten. Tal vez con diálogo se puede conseguir mucho más que con amenazas y escándalos desde blogs entregados a destruir la integridad de las personas por el más mínimo vértice en la tela del alzacuellos sacerdotal. No me parece malo criticar, lo que me parece diabólico es destruir, y en ese afán por hacerlo da igual si hay que llevarse por delante esa parroquia, esos fieles, el vicario, el obispo auxiliar o al cardenal. A mi entrevías no me escandaliza, simplemente me disgusta, y el único escándalo lo arma el diabólico plan de un señor (tan ingrato como aquellos sacerdotes de entrevías) que va por ahí destruyendo a personas sin piedad (incapaz de mirarse al espejo), metiendo en los infiernos a gente (tal vez porque tenga las llaves él), y si en ese momento no consigue llevárselas por delante lo intentará una y otra vez hasta quedar satisfecho.


PD: Sigo desde mi blog pidiendo y animando a esos sacerdotes de entrevías que cambién su estilo de declaraciones, que traten de acercarse más a la liturgia eclesial, y que por favor no den alas a los poderosos enemigos que quieren destruirles.
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