Jueves de RD entre el dolor y la esperanza: Ucrania conmemora dos años de la invasión rusa Sor Lucía Caram: "En Ucrania hay rosarios en todas las tumbas"
Juan Carlos Cruz: “Mi experiencia en Ucrania al lado de una mujer tan extraordinaria y maravillosa como sor Lucía Caram ha sido el regalo más grande que he tenido en mi vida”
Oleksandr Slyvchuk: "Esta es una guerra desigual, por eso la solidaridad internacional nos da motivación. Resistimos porque el mundo libre nos está apoyando"
Serhii Pohoreltsev, embajador de Ucrania en España: "Teníamos información sobre cómo prepararnos para la guerra, pero nadie esperaba que Rusia fuera a actuar así"
Serhii Pohoreltsev, embajador de Ucrania en España: "Teníamos información sobre cómo prepararnos para la guerra, pero nadie esperaba que Rusia fuera a actuar así"
“Tras los primeros bombardeos lanzados sobre Ucrania por el ejército de Rusia en febrero de 2022, se convocó una manifestación por la paz en Manresa. La marcha avanzaba poco a poco y en silencio, parecía un funeral. Había llantos, mujeres, niños… También muchos ucranianos. Luego, cuando sonó el himno de su país, me derrumbé y me fui al convento. Días después, escuché historias personales de dolor y empecé a pensar en formas concretas de ayudar al pueblo ucraniano”.
Así ha recordado sor Lucía Caram cómo vivió los primeros días de un conflicto sangriento de cuyo inicio se cumplirán dos años el próximo 24 de febrero. Lo ha hecho en una nueva edición de 'Los Jueves de RD' que ha tenido Ucrania como protagonista y ha contado con las voces de Jesús Bastante, redactor jefe de Religión Digital y moderador, Serhii Pohoreltsev, embajador de Ucrania en España, Juan Carlos Cruz, miembro de la Comisión Pontificia de Protección a Menores, y Oleksandr Slyvchuk, coordinador de Programa de Cooperación para España y Latinoamérica del Centro de Diálogo Trasatlántico desde Ucrania.
El debate ha sido patrocinado una vez más por Instituciones Religiosas del Banco Sabadell y ha contado con el apoyo técnico de Católicos en Red y la colaboración de la Agencia Flama.
Cuando el día 24 se recuerde el segundo aniversario de esta guerra iniciada con la invasión militar ordenada por Vladímir Putin, sor Lucía estará de nuevo en Ucrania, en el que será su viaje número 22 en 24 meses de conflicto. “En nuestro primer viaje, pudimos traer con nosotros a 6 personas, no a las que fuimos a buscar sino otras”, ha explicado la monja, que a lo largo de todos estos meses ha impulsado un sinfín de iniciativas para llevar toneladas de solidaridad a un pueblo que ha pasado y pasa todavía por situaciones absolutamente desgarradoras. “En momentos tan difíciles como los que se han vivido en esta guerra, la gente levanta la vista al cielo y pide una respuesta. Por eso, acompañar de cerca a ese pueblo tan lleno de esperanza es algo que alimenta mi fe”, ha explicado sor Lucía.
Una guerra que empezó "hace diez años"
Si bien en estos días se conmemora el segundo aniversario del inicio de los combates a gran escala entre Rusia y Ucrania, el conflicto empezó mucho antes. Concretamente, hace diez años, con la ocupación rusa de Crimea y la región de Donetsk, como ha recordado en el debate Serhii Pohoreltsev, embajador de Ucrania en España. “Teníamos información sobre cómo prepararnos para la guerra, pero nadie esperaba que Rusia fuera a actuar así”, ha reconocido el diplomático, a quien los primeros combates le sorprendieron estando con su familia.
“Tenía miedo, pero también estaba furioso, porque no se puede actuar así en pleno siglo XXI, bombardeando zonas residenciales”, ha relatado Pohoreltsev, que justo después del inicio de la guerra recibió de parte del ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania las instrucciones sobre los pasos a seguir. Recordando aquel contexto, ha elogiado la rápida reacción del Gobierno de España, que condenó la agresión y mostró su solidaridad y apoyo a Ucrania a través del suministro de armas (“elemento clave para poder, recuperar territorios temporalmente ocupados”) y la acogida de decenas de miles de personas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares. “En aquellos días, más de 186.000 personas obtuvieron en España el estatus de protección temporal. Allí recibieron todo tipo de ayuda y gozan del derecho al trabajo, la enseñanza y el alojamiento”, ha destacado Pohoreltsev.
Por su parte, el coordinador del Programa de Cooperación para España y Latinoamérica del Centro de Diálogo Trasatlántico desde Ucrania, Oleksandr Slyvchuk, ha reconocido que la invasión de Ucrania le parecía una “locura”. “Me llamó un amigo para decir que los rusos estaban bombardeando la capital y no lo podía entender. Leí las noticias, vi explosiones en el cielo, las bombas… fue un momento de pánico único en mi vida, no sabía qué hacer, me pilló por sorpresa pese a que el gobierno había advertido que aquello podía pasar”, ha confesado Slyvchuk, quien, pese al peligro, optó por quedarse en Kiev durante los primeros meses de guerra.
"El dolor del otro es tu dolor"
Unos meses en que muchos ucranianos pasaron por campos de refugiados de Polonia antes de poder emprender el viaje hacia otros países. Aquella circunstancia fue precisamente la que empujó al chileno Juan Carlos Cruz a ir a ayudarlos junto a sor Lucía Caram. “Estaban en un limbo legal, y venían de las bombas. Cuando uno comparte el dolor del otro, su dolor es tu también tuyo, así que se genera un vínculo de amor y dolor, pero también de esperanza”, ha asegurado Cruz, que participó ya desde aquellos primeros meses en la creación de corredores humanitarios para heridos y pacientes oncológicos que necesitaban tratamiento en otros países.
Cruz, hombre de confianza del papa Francisco y uno de los denunciantes de Fernando Karadima, el sacerdote que simbolizó los abusos a menores ocurridos en la Iglesia chilena, ha reconocido que fue para él un honor entrar por primera vez a Ucrania junto a sor Lucía. “Al principio tenía miedo, pero ver a sor Lucía manejarse con tanto coraje y determinación fue contagioso y dejé de tenerlo”, ha detallado Cruz, que se ha definido como “un hombre transformado" por lo que ha vivido en Ucrania junto a la monja dominica. “Estar tan cerca de una mujer tan extraordinaria, tan maravillosa, alguien que lo da todo por las causas que valen la pena pelear ha sido el regalo más grande que he tenido en mi vida”, ha admitido Cruz.
El chileno también ha destacado el papel del papa Francisco en esta guerra:. “Estar cerca del Papa y ver cómo sufre por Ucrania me ha tocado también el corazón. La gente no tiene ni idea de todo lo que llega a hacer Francisco por el pueblo ucraniano, y yo lo he visto en primera persona. Hay quien piensa que está haciendo poco, pero a veces él tiene que trabajar con discreción, en misiones relacionadas con el intercambio de prisioneros o traslado de niños. En este sentido, está muy preocupado por la trata de personas, algo que amenaza especialmente a los refugiados”.
A sor Lucía, el apoyo y la proximidad del papa Francisco también le dio fuerza. “El compromiso de Francisco en esta guerra es hasta el final”, ha dicho. “Su postura no siempre se ha entendido, incluso se ha intentado tergiversar, pero él siempre ha hablado claramente de la crueldad de esta y otras guerras”, ha añadido la monja dominica, que en sus viajes a Ucrania lleva rosarios de parte del pontífice. Para los vivos y para los muertos: “Hay rosarios en todas las tumbas”, ha asegurado.
La monja también ha subrayado “el compromiso insobornable” de la ministra de Defensa Margarita Robles, que “vive el día a día" del drama del pueblo ucraniano “implicada en la ayuda humanitaria”. “Es una ministra —ha argumentado— que en todos los foros defiende una paz justa. En este conflicto pasa algo curioso, y es que si Rusia dejara de atacar, habría paz, pero si Ucrania no se defendiera, desaparecería. Por tanto, es legítima la defensa y es legítimo acompañar a quien está siendo atacado. Y esto lo hacemos creando sinergias, entre el Papa, la ministra, Juan Carlos y muchos otros colaboradores. Estamos a punto de hacer realidad el segundo hospital de campaña en Ucrania, tenemos que conseguirlo”.
La necesaria solidaridad internacional
En una guerra que “ha unido a todos los ucranianos”, la clave para reconstruir el futuro de Ucrania pasa, según Serhii Pohoreltsev, por mantener el apoyo de la comunidad internacional. “Seguimos necesitando la solidaridad de los países amigos del mundo civilizado. Sin unir los esfuerzos de todos, será muy difícil conseguir la paz. Por eso agradecemos que se mantenga la atención sobre lo que sucede en mi país”, ha afirmado el embajador ucraniano.
En este aspecto, Oleksandr Slyvchuk ve con optimismo el hecho de que se estén haciendo tantas esfuerzos por Ucrania. “La gente sacrifica tiempo, salud y vida por nuestro país. Esa ayuda es una inversión de tiempo y recursos que vale la pena hacer, porque en el futuro pensaremos qué hicimos a favor de esta causa. Esta es una guerra desigual, por eso la solidaridad internacional nos da motivación. Resistimos porque el mundo libre nos está apoyando”, ha resumido Slyvchuk poco antes de que Jesús Bastante pusiera el punto final al debate leyendo las palabras del papa Francisco en el preámbulo del nuevo libro de sor Lucía Caram, en el que narra su experiencia en Ucrania.
“Has arriesgado la vida para ayudar y sostener a tanta gente, víctimas de la guerra. Tu libro, Invitados a reconstruir. Ucrania, la guerra y la compasión, es un testimonio de ello. Deseo que este libro sea recibido y leído con el corazón. Que quien lo lea pueda preguntarse: “¿Y yo qué puedo hacer?”.
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